Cultura y ansiedad
Hay que celebrar que en la valoraci¨®n sobre lo tecnol¨®gico han comenzado a escucharse voces cr¨ªticas

No voy a decir que es en las series donde se est¨¢ haciendo el mejor cine en estos momentos. No lo dir¨¦ porque de tanto como se ha escrito ha terminado por ser un lugar com¨²n. Y tampoco estoy tan segura de que as¨ª sea, s¨ª lo estoy de que hablar de series en las reuniones familiares descarga tensiones, nos evita asuntos m¨¢s espinosos y nos demuestra la fuerza que tiene la ficci¨®n en nuestras vidas, sea en el formato que sea. Tambi¨¦n, por estar a unas horas de terminar 2017 y hacer el inevitable inventario de lo vivido, observo c¨®mo en cada ¨¦poca las pol¨¦micas que protagonizan la actualidad van mudando o turn¨¢ndose, y que la presencia de art¨ªculos de informaci¨®n u opini¨®n sobre la pirater¨ªa se han ca¨ªdo de las p¨¢ginas de cultura. Hoy parece incre¨ªble la furia con la que fueron tratados los escritores o columnistas que hace una d¨¦cada se atrevieron a defender los derechos de autor. Tachados de burgueses, aprovechados, trasnochados o reaccionarios, los opinadores p¨²blicos se lo ten¨ªan que pensar dos veces antes de defender el trabajo intelectual. Por otro lado, ya no tiene sentido hacer esa distinci¨®n entre internautas y creadores cuando internautas hemos acabado siendo todos, y lo que ahora est¨¢ en tela de juicio es el abaratamiento del trabajo creativo en la Red, como as¨ª lo constata El entusiasmo, el ensayo de Remedios Zafra, que describe este presente en el que los j¨®venes han de satisfacer con vocaci¨®n aquello que la mayor¨ªa de las veces no est¨¢ pagado o est¨¢ remunerado con sueldos miserables. Y no, no compensa.
Mucho ha cambiado el punto de vista colectivo porque nos vamos dando cuenta de que la feliz accesibilidad de la Red debe ser compatible con la justa remuneraci¨®n del trabajo. Creo que empezamos a entenderlo y que habr¨¢ un futuro en que esto nos parecer¨¢ de caj¨®n. Han de ser los j¨®venes los abanderados de esta causa: la revoluci¨®n tecnol¨®gica tiene que equilibrarse con la justicia social, a no ser que nos enga?en y nos conformen. Pero hay que celebrar que en la valoraci¨®n sobre lo tecnol¨®gico han comenzado a escucharse voces cr¨ªticas. Como tiene que ser. El papanatismo siempre es un sentimiento del presente que con el tiempo se contempla como lo que fue: la religi¨®n de los papanatas.
Por un lado, el libro de papel no ha muerto a manos del libro electr¨®nico. Si los supuestos voraces lectores que presum¨ªan de descargarse ilegalmente quinientos libros en su tableta se los hubieran le¨ªdo de veras hoy ser¨ªamos un ejemplo para el mundo. La pregunta a la que cualquier escritor se ve¨ªa sometido hasta hace dos d¨ªas ¡ª?cu¨¢l es su opini¨®n sobre el libro electr¨®nico?¡ª comienza a sonar t¨®pica e innecesaria, porque son muchos ya los escritores avezados en una tecnolog¨ªa de la que hacen buen uso, y porque los buenos lectores, los que se leen los libros de uno en uno, han defendido el libro como objeto, con su a?adido de belleza y encanto. Tambi¨¦n comprobamos que la memoria almacena de forma distinta lo electr¨®nico y que el dise?o en papel nos ayuda a recordar mejor lo le¨ªdo. O de una manera m¨¢s ¨ªntima. Se venden menos libros, desde luego, pero tal vez hab¨ªa que admitir que este era en s¨ª un negocio m¨¢s modesto. Por otra parte, en lo que al mercado audiovisual se refiere, ahora se habla con frecuencia y naturalidad de la plataforma a la que uno se ha suscrito. Nos faltan horas para ver todas aquellas series o pel¨ªculas que tenemos a nuestra disposici¨®n, y lo que ocurre es que a veces provoca cierto nivel de estr¨¦s, en esp¨ªritus impacientes como el m¨ªo, el no estar tan al d¨ªa como lo est¨¢n personas que me rodean a las que admiro porque no s¨¦ de d¨®nde sacan el tiempo. Hemos creado un mundo de esp¨ªritus voraces; al final, m¨¢s que aquellos que defendieron los derechos del creador y que durante unos a?os se convirtieron en el pim pam pum de los que bramaban con tan buen aprovechamiento popular por el gratis total han sido las plataformas facilitadoras del consumo las que van ganando la batalla.
Pero esta soluci¨®n comercial que ha encauzado lo que parec¨ªa irrefrenable no cura ni mitiga lo que ya podemos calificar como la enfermedad de nuestro tiempo: la imposibilidad de esperar. Discutimos sobre la insaciabilidad de los ni?os, pero en realidad ellos se cr¨ªan a nuestra imagen y semejanza. Yo veo series porque otros las ven y las recomiendan, porque se empieza a hablar de ellas antes de que est¨¦n disponibles, porque saben hacernos la boca agua y provocar en nosotros una imperiosa necesidad de consumir lo que otros consumen. Dos, tres cap¨ªtulos al d¨ªa, cuatro si es que la historia te vuelve loca. En realidad, creo que el ritmo de consumo cultural m¨¢s saludable y humano es el que impone el libro de papel. Si fuera psiquiatra lo prescribir¨ªa. A ni?os, sobre todo. Casi como un ant¨ªdoto contra la ansiedad. Lo dejo caer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
