Peque?as librer¨ªas con sabor a miel
A esa estirpe de mujeres derrotadas, pero imbatibles, que son las libreras dedica Isabel Coixet su pel¨ªcula

Quedan todav¨ªa peque?as librer¨ªas como esta en alguna plazoleta de cualquier ciudad perdida. El cliente se detiene ante el escaparate donde se exhiben con una exquisita selecci¨®n las ¨²ltimas novedades. Novelas, ensayos, viajes, historia, poes¨ªa, memorias. Si despu¨¦s de recrearse contemplando las portadas el cliente decide entrar en la librer¨ªa, al abrir la puerta sonar¨¢ una campanilla y en un ¨¢mbito reducido, muy ordenado, lleno de un silencio penetrado por ese ligero sabor a miel que desprenden los libros, descubrir¨¢ en un rinc¨®n la figura de una mujer, todav¨ªa joven, sentada a una mesa iluminada con una luz c¨¢lida. Esta librera es espa?ola, aunque tiene un dise?o aproximadamente anglosaj¨®n, con el pelo recogido en la nuca, la blusa de seda y los lentes redondos de aros dorados. Ella sigue trabajando sin molestar al cliente, quien, tal vez, no encuentra el libro que busca. Una breve insinuaci¨®n bastar¨¢ para que librera se disponga a ayudarlo. Lo sabe absolutamente todo de ese libro, incluso sabe con todo pormenor de qu¨¦ trata puesto que incluso lo ha le¨ªdo. Est¨¢ descatalogado, pero ma?ana mismo, si el cliente lo desea, lo tendr¨¢ en sus manos.
Una librera como esta y tantas otras por el estilo era mi amiga Pepa Ferrando de Denia antes de que su peque?a librer¨ªa selecta desapareciera llevada por el vendaval de Amazon y la competencia de los grandes espacios. Cuando desde Madrid le ped¨ªa alg¨²n libro inencontrable, ella poco despu¨¦s me lo mandaba en una caja donde lo acompa?aba con algunas hortalizas del tiempo. En cierta ocasi¨®n una rara edici¨®n del Libre de les meravelles, de Raimundo Llull, viaj¨® a Madrid en compa?¨ªa de los primeros esp¨¢rragos y habas de primavera.
A esta estirpe de mujeres derrotadas, pero imbatibles, dedica Isabel Coixet su ¨²ltima pel¨ªcula, La librer¨ªa, una peque?a obra maestra, realizada con su extraordinario talento, sacada de la novela de la escritora brit¨¢nica Pen¨¦lope Fitzgerald. Tambi¨¦n la propia Isabel Coixet pertenece a esta clase de mujeres resistentes, que en este caso lleva varias mochilas a cuestas recibidas por herencia: la de nacer mujer en un pa¨ªs de machistas, la de verse obligada a demostrar cada d¨ªa que es una buena catalana y la de dar cuenta tambi¨¦n de que es una buena espa?ola. Que a esta vida no has venido a bailar el mambo si eres ni?a, lo supo muy pronto Isabel Coixet al tener que afirmar su personalidad frente a los compa?eros de colegio que se burlaban de ella, tal vez por llevar gafas o por ser demasiado lista. Esa resistencia hizo de Isabel una mujer fuerte y a la vez insegura. Ser feminista, catalana y espa?ola es tan natural como llevar gafas de pasta; a cambio debe soportar, con una mezcla de miedo y desd¨¦n, los insultos, el repudio, el odio y la incomprensi¨®n con que la obsequian los independentistas fan¨¢ticos, mientras otros catalanes en la calle la felicitan y la abrazan. Pese que Isabel se acaba de romper el brazo en una ca¨ªda en Madrid, no es mujer que d¨¦ el brazo a torcer.
?Qui¨¦n es esa chica?
A esta triple mochila a?ade la de ser directora de cine. Pero, ?qui¨¦n es esa chica catalana, que, de pronto, rueda en ingl¨¦s sus pel¨ªculas en Canad¨¢, en Estados Unidos, en Tokio, en una plataforma petrol¨ªfera, en el Polo Norte, en Inglaterra y aceptan sus guiones los mejores actores del momento: Tim Robbins, Sarah Polley, Ben Kingsley, Juliette Binoche, Emily Mortimer, Patricia Clarkson? En su ¨²ltima pel¨ªcula, La librer¨ªa, narra la historia de Florence Green, una joven dulce, tenaz e idealista que decide realizar uno de sus mejores sue?os, abandonar Londres y abrir una peque?a librer¨ªa en un pueblo de la costa brit¨¢nica, una decisi¨®n que actuar¨¢ como un disolvente en aquella sociedad dormida. Despu¨¦s de una lucha heroica contra todos los riesgos y dificultades, que le imponen sus habitantes. Su derrota es la met¨¢fora de un mundo que desaparece. Isabel Coixet demuestra una extraordinaria sensibilidad a la hora de analizar las pasiones complejas, los sentimientos envenenados de los personajes, siempre a una distancia corta e ¨ªntima.
Nacida en Sant Adri¨¢ de Bes¨®s, el 9 de abril de 1960, Isabel Coixet procede de una familia obrera en la que conflu¨ªan antepasados, algunos franceses, de uno y otro bando de la Guerra Civil, con diversos encastes de inmigrantes, entre los cuales, el que le llega de la rama valenciana ha conformado gran parte de su car¨¢cter, inteligente y complicada, libre y obsesiva en el trabajo, con una timidez, que unas veces la paraliza y otras la obliga a mont¨¢rselo de rara para que la dejen en paz.
Isabel Coixet tiene una casa en la comarca de El Bruch con una peque?a heredad donde cultiva olivos de la clase vera y palomar, que producen unos 300 kilos de aceitunas. Cada a?o lleva la cosecha a la almazara y regala a los amigos una botella de este aceite catal¨¢n y por supuesto universal.
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