¡®Cheerleaders¡¯

Cuando el independentismo la necesita para sus catequesis, TV3 nunca defrauda, ni lo har¨¢ mientras la capitanee Vicent Sanchis, cuyo aplomo causa asombro: afirma de corrido y sin atragantarse que dirige la televisi¨®n m¨¢s plural y cre¨ªble. Temiendo el abucheo se escuda en terceros: no lo digo yo, lo dice una consultora alemana, contratada ad hoc.

Su desparpajo es tan asombroso como la parcialidad por acci¨®n u omisi¨®n de TVE y de todas y cada una las televisiones auton¨®micas, mucho m¨¢s escoradas hacia la captaci¨®n de pros¨¦litos si el mando a distancia es nacionalista. Los periodistas de Prado del Rey suelen rebelarse por verg¨¹enza torera, pero lo habitual es que los profesionales de las p¨²blicas asuman su condici¨®n de dependientes porque hay que pagar colegios e hipotecas.

Mi solidaridad con ellos porque yo tambi¨¦n soy un gallina responsable, pero me cuesta disfrazarme de mierda para pasar desapercibido, tal como aventur¨® en Espejo p¨²blico el cr¨ªtico de televisi¨®n catal¨¢n Ferr¨¢n Monegal, al referirse al dilema de los profesionales cuando pintan bastos.

El analista de El Peri¨®dico de Catalunya se refer¨ªa a la eventual mutaci¨®n de los periodistas en esti¨¦rcol para defenderse del sometimiento pol¨ªtico. Rebobin¨¦. ?Habr¨¦ entendido mal?

Pues no. Cit¨® como referencia un relato de su admirado Juan Jos¨¦ Mill¨¢s sobre el gusano que se trasforma en excremento con apariencia de lombriz para disuadir a p¨¢jaros en busca de comida. ¡°Los periodistas deber¨ªamos tomar nota. A veces nos tenemos que transformar como el gusano¡±.

Jurar¨ªa que vino a decir que la protectora metamorfosis ya se ha consumado en los pasillos de TV3, movilizados ¨²nicamente cuando la guillotina del 155 pendi¨® sobre una plantilla de 2.312 personas.

La omert¨¢ y la obediencia imperan en la Corporaci¨®n Catalana de Medios Audiovisuales, que pareciera haber abrazado la religi¨®n de una parroquia de iluminados. Una posdata a las constataciones de Monegal: los cheerleaders de la congregaci¨®n participan de los oficios lit¨²rgicos sin necesitar el disfraz de caca.