Mazo injusto

Por motivos personales ¡ªconvivo con dos nativas digitales en distintas fases de la edad del pavo¡ª moro en un laboratorio ling¨¹¨ªstico, un vivero de neologismos, una incubadora de palabros, un festival de patadas al diccionario por boca, m¨®vil y wasap. As¨ª que, por mucho que una trate de limpiar, fijar y dar esplendor a su vocabulario ¡ªel suyo y el m¨ªo¡ª a veces me pillan baja de defensas y sucumbo a sus virus para su bochorno absoluto. En una de esas concesiones de gallina clueca a sus polluelas, somet¨ª el cat¨¢logo de novedades 2017/2018 del Diccionario de la Lengua Espa?ola al veredicto de mis asesoras del espa?ol de la calle y fue un¨¢nime: ¡°?En serio? ?Estamos locos o qu¨¦ nos pasa? Ese listado es mazo injusto, mam¨¢, t¨ªo. ?En qu¨¦ planeta viven los acad¨¦micos?¡±.

Se refer¨ªan concretamente mis herederas, nueves y dieces en las notas del ¨²ltimo trimestre aunque est¨¦ mal se?alarlo, al imperdonable olvido de los pr¨ªncipes de las letras al no incluir en su selecci¨®n al gran comod¨ªn de su limitado pero escogido l¨¦xico. ¡°?O sea, que aceptan por primera vez mont¨®n como sin¨®nimo de mucho, que no lo dice ni Peter, y no incluyen mazo, que lo dice toda la pe?a?", argumentaron escandalizadas. Confieso que se me cay¨® la baba. Porque, a ver, que dir¨ªan ellas, l¨ªbreme Cervantes de enmendarles la plana a los vigilantes del idioma, pero mazo, como alternativa coloquial a mucho ya era viejo y molaba ¨ªdem cuando Camilo Sesto lo elev¨® a categor¨ªa de mantra en su temazo hom¨®nimo del a?o 2002 antes de Twitter. Por cierto que molar, como sin¨®nimo de gustar un huevo, es palabra de pleno derecho en el Diccionario desde no se sabe cu¨¢ndo. ?Habrase visto tama?a asimetr¨ªa?

Por lo dem¨¢s, nada que objetar a las nuevas palabras consagradas por los ap¨®stoles de la docta casa, con alg¨²n que otro caso de flagrante favoritismo, por no decir buenismo del bueno, ahora que ya se puede escribir sin cursiva. As¨ª, el vocablo postureo, que no tendr¨¢ m¨¢s de un lustro de uso entre los m¨¢s modernos del pueblo, entra en el Olimpo al tiempo que pinquis, esos patucos horrorosos que se te ven por encima de los salones te los pongas como te los pongas, y que ya eran denominados de tal guisa por mi se?ora madre antes de que a la que escribe le salieran las muelas. Para postureo, con perd¨®n, el de los excelent¨ªsimos. De acuerdo que en el Vaticano la unidad de tiempo es el siglo y en Twitter el minuto, pero digo yo que, para evitar mazo injusticias, no estar¨ªa de m¨¢s establecer un t¨¦rmino medio. Y chapo, que estamos en finde. Ay, no, que chapar y finde a¨²n son anatemas.