¡®Operaci¨®n Triunfo¡¯, una ventana abierta en TVE
'OT' se ha revitalizado con gracia, inteligencia, alma y conectando con el espectador
![Raoul y Agoney, en la gala del pasado lunes.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GKUICWAGMDBKA4TMQSRH5ZU3HM.jpg?auth=42260fdf1c6dda82f7502fee7d179c548693360332f168fff1e5dd63da2073c7&width=414)
En este espacio que alg¨²n loco me concedi¨®, un servidor escribi¨® en septiembre, llevado por la euforia columnista, un texto titulado Operaci¨®n ?triunfo?, donde cuestionaba la vigencia del formato y preve¨ªa el fracaso de un espacio ¡°repetido, innecesario y poco novedoso¡±. Pues bien, me equivoqu¨¦. OT ha regresado cual fen¨®meno. Se ha revitalizado con gracia, inteligencia, alma y conectando con el espectador, aunque no precisamente por su condici¨®n de talent show, sino por diferenciarse de las decenas de copias que plagan la pantalla. Un acierto que utiliza las mejores armas de la televisi¨®n:?protagonistas carism¨¢ticos y una historia que contar.
Porque en Operaci¨®n Triunfo lo importante no es la melod¨ªa o tener una voz majestuosa. Lo que nos hace sucumbir es c¨®mo sus protagonistas resuelven cada actuaci¨®n. Sea cantando por La La Land o La Bikina. No enganchan los coaches ni jurados, sus peleas o descalificativos. Aqu¨ª solo cuentan esos j¨®venes a quienes les brillan los ojos con cada oportunidad, que evolucionan semana a semana y aprenden en cada clase.
Y, cuidado, la l¨ªnea de granhermanizarlo puede ser muy fina pero, m¨¢s all¨¢ de las parejas que imaginan los espectadores, por suerte no importan tanto los l¨ªos de cama y malos rollos como los pases de micro y el aprendizaje. C¨®mo profesores brillantes como los Javis ense?an esas bambalinas donde nacen estrellas y lo convierten en otro espect¨¢culo.
Esa narraci¨®n es de lo que precisamente adolece La Voz o Got Talent. Sus galas a veces se vuelven fr¨ªas. No importa el destino de sus artistas. Pero en OT, cada expulsi¨®n es un drama nacional. Al menos en Twitter. Porque redes y YouTube son las herramientas para acercarse y conquistar al nuevo espectador y, de paso, comprobar el ¨¦xito paralelo a la cl¨¢sica gala.
Lo que pod¨ªa ser un espacio a?ejo rendido a la nostalgia rompe sin esperarlo los mimbres de la televisi¨®n p¨²blica, que por fin da voz a la generaci¨®n Z, sus debates, su diversidad y a la igualdad. Ver una pareja bes¨¢ndose, sea cual sea su identidad sexual, o una charla sobre el sida se vuelve refrescante en esta necesaria ventana abierta para TVE. OT, ?somos amigos?
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Sobre la firma
![Eneko Ruiz Jim¨¦nez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F994d5417-c2c9-462f-bb5e-8d6f61b1b2a7.png?auth=b657bb48a1c04e6da3526478739275a16b620064b1cd99dd8c4ce4de739f9ace&width=100&height=100&smart=true)