A la escucha del rumor social
La muestra 'Charivaria' invita a tender el o¨ªdo a los ruidos que fluyen del tejido social
Deber¨ªamos aprender a juzgar una sociedad por sus ruidos m¨¢s que por sus estad¨ªsticas¡±, escribe Jacques Attali en su libro Ruidos. Ensayo sobre la econom¨ªa pol¨ªtica de la m¨²sica. El ruido puede ser una llamada al orden o un recordatorio de la norma y del poder instituido, pero tambi¨¦n puede ser todo lo contrario: el clamor de la protesta o una llamada a la insubordinaci¨®n colectiva. Habr¨ªa que imaginar ¡°formas te¨®ricas radicalmente nuevas¡± que sirvan para interpretar la ¡°banda audible de las vibraciones y los signos que hacen a la sociedad¡±, sostiene Attali. Situarse a la escucha de estos ruidos implica, sin embargo, una cierta ¡°indisciplina te¨®rica¡± que nos permita ir m¨¢s all¨¢ del proceder abstracto, positivista y casi siempre silencioso de la ciencia; s¨®lo as¨ª podremos identificar en la materia sonora de la sociedad lo que ocurre en su seno y el anuncio de lo que estar¨ªa por venir.
La exposici¨®n Charivaria, dedicada a examinar c¨®mo se posicionan las personas en el espacio p¨²blico con sonido, se articula precisamente desde este car¨¢cter ¡°indisciplinado¡± que Attali recomienda para interpretar los ruidos que nos rodean. Con dos posibles recorridos, el montaje que proponen los comisarios Jos¨¦ Luis Espejo y Andrea Zarza indaga en la ¡°banda audible¡± de la sociedad a trav¨¦s de una serie de relatos complementarios centrados en la iconograf¨ªa del ruido, distintas formas de producci¨®n sonora y an¨¢lisis del sonido desde diversos puntos de vista (o, mejor dicho, de escucha).
La exhibici¨®n incorpora una fant¨¢stica colecci¨®n de carracas de distintas ¨¦pocas y un apartado dedicado al m¨²sico callejero
Charivaria no es, por lo tanto, una exposici¨®n de arte sonoro aunque en ella se incluyan algunas piezas que encajan en esta categor¨ªa. La muestra toma su t¨ªtulo del vocablo de origen franc¨¦s charivari (traducido como cencerrada), una forma de escarnio popular basado en el ruido que antiguamente serv¨ªa para denunciar las transgresiones morales de ciertos miembros de la sociedad. Resulta interesante que, en su momento, la Iglesia aceptara este tipo de manifestaciones pero que m¨¢s tarde recelara de ellas por su capacidad de movilizaci¨®n popular. Como dec¨ªamos: el ruido puede ser normativo pero tambi¨¦n disidente. Una de las versiones contempor¨¢neas del charivari la encontramos, por supuesto, en las caceroladas que, a menudo, toman el espacio p¨²blico de nuestras ciudades, creando un clamor omnipresente y descentralizado a trav¨¦s de una multiplicidad de fuentes sonoras an¨®nimas.
Adem¨¢s de recoger multitud de ejemplos de manifestaciones colectivas basadas en el sonido, Charivaria incorpora una fant¨¢stica colecci¨®n de carracas de distintas ¨¦pocas y con finalidades diversas, apartados dedicados a reivindicar la figura del m¨²sico callejero o el papel de las llamadas m¨²sicas minorizadas (eludidas desde la historiograf¨ªa musical oficial por cuestiones econ¨®micas, sociales o raciales), as¨ª como una extensa selecci¨®n de trabajos y documentos que ahondan en el significado de lo que el compositor y ambientalista canadiense Raymond Murray Schafer denomin¨® ¡°paisaje sonoro¡±. Lejos de suscribir acr¨ªticamente las tesis schaferianas (discutidas a menudo por su excesivo celo higienista), el montaje ajusta cuentas con estos y otros planteamientos tan alejados de los de Schafer como la celebraci¨®n de los ruidos de la industria y la guerra por parte del movimiento futurista.
Una de las versiones contempor¨¢neas del 'charivari' la encontramos en las caceroladas que a menudo toman el espacio p¨²blico
Charivaria funciona, pues, como un paseo sonoro, transhist¨®rico y multidisciplinar a trav¨¦s del desvelamiento de una serie de sonotop¨ªas y sociofon¨ªas que habitualmente permanecen silenciadas en los relatos de la historia del arte, la musicolog¨ªa, la antropolog¨ªa y otros ¨¢mbitos de las humanidades. Este mismo s¨¢bado, por ejemplo, el programa de la exposici¨®n se extiende al Museo del Prado, donde Ruth Piquer y Cristina Bordas, del Grupo de Investigaci¨®n de Iconograf¨ªa Musical de la UCM, har¨¢n una visita guiada para escuchar sus cuadros. ¡°El espacio¡±, escribe Michel Serres, ¡°es invadido, entero, por el rumor; nosotros nos llenamos, enteros, del mismo rumor¡±. Lo que se propone aqu¨ª es, precisamente, tender el o¨ªdo a este rumor.
¡®Charivaria¡¯. CentroCentro. Madrid. Hasta el 28 de enero de 2018.
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