Pixar no quiere olvidar
'Coco', el ¨²ltimo largometraje animado de la compa?¨ªa, est¨¢ ambientado en M¨¦xico en el D¨ªa de muertos
En el cementerio encontraron una fiesta. Y una pel¨ªcula. ¡°Estaba acostumbrado a que fuera un lugar triste¡±, admite el director, Lee Unkrich. Y, a priori, una noche entre tumbas no promet¨ªa alegr¨ªas. Pero aquello era M¨¦xico, el D¨ªa de muertos: monumento a la melancol¨ªa, pero tambi¨¦n a la vida. Los ni?os correteaban entre las l¨¢pidas, las guitarras vibraban, velas y flores coloreaban la oscuridad. Todo el pueblo se hab¨ªa juntado alrededor de los sepulcros y los recuerdos. ¡°Un momento m¨¢gico¡±, resume la productora Darla K. Anderson. ¡°Descubrimos una celebraci¨®n centrada en la familia, en conservar la memoria de los seres queridos y no olvidar a nadie. Ten¨ªa el potencial para ser una historia universal¡±, defiende Unkrich. As¨ª que dibujaron y la filmaron. La titularon Coco. Y el 19? largo de Pixar, la productora m¨¢s celebrada del cine de animaci¨®n, llega hoy a las salas espa?olas.
En Coco, la compa?¨ªa estrena protagonista latino: el peque?o mexicano Miguel. El chico sue?a con ser justo lo que su familia m¨¢s odia: m¨²sico. ?l siente las melod¨ªas en la sangre; pero en su casa a¨²n rememoran cuando su tatarabuelo dej¨® atr¨¢s su mujer y su hija y se march¨® con la guitarra. Por eso proh¨ªben incluso tararear y se han volcado en la zapater¨ªa. El mismo destino que aguarda a Miguel. 12 a?os y un camino ya trazado. O tal vez no. Para entender su pasado y cambiar su futuro, el chico acaba aventur¨¢ndose por el mundo de los muertos. Con ¨¦l, Coco lleva al espectador al universo extraordinario donde viven los esqueletos. Y mientras Miguel viaja hacia sus deseos, el filme reflexiona sobre el periplo de la vida: los humanos se juntan para afrontarlo, pero la muerte los separa, juega a infligirles heridas y adioses. Ni ella puede cancelar, sin embargo, los recuerdos del tiempo compartido.
Unkrich y Anderson tambi¨¦n acababan de vivir una despedida: la de Toy Story 3. Tras crear uno de los filmes animados m¨¢s exitosos de la historia, hallaron un nuevo comienzo en el D¨ªa de muertos. ¡°Se lo propusimos a John Lasseter [el jefe de Pixar, que abandon¨® temporalmente la compa?¨ªa poco despu¨¦s de la celebraci¨®n de esta entrevista por sospechas de abusos] y se entusiasm¨®¡±, relata Unkrich. Acto seguido, fueron enviados a M¨¦xico. Volvieron cuatro veces m¨¢s: se hospedaron en casas familiares, vieron con sus ojos aldeas y costumbres, preguntaron hasta saciar su curiosidad. Y aplacaron, en parte, el miedo de Unkrich de filmar, como blanco de EE UU, una pel¨ªcula sobre las ra¨ªces de otro pa¨ªs. Las proyecciones previas con asesores locales y la promoci¨®n del coguionista mexicano Adri¨¢n Molina a codirector reforzaron las garant¨ªas de rigor. La falta de doblaje en castellano de Espa?a, para mantener el original mexicano, es otro indicio de la voluntad de partir de una base local¨ªsima ¡ªperros Xolo, papeles picados, hasta Frida Kahlo...¡ª para hablar a todos.
Adi¨®s a los juguetes
Antes de Coco, Lee Unkrich y Darla K. Anderson colaboraron en otro monumento f¨ªlmico a la nostalgia, el recuerdo y las despedidas: Toy Story 3. M¨¢s all¨¢ de obtener dos oscars, a la mejor obra de animaci¨®n y la mejor canci¨®n, por We Belong Togheter, la pel¨ªcula enamor¨® casi unanimemente a p¨²blico y cr¨ªtica. ?Cu¨¢l fue su secreto? "La tristeza agridulce de crecer y decir adi¨®s a la infancia. Tambi¨¦n provocaba emociones poderosas relacionadas con la mortalidad", reflexiona Unkrich. Y Anderson a?ade: "Ayud¨® que muchos que hab¨ªan visto la primera entrega de ni?os estuvieran entonces en la universidad".
Ahora ambos sonr¨ªen. Sin embargo,?Unkrich admite sus miedos: "No creo que pueda sentir nunca una presi¨®n mayor respecto a la de Toy Story 3. Nos pidieron una secuela de dos de las pel¨ªculas animadas m¨¢s amadas de siempre. Tem¨ª pasar a la historia como el creador de la entrega mala de la trilog¨ªa".
El resultado ha sido celebrado por p¨²blico y cr¨ªtica. Estrenada primero en M¨¦xico, se convirti¨® en la pel¨ªcula de animaci¨®n m¨¢s taquillera de la historia del pa¨ªs. Medios estadounidenses y mexicanos se han rendido ante la en¨¦sima joya de Pixar. Dicen que el filme tiene alma, deslumbra visualmente, provoca l¨¢grimas y carcajadas y ofrece toques de ternura y calidad marca de la casa Pixar. La arrugad¨ªsima bisabuela que da el t¨ªtulo al filme ha entrado ya en el Olimpo de sus mejores personajes. Entre las pocas excepciones, la web Indiewire aplaude Coco pero critica que Pixar haya abandonado el riesgo. Unkrich responde algo fastidiado: ¡°Nunca discutimos sobre c¨®mo coger el camino m¨¢s f¨¢cil, intentamos ser ¨²nicos. Ponemos en cada filme el coraz¨®n, el alma y muchos a?os¡±.
Seis, en este caso. ¡°S¨¦ que suena como mucho tiempo, pero desde dentro no lo parece. Siempre agradeces tener m¨¢s, hubo un momento en que nos dimos cuenta de que solo faltaban tres a?os y dijimos: ¡®?C¨®mo vamos a terminar en tan poco?¡±, explica el cineasta. Coco se concibi¨® en 2011, y llega ahora a la vida. Es decir, se escribi¨® cuando en EE UU gobernaba Barack Obama, pero su celebraci¨®n de M¨¦xico resulta actual¨ªsima cuando Donald Trump quiere un muro que le separe de su vecino.
El paso del tiempo ha tra¨ªdo m¨¢s cambios. ¡°En la historia del cine no encontr¨¦ ning¨²n filme sobre el D¨ªa de muertos. Era ¨²nico y original¡±, defiende Unkrich. Sin embargo, en 2014 lleg¨® El libro de la vida, filme mexicano animado, ambientado en el mismo contexto. Aunque, lejos de pol¨¦micas, Jorge R. Guti¨¦rrez, su director, ya ha dado la bienvenida a Coco por Twitter.
Reporters on both sides keep asking why I am rooting for COCO. If it doesn't do well people like me will have a harder time making films or shows with minority lead characters or worlds. It's my life long passion and mission to showcase where I'm from. So, please go see COCO!!!
— Jorge R. Gutierrez (@mexopolis) November 22, 2017
En el fondo, el filme de Unkrich no necesita comparaciones externas: bastante tiene en su casa. ¡°Todo cineasta de Pixar siente el peso de su reputaci¨®n y de tener que estar a la altura¡±, explica Anderson. As¨ª que Coco quiere ser como sus antepasados. Se llaman Up, Wall-E, Del rev¨¦s o Toy Story 3. Y nadie los olvida.
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