¡®Coco¡¯, la colorida f¨¢bula de los ¡®bad hombres¡¯

Veintid¨®s a?os despu¨¦s, Pixar vio al sur. El estudio de animaci¨®n, comprado en 2006 por el gigante Walt Disney, ha cautivado a las audiencias durante dos d¨¦cadas con historias sobre la vida interior de los juguetes, los problemas laborales de los monstruos de las pesadillas y las inquietudes existenciales de los robots en el espacio. Diecinueve pel¨ªculas despu¨¦s, incluso despu¨¦s de explicar la maravilla de la mente humana, los cineastas y ejecutivos estadounidenses apuestan ahora por explorar un desconocido que ha estado ah¨ª todo este tiempo: M¨¦xico.

El Festival de cine de Morelia inaugur¨® su XV edici¨®n con Coco, el homenaje que Disney y Pixar hacen a las tradiciones mexicanas. La cinta cuenta la historia de Miguel Rivera, un ni?o que crece en una familia de zapateras que ha prohibido la m¨²sica por los rencores de una amarga historia amorosa. En la clandestinidad, Miguel toca la guitarra frente a una televisi¨®n en la que escucha una y otra vez las canciones de Ernesto de la Cruz, un popular y admirado cantante de m¨²sica vern¨¢cula. En el d¨ªa de muertos Miguel tiene la oportunidad de mostrar a su abuela su pasi¨®n por la m¨²sica. Antes tendr¨¢ que vivir una aventura de una noche en el mundo de los muertos para aprender la importancia de la familia.

El proyecto arranc¨® hace seis a?os y medio despu¨¦s del ¨¦xito de Toy Story 3. ¡°Nos vino a la cabeza el inter¨¦s de hacer algo relacionado con d¨ªa de muertos. Supe que hab¨ªa potencial para hacer algo especial para los mexicanos. Que fuera apreciado en todo el mundo, pero especialmente en M¨¦xico. Era una oportunidad para devolverle algo a M¨¦xico, para agradecerle todo el amor que han dado a las pel¨ªculas que hemos hecho en Pixar¡±, dice a EL PA?S Lee Unkrich, el director de la cinta junto a Adri¨¢n Molina, un californiano de ascendencia mexicana.

En tiempos de los bad hombres de Trump, Coco se convierte en una herramienta de relaciones p¨²blicas que pretende mostrar que lo mexicano no tiene una carga negativa. Es una cinta que se empe?a en mostrar las coincidencias en tiempos donde Washington se empe?a en dividir. ¡°Hay cosas y valores universales. Son m¨¢s cosas las que tenemos en com¨²n que las que no. Espero que eso se pueda mostrar con Coco¡±, confiesa a EL PA?S la productora de la cinta, Darla Anderson.

Cuando Disney y Pixar tomaron la decisi¨®n de sacar adelante el proyecto, una gran maquinaria comenz¨® a moverse. Unkrich y Molina iniciaron una extensa investigaci¨®n de ambici¨®n antropol¨®gica sobre la cultura mexicana que arranc¨® en los pueblos de la zona lacustre de Michoac¨¢n, P¨¢tzcuaro y Janitzio. All¨ª entraron a las casas de familias mexicanas para ver c¨®mo conmemoraban el dos de noviembre. Tambi¨¦n viajaron a Guanajuato y Oaxaca, donde extendieron sus conocimientos culinarios. En esta ciudad aprendieron que existen varios tipos de mole.

El resultado en pantalla es una sobredosis de folclore. Todo lo que un turista aprenda en unos d¨ªas en M¨¦xico est¨¢ en Coco. Hay alebrijes, xoloitzcuintles, papel picado, pir¨¢mides, flores de cempas¨²chil, tamales y drama de telenovelas, con sollozos incluidos. Pero la envergadura de la investigaci¨®n de Pixar se percibe en una segunda capa, m¨¢s lejana de la superficialidad de los lugares comunes. Son gui?os a detalles intr¨ªnsecos de lo mexicano: el matriarcado en una sociedad machista, la violencia que puede desatar una chancla y lo risible que puede ser para los locales la imagen de Frida Kahlo, idolatrada en el extranjero.

¡°Hay algunos chistes que gente en otras partes del mundo no va a entender. Y est¨¢ bien. Vivimos en un mundo muy grande. No creo que la gente solo deba ver pel¨ªculas sobre sus culturas. He visto pel¨ªculas de otras culturas que aprecio y entiendo. As¨ª se aprende de los otros. Y creo que algo as¨ª puede suceder con Coco¡±, explica Unkrich.

El localismo de Coco tendr¨¢ que ser compensado con una excepcional taquilla en M¨¦xico. La cinta se estrena este viernes 27 de octubre, casi un mes antes de que llegue a los cines en el resto del mundo. La nueva entrega de Pixar llegar¨¢ a m¨¢s de 3.000 pantallas, algo m¨¢s del 50% del total de salas que hay en el pa¨ªs y el total de pantallas que tiene Espa?a, por ejemplo.

La estrategia universal de Coco ya ha encontrado algunos problemas. En Brasil, la aventura mexicana en el d¨ªa de muertos se llamar¨¢ Viva. El t¨ªtulo original en portugu¨¦s remite a la mierda.