¡®Cien a?os de soledad¡¯ compartida
Elena Poniatowska, Benito Taibo y Tania Libertad recuerdan al escritor colombiano 50 a?os despu¨¦s de la publicaci¨®n de la novela
La Feria Internacional del libro de Guadalajara (FIL) tiene la capacidad de mezclar magicamente momentos y sensaciones aparentemente ajenas entre s¨ª. Las mariposas amarillas, la m¨²sica de Tania Libertad y a la escritora Elena Poniatowska recordando sus buenos momentos junto a Gabriel Garc¨¬a M¨¢rquez. Y todo en el mismo momento, hora y lugar.
Cincuenta a?os despu¨¦s de la publicaci¨®n de Cien a?os de Soledad, tres de las personas m¨¢s cercanas al Nobel; Benito Taibo, Elena Poniatowska y Tania Libertad -la pata literaria, period¨ªstica y musical- se juntaron en la FIL para recordar que el autor de Aracataca era un magn¨ªfico escritor, pero tambi¨¦n un buen amigo, un parrandero y un enamorado del vallenato.
Recordar la novela inici¨¢tica para varias generaciones de lectores latinoamericanos fue una sucesi¨®n de an¨¦cdotas mano a mano entre amigos y lectores. Como esa que record¨® el escritor Benito Taibo en la que siendo muy joven enterr¨® junto a varios amigos un ejemplar de Cien a?os de Soledad en un parque de la colonia La Condesa de Ciudad de M¨¦xico. Cuando 25 a?os despu¨¦s fueron a buscarlo, encontraron que en el mismo lugar no hab¨ªa un ¨¢rbol frondoso con gitanos, imanes o hielo en cada rama, sino unos horribles ba?os p¨²blicos. ¡°Lo plantaron al rev¨¦s¡±, ri¨® ¡®Gabo¡¯ cuando le cont¨® la an¨¦cdota.
Entre aquellos recuerdos, Taibo record¨® una vez que le acompa?¨® durante muchos d¨ªas de escritura. ¡°Las musas no existen, Benito¡±, le dijo Garc¨ªa M¨¢rquez, ¡°debes aprender a escribir con la goma de borrar. Escribir y borrar, borrar y borrar mucho de lo que sale de la cabeza¡±, le dijo.
El acto sirvi¨® para presentar una edici¨°n ilustrada de la novela, editada por Planeta, 50 a?os despu¨¦s de su publicaci¨®n, en 1967, pero tambi¨¦n para homenajear la literatura y lo que signific¨® la aparici¨°n del libro. La m¨²sica y las 500 personas presentes en el acto reunidas solo para recordar el libro que les abri¨® los ojos permitieron tambi¨¦n inventar un nuevo cuento surgido de la magia del propio auditorio. "Digan una palabra que les evoque el libro", pidi¨® Taibo a los asistentes: ¡°magia¡±, ¡°soledad¡±, ¡°Am¨¦rica Latina¡±, ¡°la lectura¡±, ¡°felicidad¡±, ¡°la casa de mis abuelos¡±¡respondi¨® la gente a modo de coro celebratorio, mientras el escritor paseaba con el micr¨®fono en la mano por el auditorio.
A su lado, Elena Poniatowska, cansada de una sucesi¨®n de charlas durante una agotadora jornada en la FIL record¨® el d¨ªa que ley¨® por primera vez Cien a?os de soledad y aquellos a?os en que conoci¨® al talentoso grupo de escritores, entre ellos Octavio Paz -¡°tan serio que parec¨ªa que se hab¨ªa tragado un paraguas¡±-, Carlos Fuentes o Garc¨ªa M¨¢rquez durante una ¨¦poca ¡°en la que no ten¨ªan ni un petate donde caerse muertos¡±, ironiz¨®. ¡°Pero m¨¢s que seguir diciendo babosadas, lo mejor es escucharla a ella¡±, dijo Poniatowska antes de pedirle a Tania Libertad que volviera a cantar aquel bolero, Nube viajera, que tanto veces le pidi¨® Gabo.
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