?Es sexista la lengua espa?ola?
Las reflexiones sobre la discriminaci¨®n a trav¨¦s del lenguaje han estado muy presentes en la Feria del Libro de Guadalajara. Acad¨¦micas y escritoras espa?olas y latinoamericanas dan su opini¨®n
El espa?ol divide entre masculino y femenino, pero el finland¨¦s, el turco o el persa son lenguas sin marca de g¨¦nero. El griego tiene tres, mientras que por ejemplo el polaco distingue entre cinco: neutro, femenino, masculino personal, inanimado y animado. Entonces, ?qu¨¦ tiene que ver la gram¨¢tica con la discriminaci¨®n sexista? ¡°Nada ¨Cresponde Concepci¨®n Company, doctora en filolog¨ªa por la UNAM¨C porque la gram¨¢tica es neutral, es un mero recipiente. Somos los humanos los que discriminamos, pero no con la gram¨¢tica, sino con el discurso que hacemos vali¨¦ndonos de ella¡±. Es decir, lo te que emborracha no es la botella, sino el whisky que contiene la botella.
En tiempos de oleaje feminista global, las reflexiones sobre la discriminaci¨®n a trav¨¦s del lenguaje han estado muy presentes en ponencias, charlas y debates durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), el certamen editorial en espa?ol m¨¢s grande del mundo. ¡°Por toda la feria ¨Ca?ade la acad¨¦mica mexicana¨C hay colecciones de nuestro cl¨¢sicos, y a nadie se la ha ocurrido decir nuestros cl¨¢sicos y nuestras cl¨¢sicas. Porque el g¨¦nero masculino gramaticalmente es indiferente al sexo, que s¨ª es siempre binario¡±.
Las apuestas de gobiernos latinoamericanos por el llamado lenguaje incluyente se repasaron tambi¨¦n durante el festival, como el caso de la constituci¨®n venezolana que ha crecido de 100 a 600 p¨¢ginas al desdoblar todos los presidentes o presidentas, magistrados o magistradas, procuradores o procuradoras, ministros o ministras.
El escollo no es la gram¨¢tica sino el sesgo cultural e ideol¨®gico, las relaciones de poder que pesan sobre sus reglas
¡°La lengua es como la piel del cuerpo social que refleja el movimiento de ese cuerpo. Por eso, si la sociedad es machista, la lengua es machista. Pero intentar cambiar ese organismo vivo por decreto casi nunca da buenos resultados¡±, apunta la escritora espa?ola Rosa Montero, quien reconoce que ¡°el todos y todas, es de un cansino que mata¡±. Porque el escollo no es la gram¨¢tica sino el sesgo cultural e ideol¨®gico, las relaciones de poder que pesan sobre sus reglas. La palabra ¡°se?orita¡±, por ejemplo, va poco a poco desapareciendo en Espa?a, ¡°porque ¨Ca?ade Montero¨C es demencial que a una mujer se le consider¨¦ de diferente modo por estar o no casada¡±. La elecci¨®n de las palabras es una cuesti¨®n m¨¢s pol¨ªtica que gramatical.
¡°La misoginia no est¨¢ en el idioma, es nuestro uso del lenguaje el que refleja nuestra postura con respecto al problema de la igualdad de g¨¦nero¡±, apunta la escritora mexicana Brenda Lozano. As¨ª, los nuevos encajes entre esas relaciones de poder se van destilando por el esqueleto del idioma. Esta misma semana, la Real Academia Espa?ola (RAE) anunci¨® que como respuesta a una campa?a ciudadana a?adir¨¢ un nuevo uso, ¡°discriminatoria o despectivo¡±, al t¨¦rmino ¡°sexo d¨¦bil¡±.
S¨®lo cuatro escritoras han sido reconocidas con el premio Cervantes en 41 ediciones y s¨®lo seis mujeres tienen un lugar entre los 46 asientos de la RAE. ¡°?Crees que la mujeres han sido tratadas en la historia de la literatura espa?ola como Don Quijote trat¨® a Dulcinea?¡±, le pregunt¨® en una de las mesas Elena Poniatowska, (Cervantes 2013) a Soledad Pu¨¦rtolas (silla g de la REA), que respondi¨® con una genealog¨ªa de la academia: ¡°Hasta 1978 no hab¨ªa ninguna mujer. Cuando se funda en el siglo XVIII las mujeres no pod¨ªa salir de casa. Solo algunas recib¨ªan en sus salones. Y para eso hab¨ªa que tener una casa y ser rica. A¨²n hoy en d¨ªa las escritoras somos antes mujeres, que escritoras. Y eso se dice con una intenci¨®n¡±
La lengua otorga identidad, conciencia de uno mismo, atraviesa la vida y nos coloca en un determinado lugar del mundo. ¡°Es el sedimento secular y milenario de h¨¢bitos y rutinas hist¨®ricas¡±, como la define la acad¨¦mica de la UNAM. Por eso la escritora mexicana Claudina Domingo subraya que ¡°el cuestionamiento del sexismo en la lengua espa?ola es algo que debe ser atendido y discutido. Porque lo que hablamos es el resultado de ¨¦pocas en las cu¨¢les se impuso una visi¨®n patriarcal de la sociedad¡±
En ese espejo deformado del lenguaje, la escritora cubana Wendy Guerra ha descubierto que ¡°no es lo mismo construir frases en una sociedad machista leninista donde todo est¨¢ en funci¨®n de una marcialidad, de un hermetismo creado y amparado por hombres, que estructurar un lenguaje equilibrado desde la plena igualdad¡±. Y a?ade: ¡°?Ojo! Puedes decir: compa?eros y compa?eras, ni?as y ni?as, pioneras y pioneros, para ser pol¨ªticamente correctos y luego no referirte nunca m¨¢s a las mujeres y ensamblar ejemplos, nombres, conceptos destinados o referidos ¨²nicamente al universo masculino. Esa ha sido la banda sonora de mi vida. El discurso aparentemente igualitario pero blindado de machismo¡±.
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