?Imaginan a Roca Rey y Gin¨¦s Mar¨ªn lidiando toros de todos los encastes?
Al torero Jos¨¦ Tom¨¢s hay que recordarlo por lo grande que fue y no por lo que es ahora
El autor del titular de este texto es un aficionado taurino y usuario tuitero que se hace llamar Domingo L¨®pez Ortega, nombre original del desaparecido maestro de Borox, Domingo Ortega.
Hace unos pocos d¨ªas, sorprend¨ªa en las redes sociales con esta pregunta que encierra una bomba de relojer¨ªa en el mundo de los toros. Unas pocas palabras que servir¨ªan para poner patas arriba el escalaf¨®n, motivar a los aficionados y volver como un calcet¨ªn la aburrida y desesperante tauromaquia del siglo XXI.
En otras circunstancias, un mensaje de twiter de estas caracter¨ªsticas hubiera provocado una encendida pol¨¦mica, pero no ha sido as¨ª. No m¨¢s de 13 retuits y 38 ¡®me gusta¡¯ es el pobre balance de su paso por las redes sociales. Es la consecuencia de una tauromaquia anestesiada y una afici¨®n desalentada. ?Da igual qui¨¦n toree, qu¨¦ m¨¢s da¡! Todos los toreros son iguales, se anuncian con las mismas ganader¨ªas, hacen id¨¦nticas faenas; no se les distingue, son aburridos¡ Quiz¨¢, por eso, -aunque no solo por esa raz¨®n- la fiesta de los toros no interesa lo suficiente; quiz¨¢, sea esa la causa por la que muchos aficionados han desertado; quiz¨¢, sea uno de los motivos principales de la actual crisis taurina.
Volvamos a la pregunta tuitera: ?Imaginan a Roca Rey y Gin¨¦s Mar¨ªn lidiando toros de todos los encastes? Es m¨¢s: ?Imaginan que un grupo selecto y representativo de los toreros emergentes decidiera rebelarse contra el sistema y liderara un cambio radical de las muy antiguas, inamovibles e inservibles estructuras taurinas que est¨¢n propiciando la erradicaci¨®n del espect¨¢culo taurino?
No hay colectivo m¨¢s rancio y conservador que el de los j¨®venes toreros modernos
Inimaginable, impensable, imposible; pura ciencia ficci¨®n¡
No hay colectivo m¨¢s rancio y conservador que el de los j¨®venes toreros modernos. Pero no por su culpa, por dios, sino porque se amamantan desde ni?os a los pechos de personajes prehist¨®ricosos, ajenos casi todos al siglo XXI, que piensan y act¨²an como nuestros abuelos, y jam¨¢s se plantean que la tauromaquia se encuentra ante la dram¨¢tica disyuntiva de su inmediata actualizaci¨®n o su inevitable muetre.
Un torero emergente de hoy, -uno con serias posibilidades de ser figura-, solo estudia una asignatura al margen de la t¨¦cnica ante el toro: ser un d¨ªa como sus mayores, hacer el pase¨ªllo con ellos, refugiarse en hierros ganaderos fiables (m¨¢s nobles y c¨®modos, se entiende), y estar presente en las principales ferias, aunque los cosos no se llenen. Y se acab¨®.
Ni a Roca Rey y Gin¨¦s Mar¨ªn -ni a ninguno de sus compa?eros de promoci¨®n- se les ocurrir¨¢ ni por ensue?o lidiar por voluntad propia una corrida que no est¨¦ considerada ¡®de garant¨ªa¡¯; pero no solo en Sevilla o Madrid, sino en todas las plazas donde se anuncien. Para eso han triunfado, precisamente, para lidiar toros m¨¢s bonancibles que fieros, m¨¢s descastados que bravos y m¨¢s inv¨¢lidos que poderosos ante p¨²blicos generosos y triunfalistas, m¨¢s preocupados por conceder orejas e indultos que por la emoci¨®n que desprenden un toro y un torero de verdad.
Hay que estar poco cuerdo para imaginar, siquiera, que alg¨²n nuevo matador de toros se plantee modificar costumbres ancestrales, cambiar las obsoletas estructuras que mantienen la fiesta, y enfrentarse a los que mandan para hacer un espect¨¢culo nuevo, diferente y emocionante.
Definitivamente, ni Roca ni Mar¨ªn lidiar¨¢n un encaste que no haya contrastado su continuada benevolencia, y nunca pensar¨¢n que la b¨²squeda permanente de comodidad es uno de los peores males de la fiesta. Tanto ellos, los j¨®venes, como los veteranos, todos los toreros, viven en una burbuja que los a¨ªsla y los separa del mundo real. No hay m¨¢s que hablar con cualquiera de ellos. Oyes a un chaval que no ha cumplido los veinte a?os y parece que est¨¢ hablando un viejo.
Jos¨¦ Tom¨¢s conserva la grandeza, pero no deja de ser un respetable torero retirado
Si sus mayores -los experimentados taurinos- no se plantean la necesidad urgente de establecer un nuevo modelo, si no se preocupan por averiguar de verdad cu¨¢les son los puntos fuertes y las carencias de la fiesta, si carecen de sensibilidad para fomentar la afici¨®n perdida, y son incapaces de motivar a los j¨®venes, no lo van a hacer los que acaban de llegar.
En fin¡
La pregunta completa del aficionado Domingo L¨®pez Ortega era la siguiente: ¡°?Te imaginas a Roca Rey y Gin¨¦s Mar¨ªn lidiando todos los encastes y regenerando un nuevo escalaf¨®n?¡± Y ¨¦l mismo se respond¨ªa: ¡°Porque yo no¡±.
Otro mensaje de twiter, este referido a Jos¨¦ Tom¨¢s y a su reciente participaci¨®n en una corrida en M¨¦xico el pasado d¨ªa 12, se ha convertido en un perla en la marabunta de tantos ditirambos como provoca este torero.
El autor es Antonio D¨ªaz, y el texto dice as¨ª: ¡°A Jos¨¦ Tom¨¢s hay que recordarlo por lo que fue: un genial matador cuya obra trascendi¨® lo estrictamente taurino; y no por lo que es: un torero retirado que de vez en cuando se marca un bolo en loor de multitudes¡±.
Cada cual es muy libre de alabar a quien desee, y pensar que este o aquel toreros es la tauromaquia personificada, pero la realidad es la que es: Jos¨¦ Tom¨¢s est¨¢ retirado, renunci¨® tiempo ha a la competencia, dimiti¨® de su responsabilidad de l¨ªder del toreo moderno, y ha huido como gato escaldado de su condici¨®n de leyenda.
La fiesta de los toros ser¨ªa, sin duda, muy diferente si Jos¨¦ Tom¨¢s no hubiera hecho mutis por el foro y en lugar de encerrarse en su sepulcral mutismo en las playas malague?as se hubiera atrevido a revolucionar la tauromaquia.
Pero cada uno es como es, y Jos¨¦ Tom¨¢s, un grande-grande, ha preferido el silencio, el retiro y la a?oranza; mientras tanto, sus compa?eros, todos esos que, a juicio de muchos, no le llegan a la altura de las zapatillas, dan la cara todos los d¨ªas, de marzo a octubre, en todas las plazas. Y eso s¨ª que tiene m¨¦rito.
Tom¨¢s fue rey hace tiempo. Un monarca absoluto. Hoy, conserva, qu¨¦ duda cabe, la grandeza con la que lo parieron, pero es un torero retirado. Respetable, pero retirado.
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