¡°Mi madre iba al teatro donde yo trabajaba y dec¨ªa: ¡®Vaya t¨ªa marrana¡±
La ¨²ltima reina del Paralelo barcelon¨¦s deja los escenarios con 72 a?os en un espect¨¢culo final con Fernando Esteso de pareja
Lita Claver (Emilia Gim¨¦nez, Zaragoza, 1945), la Ma?a, ¨²ltima reina del Paralelo barcelon¨¦s, ha decidido dejar el trono. Tras unos intentos con la boca peque?a en 2006 y 2010, ahora va en serio. Abdica y no tiene en qui¨¦n. Su despedida de los escenarios en el Teatro Apolo (desde ma?ana viernes al 14 de enero), se est¨¢ viviendo, y no pod¨ªa ser de otra forma, como el fin de una era. Aquella en la que los espect¨¢culos de variedades, vodeviles, revistas y music hall convirtieron esta arteria barcelonesa en la meca internacional de estos g¨¦neros. Ahora los teatros que exist¨ªan se han reconvertido, los music halls son otra cosa o no quedan, las pocas salas de baile ya no tienen aquel tir¨®n, no existen los cabar¨¦s. La Ma?a deja el oficio a los 72 a?os, con unas piernas esculturales y una energ¨ªa no ya impropia para su edad, sino para cualquier persona de cualquier edad.
Pregunta. ?Ejercer este oficio siendo gitana le habr¨¢ obligado a ponerse muchas veces el mundo por montera?
Respuesta. Jam¨¢s he renegado de mi raza, pero s¨ª he tenido que ser muy rompedora, porque salir en bikini o en maillot, ense?ar las piernas, eso era muy grave, para mi gente era lo peor de lo peor. El caso es que ten¨ªa necesidad de llevar dinerico a casa y eso era un trabajo. Pero ser gitana me encanta.
P. ?Y que le dec¨ªan?
¡°Yo soy una c¨®mica, al margen de que haya ense?ado piernas y haya hecho topless. Pero nunca me he tenido que meter en una cama para trabajar¡±
R. Marrana. Mi madre iba al teatro donde trabajaba y dec¨ªa en alto ¡°vaya t¨ªa marrana, no la aplaudan que ense?a las garras¡±, como se dec¨ªa en cal¨®, y siempre a?ad¨ªa ¡°con lo bien que baila flamenco¡±. Y me montaba pollos. Era tremenda y muy buena.
P. ?Y qu¨¦ hac¨ªa usted?
R. Pues ir mirando por el agujero que hay en el tel¨®n al patio de butacas y como hubiera alguien de mi familia temblaba. Tengo mucho respeto a los gitanos, aunque una gitana no pod¨ªa fumar y fumaba, no se pod¨ªa pintar y yo iba como una puerta, una gitana no pod¨ªa entrar a un bar y yo lo hac¨ªa¡ eso s¨ª, sigo siendo abstemia. Y quer¨ªan decidir mi vida, hasta el punto de intentar casarme con un gitanico de L¨¦rida y ah¨ª me plant¨¦.
P. ?Lo del Paralelo es una muerte anunciada?
R. La televisi¨®n hizo da?o a nuestro g¨¦nero, es cierto, y lo que vino despu¨¦s, con internet y las redes sociales, a¨²n peor. Pero ah¨ª nunca encontrar¨¢n la picard¨ªa, la doble mirada, la tensi¨®n por si se te escapa una tetilla¡ En un escenario hay verdad.
P. ?Y lo de usted, se retira voluntariamente o es el paso de la vida quien le aparta de los escenarios?
R. Me retiro yo porque quiero que se me recuerde en plenitud de facultades. Siempre he dado alegr¨ªa y no quiero dar pena. No quiero que pase conmigo, como me pas¨® cuando fui a la reapertura de El Molino, le hab¨ªan robado el alma con una rehabilitaci¨®n tan fr¨ªa.
P. Y a su hija, abogada, a su nieta, le transmite lo que hered¨® como gitana?
R. De hecho le ense?o palabras del idioma gitano, y ella se las transmite a su hija¡ porque siempre les digo de donde vienen y le recuerdo que mi marido era payo, pero yo soy gitana.
P. Aunque suene raro usted ya llevaba dinero a casa, donde era la peque?a de 16 hermanos, desde los cinco a?os.
R. Si. Bailaba en un par de tabernas y pasaba el platillo. Creo que empec¨¦ a bailar flamenco en la barriga de mi madre y esta es la hora que a¨²n me arranco y palmeo.
P. Era cuando usted viv¨ªa en la Tener¨ªa zaragozana y su padre, tratante de burros, falleci¨®.
R. Eso lo recuerdo perfectamente. Me llevaba de la mano, cay¨® al suelo y me dijo que avisara a mis t¨ªos... muri¨® all¨ª mismo de un infarto. Es una imagen que tengo grabada, s¨¦ c¨®mo iba vestido, con su imagen tan gitana¡ Es el ¨²nico recuerdo que tengo de ¨¦l. ?Menudo panorama dejaba en casa!.
P. ?Y poco despu¨¦s se incorpora a la compa?¨ªa de L¨¢zaro Esteso?
R. Mi madre sab¨ªa en qu¨¦ manos me dejaba y siempre les estar¨¦ agradecida. Me ense?aron mucho. Por lo pronto a leer y escribir. Era la compa?¨ªa itinerante de los padres de Fernando Esteso, con quien hac¨ªa muchos n¨²meros juntos, siendo los dos unos ni?os. ?bamos por los pueblos y rif¨¢bamos una manta y una botella de co?ac.
P. ?All¨ª cogi¨® tablas para poder incorporarse con quince a?os al Oasis, el teatro de variedades m¨¢s conocido de Zaragoza?
R. Al principio bailando flamenco, pero como era buena moza y de buenas piernas me dijeron de incorporarme al cuerpo de baile como vedette.
P. ?Nunca ha terminado de aceptar que se la califique de vedette?
R. Es que no lo era ni lo soy. Mi actuaci¨®n estaba marcada por el humor, yo soy una c¨®mica, al margen de que cuando ha hecho falta haya ense?ado piernas y haya hecho topless. Pero eso han sido cosas puntuales o por sustituir a vedettes cuando ca¨ªan enfermas.
P. ?Ha sido un trabajo duro?
R. A veces mucho. He llegado a hacer siete funciones en un s¨®lo d¨ªa. El teatro ambulante es dur¨ªsimo. Y cu¨¢ndo las condiciones eran mejores, te ten¨ªas que dejar la piel y lo peor, ver a mi hija mucho menos de lo que quer¨ªa. Pero nunca me he tenido que meter en una cama para trabajar.
P. ?Ped¨ªa trabajo a la Pilarica y a la Moreneta?
R. Mucho. Las tengo una gran devoci¨®n porque me han dado mucho, ahora s¨®lo pido salud. A ellas y a la virgen de la Piedad que es la de los gitanos. Tengo mis creencias aunque no voy a misa porque no creo en los curas, he visto maldades, lo de abusar de ni?os...
P. ?Con 22 a?os lleg¨® al Paralelo donde el que ser¨ªa su marido, Rafael Garc¨ªa, era la figura del Teatro Victoria?
R. Era una maravilla el Paralelo, una riada de gente diaria, a todas horas. La gente no ten¨ªa un duro, pero se lo pasaba pipa, todo abarrotado, los bares, los pubs, los cabar¨¦s, los cines. Todo transmit¨ªa alegr¨ªa. C¨®mo me impresion¨®, se respiraba libertad. Est¨¢bamos en pleno franquismo, pero era un oasis. Se respetaba a los gays.
P. ?Se les llamaba gays?
R. Se les llamaba maricones. Casi siempre con muy mal estilo. En el mundo del espect¨¢culo tambi¨¦n, pero con buen rollo, con respeto y tambi¨¦n les llam¨¢bamos mariquitas. Era la ¨¦poca que ven¨ªa la polic¨ªa y se llevaba a los chicos a comisar¨ªa.
P. Entre aquel Paralelo y ¨¦ste casi desaparece un g¨¦nero tan importante. ?Qu¨¦ ha pasado?
R. Pues que en los ochenta empez¨® a decaer y hubo gente que despreciaba este g¨¦nero. Recuerdo que un cargo pol¨ªtico llamado Bru de Sala [director general de Promoci¨®n Cultural de la Generalitat en los ochenta] dijo que esto no era cultura y eso que no ped¨ªamos dinero, s¨®lo quer¨ªamos que adecentaran e iluminaran el Paralelo. Yo creo que el inculto es ¨¦l y es un insulto hacia personas que me han venido a ver como Rafael Alberti, Serrat, Vittorio Gassman, Federico Fellini, Dal¨ª, V¨¢zquez Montalb¨¢n, Michel Piccoli... Todos muy incultos.
P. ?Les han hecho sentir como profesionales inferiores a los que hac¨ªan teatro de texto?
R. Totalmente. Por eso hice con much¨ªsima ilusi¨®n obras de texto, para que vieran que ten¨ªa otro registro.
P. Hasta el punto de cambiar plumas y pedrer¨ªa por el m¨¦todo Stanivslavsky, con disc¨ªpulos de William Layton, lo que supuso la primera incursi¨®n de una vedette en el Centro Dram¨¢tico Nacional.
R. Yo no sab¨ªa quien era el ruso, pero Juan Margallo y Jos¨¦ Pedro Carri¨®n se portaron maravillosamente conmigo cuando montaron La tuerta suerte de Perico Gal¨¢pago, de Jorge M¨¢rquez. Aunque era duro interpretar un drama y que la gente no riera. Por eso lo dej¨¦, porque eso de la cuarta pared y no poder dirigirme al p¨²blico no era para m¨ª.
P. ?Autodidacta o tiene referencias?
R. Todo lo he aprendido sola. No tengo referencias. Yo ya era conocida cuando vi actuar a Lina Morgan y me impact¨® tanto, me pareci¨® tan grande, que ese d¨ªa hice una funci¨®n horrorosa, totalmente acomplejada.
P. ?Le preocupa lo que est¨¢ pasando pol¨ªticamente en Catalu?a, en Espa?a?
R. Hay una incertidumbre tan grande que la gente ni sale al teatro, hay mucha preocupaci¨®n, nadie sabe lo que va a ocurrir. Lo que tienen que hacer de una vez los pol¨ªticos es sentarse y hablar. Hac¨ªa a?os que s¨®lo votaba a gente que cuida el medio ambiente, pero ahora s¨ª voy a votar aunque no muy convencida. Es vergonzoso tener que elegir entre pol¨ªticos que se ponen a parir, sin pensar en la gente, siempre somos los que pagamos los platos rotos.
P. Ahora en su espect¨¢culo Un reencuentro inolvidable vuelve a compartir escenario con el m¨¢s famoso de los Esteso. ?Es como cerrar un c¨ªrculo vital que empez¨® hace 67 a?os?
R. S¨ª. Y as¨ª quiero que sea. A partir de aqu¨ª viajar y descubrir otra vida.
Babelia
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