El renacer de ¡®La barraca¡¯, el cl¨¢sico mexicano con acento espa?ol
La pel¨ªcula de Roberto Gavald¨®n de 1945 sobre el caciquismo del siglo XIX en Espa?a recobra vida en la gran pantalla
Jaime Calpe, nacido en 1939, era apenas un ni?o cuando por su "facha de espa?ol" fue invitado a participar en la pel¨ªcula del mexicano Roberto Gavald¨®n La barraca (1945), basada en la novela hom¨®nima del valenciano Vicente Blasco Ib¨¢?ez. Adem¨¢s de ser considerada una obra de culto del cine del pa¨ªs norteamericano, galardonada con el primer premio Ariel que se entreg¨® en 1947, fue tambi¨¦n pionera en una tem¨¢tica y una ambientaci¨®n completamente extranjera: la Espa?a de finales del siglo XIX. La barraca representa la integraci¨®n del exilio republicano en M¨¦xico, porque en ella particip¨® hasta el ¨²ltimo espa?ol que se cruz¨® en el camino del Gavald¨®n, quien buscaba la precisi¨®n en decorados, m¨²sica, expresiones y costumbres.
Grabada en parte en Xochimilco (al sur de la Ciudad de M¨¦xico), "porque hab¨ªa muchos cipreses que recordaban a la huerta valenciana", seg¨²n explica Calpe, la mayor parte del elenco de protagonistas ten¨ªa un denominador com¨²n: era espa?ol y exiliado tras la victoria del bando golpista en la Guerra Civil. Todos, a excepci¨®n del gran Domingo Soler que da vida al personaje principal. La pel¨ªcula, mexicana pero con acento 100% espa?ol, recobra vida ahora despu¨¦s de que la Academia nacional de cine (Amacc) decidiera, dentro de su programa de recuperaci¨®n de la memoria cinematogr¨¢fica, restaurarla para la gran pantalla.
Las escenas en blanco y negro son n¨ªtidas, el sonido, impecable, y la historia rememora el caciquismo de la ¨¦poca, en Espa?a y en M¨¦xico. Roberto Gavald¨®n, hijo del cineasta, relata hoy, m¨¢s de siete d¨¦cadas despu¨¦s del estreno de la pel¨ªcula, que su padre decidi¨® hacerla porque "encontr¨® cierta similitud entre el campo de M¨¦xico y la novela de Blasco Ib¨¢?ez". El escritor, uno de los principales exponentes de la generaci¨®n literaria del 98, traza una historia de pobreza campesina y sumisi¨®n al cacique. El propietario de las tierras ahoga a los agricultores y ganaderos con el pago de una renta, mientras los vecinos del pueblo, cegados por creencias, se convierten todos a una en el peor enemigo.
La barraca, definida como una vivienda rural de las huertas de Valencia y Murcia, hecha de adobe y con cubierta de ca?a a dos aguas, arranca con el drama del t¨ªo Barret, arrendatario que pierde todo porque, aunque tiene cuatro hijas, Dios no le concedi¨® ning¨²n var¨®n para que le ayudara en las tareas de cultivo. Desde este momento, y tambi¨¦n por rebeld¨ªa contra el cacique que provoc¨® la miseria de esta familia, el pueblo, liderado por Piment¨®, declara maldita la hacienda. Los nuevos inquilinos designados por los patrones se las ver¨¢n y desear¨¢n para conseguir el pan de cada d¨ªa y una vida relativamente tranquila.
El padre de Jaime Calpe, que actu¨® como alumno de la escuela ¨Ca la que los tres hijos menores del protagonista Batiste Borrull acudieron poco antes de que la tragedia se desencadenara tambi¨¦n en su humilde familia¨C, era valenciano y guitarrista por lo que Gavald¨®n recurri¨® a ¨¦l para el desarrollo de la m¨²sica. Al ver sus rostros les pidi¨® adem¨¢s que actuaran en la cinta. "En un momento dado, [Gavald¨®n] le pregunt¨® qu¨¦ le parec¨ªan las barracas que ten¨ªa ideadas, a lo que ¨¦l contest¨®: 'As¨ª no son'. Gracias a eso, aparecieron las aut¨¦nticas", dice el hijo de exiliados mientras golpea con su mano demostrativamente el cartel oficial de la pel¨ªcula impreso en un cuaderno. En la pel¨ªcula participaron carpinteros y escen¨®grafos espa?oles huidos, que consiguieron reproducir la aldea valenciana.
72 a?os despu¨¦s de la elaboraci¨®n de la cinta y tras un a?o de trabajo de un equipo de alrededor de 20 personas, la pel¨ªcula est¨¢ ahora digitalizada. As¨ª se asegura su supervivencia. La Filmoteca de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) ha sido la responsable de este proceso: "Hay restauraciones que son m¨¢s complicadas porque parten de copias ¨²nicas, ac¨¢ por suerte se ten¨ªan varias copias en positivo y el negativo original en un 99%", apunta el cineasta Albino Alv¨¢rez G., coordinador de la recuperaci¨®n digital.
Como escribe Roberto Fiesco sobre La barraca en el primer texto de la Amacc para la preservaci¨®n y difusi¨®n del cine mexicano, "volver a los cl¨¢sicos es como volver al hogar" y en este caso, gracias al esfuerzo de Gavald¨®n, se puede regresar a las casas de dos pa¨ªses.
Babelia
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