Ret¨®rica de la violencia de g¨¦nero

En una de las m¨¢s formidables secuencias del cine contempor¨¢neo, Paul Thomas Anderson hizo que llovieran ranas en Magnolia (1999) como una plaga b¨ªblica que ven¨ªa a castigar a una sociedad enferma, decr¨¦pita y malsana en su moralidad. Una met¨¢fora que, en un modo muy semejante, recupera ya desde el t¨ªtulo la pel¨ªcula espa?ola Llueven vacas, tambi¨¦n ¨¦tica, tambi¨¦n retrato de una sociedad implacable, centrada en el azote de la violencia de g¨¦nero.

Basada en un texto teatral previo de Carlos Be, reconvertido en primer lugar como serie para la web, con seis cap¨ªtulos de 15 minutos de duraci¨®n cada uno, y ahora como largometraje que funde todos esos segmentos, Llueven vacas es una complicad¨ªsima apuesta por la representaci¨®n simb¨®lica, necesitada de una clarividencia po¨¦tica que aqu¨ª apenas reluce. La sucesi¨®n de situaciones de maltrato psicol¨®gico, con la violencia f¨ªsica en modo el¨ªptico durante la primera mitad y expl¨ªcito en ciertos instantes de la segunda, tiene tan buenas intenciones como endebles resultados.

Lastrada por su envarado origen teatral, por los a?ejos encadenados de montaje, y por los pedestres fundidos a negro de unificaci¨®n entre piezas, la pel¨ªcula se articula como una reiteraci¨®n de figuras ret¨®ricas que, aun buscando la representaci¨®n aleg¨®rica, y resultando reconocibles en unos ambientes de degradaci¨®n de la mujer, pocas veces se salen de lo teatral para abrazar lo cinematogr¨¢fico, por culpa de una puesta en escena convencional en la que los muy variados efectos de sonido suenan a impostura de fondo m¨¢s que a confluencia de sistem¨¢ticas emocionales.

De modo que son los int¨¦rpretes, casi todos muy convincentes a pesar de que tienen que lidiar con complicados virajes de textos entre lo categ¨®rico ¡ª¡°Nadie se ha muerto por arrastrarse un d¨ªa¡±¡ª y lo po¨¦tico ¡ª¡°Anda, no seas tonta, c¨®mo vas a salir fuera, puede darte una vaca en la cabeza¡±¡ª, los que rayan a mayor altura en una pel¨ªcula de encomiables pretensiones pero de muy modestos frutos.