Antonio Jos¨¦ vuelve a la vida 81 a?os despu¨¦s
Se estrena la versi¨®n musical completa de la ¨®pera que compuso el m¨²sico burgal¨¦s, fusilado en 1936
La ciudad de Burgos ha logrado abrir por fin este domingo una caja de m¨²sica que llevaba cerrada 81 a?os. La Orquesta Sinf¨®nica de la ciudad y un coro formado por integrantes de distintas corales burgalesas han estrenado en versi¨®n instrumental y vocal completa, ante 1.371 espectadores que han llenado el nuevo Auditorio, la ¨®pera El mozo de mulas, compuesta por Antonio Jos¨¦, el m¨²sico burgal¨¦s fusilado en 1936 a la edad de 33 a?os por los sublevados contra la Rep¨²blica. Ha quedado saldada as¨ª una deuda hist¨®rica.
La desidia de las instituciones hab¨ªa mantenido hasta ahora en silencio esta magna composici¨®n l¨ªrica en tres actos. Antonio Jos¨¦ trabaj¨® en ella durante a?os hasta que fue encarcelado en el penal de la ciudad sin acusaci¨®n concreta, sin juicio, y condenado a muerte sin sentencia.
Los nudos en la garganta y las l¨¢grimas de muchos de los espectadores han acompa?ado a la emotiva interpretaci¨®n, dirigida por el titular de la orquesta, Javier Castro. Una ovaci¨®n de seis minutos con v¨ªtores a la soprano burgalesa Alicia Amo, al tenor canario Francisco Corujo y a la mezzosoprano Raquel Rodr¨ªguez, tambi¨¦n nacida en Burgos, han dado paso a una impresionante interpretaci¨®n como propina del Himno a Castilla, obra tambi¨¦n de Antonio Jos¨¦, que gran parte del p¨²blico ha escuchado puesto en pie.
Algunos fragmentos de El mozo de mulas se hab¨ªan interpretado a?os atr¨¢s en distintos lugares de Espa?a y del mundo (por ejemplo, a cargo de la Filarm¨®nica de Dresde en 2010, en un concierto celebrado en M¨²nich), pero nunca se mostr¨® entera la obra, inacabada por culpa de las balas que asesinaron a su autor. En efecto, Antonio Jos¨¦ no alcanz¨® a completar unos 35 minutos de orquestaci¨®n en el segundo acto, que dura unos 70 minutos; y la Junta de Castilla y Le¨®n encarg¨® ese trabajo en 1986 al tambi¨¦n burgal¨¦s Alejandro Yag¨¹e ¡ªfallecido el pasado agosto¡ª, que logr¨® terminar la ¨®pera bas¨¢ndose en la reducci¨®n para piano ¡ªque s¨ª estaba completa¡ª y en un conocimiento profundo del autor y de sus creaciones.
Antonio Jos¨¦ hab¨ªa ofrecido al piano a los burgaleses los primeros pasajes de esa ¨®pera el 18 de julio de 1936 en el Teatro Principal de Burgos, horas antes de que se conociera en la ciudad la noticia de la sublevaci¨®n militar.
Tras su fusilamiento en octubre de ese a?o, la figura de este compositor ¡ªde quien Maurice Ravel dijo que llegar¨ªa a ser el gran m¨²sico espa?ol del siglo XX¡ª, qued¨® arrinconada; y su figura olvidada hasta que se recuper¨® durante la Transici¨®n, gracias sobre todo a la labor de investigaci¨®n y biogr¨¢fica del music¨®logo burgal¨¦s Miguel ?ngel Palacios (sin relaci¨®n familiar con el compositor).
Antonio Jos¨¦ Mart¨ªnez Palacios naci¨® en Burgos, estudi¨® en Par¨ªs, dirigi¨® el Orfe¨®n Burgal¨¦s, compuso el Himno a Castilla y m¨¢s de 150 obras para orquesta, coros, piano, guitarra, sextetos¡, imparti¨® clases de m¨²sica en su ciudad y tambi¨¦n durante cuatro a?os en M¨¢laga; fue miembro correspondiente de la Academia de Bellas Artes y obtuvo el premio nacional de m¨²sica en 1932 por su recopilaci¨®n de 178 piezas populares burgalesas (trabajo que no fue conocido por el gran p¨²blico hasta que lo present¨® en 1979 el grupo burgal¨¦s de m¨²sica tradicional Or¨¦gano, y que no se edit¨® hasta un a?o despu¨¦s).
Las composiciones del joven Antonio Jos¨¦ fueron interpretadas en Madrid por notables orquestas, se conoc¨ªan y se publicaban en Francia y eran estudiadas en universidades norteamericanas. Algunas de ellas las interpret¨® el pianista Arthur Rubinstein, y el guitarrista Regino Sainz de la Maza (que fue quien estren¨® el Concierto de Aranjuez, de Joaqu¨ªn Rodrigo) llevaba en su repertorio varias de las piezas parra guitarra.
Antonio Jos¨¦ se sinti¨® siempre muy vinculado a su tierra, y eso lo muestran algunos de los t¨ªtulos de sus obras: Sonata castellana, Sinfon¨ªa castellana, Danzas castellanas, Danzas burgalesas, Cinco coros castellanos...O las Evocaciones dedicadas al pintor burgal¨¦s Marceliano Santamar¨ªa. Y, por supuesto, el Himno a Castilla. Pero tambi¨¦n compuso una Sonata gallega.
Siempre le acompa?aron a Antonio Jos¨¦ las cr¨ªticas favorables y el ¨¦xito, tambi¨¦n cuando sus obras se estrenaban, por ejemplo, en el teatro Monumental de Madrid, con ¨¦l al frente de la orquesta. Y con apenas 30 a?os de edad.
El prestigioso cr¨ªtico Andr¨¦s Ruiz Tarazona escribi¨® en 1981 que las Danzas burgalesas para piano eran dignas de ponerse junto a las mejores Danzas espa?olas de Granados.
Su Cancionero (Colecci¨®n de cantos populares burgaleses) supuso una gran sorpresa cuando se conoci¨®, ya en la democracia; entre otros factores porque no se trataba de una recopilaci¨®n de canciones mojigatas o censurado como algunas de las que le precedieron y algunas de las que le sucedieron, elaboradas por curas y personas de orden, o luego por la Secci¨®n Femenina de la Falange. Inclu¨ªa sin problema canciones picarescas y desvergonzadas, respetando notarialmente lo que el pueblo cantaba. Gran parte de ese cancionero fue grabada y difundida por el sello Guimbarda en 1981, con interpretaci¨®n del grupo Or¨¦gano.
Sin embargo, sigue pendiente la representaci¨®n esc¨¦nica de su ¨®pera, basada en un pasaje de El Quijote y cuyo libreto original para diez personajes es obra del leon¨¦s Manuel F. Fern¨¢ndez N¨²?ez y del salmantino Lope Mateo.
Y tambi¨¦n contin¨²a sin resolverse una tarea m¨¢s dif¨ªcil: a¨²n se desconoce d¨®nde reposan los restos de Antonio Jos¨¦; y tambi¨¦n los de su hermano Julio, maestro de Pradoluengo (y colaborador del Diario de Burgos), fusilado en 1936 como otros 22 colegas suyos de la provincia.
Babelia
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