El mundo de Modigliani, un italiano en Par¨ªs
La Tate Modern de Londres exhibe un centenar de obras del artista, entre ellas una docena de sus famosos desnudos
El casi centenar de modiglianis que la Tate Modern londinense va a desplegar entre ma?ana y el 2 de abril ya encarna de por s¨ª el atractivo de reunir algunas de las obras ic¨®nicas de una firma inclasificable, cuyos retratos de rostros ovalados, cuellos estilizados y ojos sin pupilas son hoy inmediatamente reconocibles. La mayor retrospectiva que Reino Unido ha dedicado a Amedeo Modigliani (1884-1920) ha tomado como leitmotiv la forja de su obra en un Par¨ªs capitalino del arte moderno para exhibir esos cuadros ¡ªincluida una colecci¨®n de sus famosos desnudos¡ª que trastocaron la noci¨®n figurativa de la pintura. ¡°Modigliani era italiano, y eso marca su identidad, pero se convirti¨® en el artista que hoy conocemos gracias a su traslado a Par¨ªs¡±, subray¨® la comisaria de la muestra, Nancy Ireson, sobre el personal lenguaje pict¨®rico que este hijo de una familia jud¨ªosefard¨ª de Livorno experiment¨® y desarroll¨® en su singladura parisina. Con la salud quebrada a causa de la tuberculosis contra¨ªda en su adolescencia, el aspirante de 21 a?os quiso trasladar su ambici¨®n al gran faro de las vanguardias, donde absorbi¨® las influencias diversas del cubismo, el fauvismo o los tanteos expresionistas para acabar creando un estilo propio.
Su brocha se relaja, con pinceladas menos definidas que suponen el abandono de una forma m¨¢s pulcra y tradicional de pintura, en el desfile de retratos que ejecut¨® de los artistas, poetas, m¨²sicos y actores de su c¨ªrculo de Montparnasse y Montmartre. Modigliani pinta entre otros muchos a Juan Gris, Constantin Brancusi, a Pablo Picasso, de quien dijo: ¡°Siempre va 10 a?os por delante de todos nosotros¡±. Reflejo de esa admiraci¨®n, estamp¨® junto al rostro del artista malague?o la palabra savoir (saber).
De la ciudad loca a la Riviera francesa
Modigliani dedic¨® muchas obras a su ¨²ltima compa?era y madre de su hija, la pintora Jeanne H¨¦buterne, a quien conoci¨® a los 33 a?os (ella ten¨ªa 19). Junto a ella se instal¨® en la Riviera francesa, alejado de Par¨ªs y angustiado por el ¡°cambio de ritmo y atm¨®sfera¡±. A falta de modelos profesionales, pint¨® a los lugare?os de Niza, pero sobre todo a Jeanne. Aparece retratada como muchas mujeres, desde la figura casi infantil con el pelo recogido hasta la seguridad de la mujer embarazada. De regreso a Par¨ªs, ambos compartieron un estudio ¡ªque la Tate reproduce para el visitante con tecnolog¨ªa virtual¡ª hasta la muerte del artista a los 35 a?os. Jeanne, nuevamente embarazada, se suicid¨® a los pocos d¨ªas.
Picasso le devolvi¨® el cumplido sentenciando que ¡°solo hay un hombre en Par¨ªs que sabe vestirse, y ese es Modigliani¡±. El comentario socarr¨®n alud¨ªa al ¨¦xito del apuesto italiano entre las mujeres, las principales musas de su arte. Posaron ante su atril muchas modelos, a las que remuneraba generosamente ¡ªcinco francos de la ¨¦poca, el doble de lo que ganaba en un d¨ªa una trabajadora en la f¨¢brica¡ª, y amantes. Como la poeta rusa Anna Ajm¨¢tova, cuyo retrato reclinada en la cama responde a los primeros tiempos de penurias econ¨®micas del artista. Cuando Modigliani pinta, una d¨¦cada despu¨¦s, a otra de las mujeres esenciales en su corta y turbulenta singladura, la editora y escritora brit¨¢nica Beatrice Hastings, ya ha hecho suyo Par¨ªs, aunque el abuso del alcohol y las drogas se traduce en una personalidad impredecible e irascible.
Censurado hace 100 a?os
Sus trabajos m¨¢s renombrados y provocadores en torno al sujeto femenino est¨¢n en esa colecci¨®n de desnudos que muestran a la mujer como sujeto er¨®tico en control de su propia sexualidad y que en el Par¨ªs supuestamente rupturista de 1917 le mereci¨® la censura por la exposici¨®n sin recato del pubis. Cien a?os m¨¢s tarde, su Desnudo acostado (1917-1918) acabar¨ªa encarnando uno de los hitos de la sala de subastas Christie¡¯s, cuyo martillo sell¨® la venta por 158 millones de euros en 2015. El museo londinense ha conseguido aglutinar para la ocasi¨®n 12 de esos desnudos en los que la sensualidad de las modelos que buscan el contacto visual con quien las mira sugiere los cambios en ciernes en la vida de unas mujeres progresivamente m¨¢s independientes. Procedente de pr¨¦stamos de todo el mundo, la Tate exhibe tambi¨¦n un grupo de nueve esculturas que ilustran esa otra pasi¨®n del autor por trabajar la piedra.
La retrospectiva arranca y concluye con sendos autorretratos de Modigliani. En el primero, se pinta a s¨ª mismo como un pierrot entre rom¨¢ntico y melanc¨®lico, un joven que est¨¢ entonces perfilando su propia identidad. El segundo, ejecutado un a?o antes de su muerte en 1920, muestra al autor paleta en mano, confiado y seguro de s¨ª mismo y de su arte. Es el Amedeo Modigliani ante el que se ha rendido la posteridad.
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