Muere Paul Otchakovsky-Laurens, editor de Perec y Duras, a los 73 a?os
El fundador de la editorial P.O.L., que descubri¨® tambi¨¦n a Emmanuel Carr¨¨re, fallece en un accidente de tr¨¢fico en las Antillas
El editor franc¨¦s Paul Otchakovsky-Laurens, que acompa?¨® la trayectoria de grandes autores como Georges Perec o Marguerite Duras, falleci¨® este martes a los 73 a?os en un accidente de tr¨¢fico acontecido en la isla de Marie-Galante, en las Antillas francesas, donde pasaba las vacaciones de fin de a?o. En el veh¨ªculo iba tambi¨¦n su esposa, la escritora y pintora Emmelene Landon, herida en el accidente. Esta muerte impone un final brutal a la trayectoria de uno de los ¨²ltimos supervivientes de una especie en extinci¨®n en todo el continente europeo: la del editor artesano, en tiempos de industrializaci¨®n del sector y auge imparable del marketing. Otchakovsky-Laurens habr¨¢ representado la ant¨ªtesis a ese fen¨®meno.
Nacido en 1944 en Valr¨¦as, en el sur de Francia, el editor pas¨® su infancia en la regi¨®n del Loira. Era hijo de Zelman Otchakovsky, pintor de origen moldavo que form¨® parte del grupo vanguardista T¨¦moignage, que falleci¨® cuando ten¨ªa solo tres meses. Fue entonces cuando su madre, profesora de lat¨ªn y griego, lo confi¨® a una de sus primas, Berthe Laurens, que decidi¨® adoptarlo. Por eso a?adi¨® el apellido de esta ¨²ltima a su patron¨ªmico, que terminar¨ªa originando las tres iniciales que dieron nombre a su editorial. Otchakovsky-Laurens la fund¨® en 1983, despu¨¦s de haber dado sus primeros pasos en sellos como Flammarion y Hachette, donde ya cre¨® una colecci¨®n que llevaba su nombre, en la que public¨® La vida instrucciones de uso (1978), el gran libro de Perec, que ser¨ªa su fichaje estrella.
Convertido en editor independiente, logr¨® seducir a Duras, vinculada hasta entonces a su rival Les ?ditions de Minuit, cuna del Nouveau Roman. La escritora le confi¨® uno de sus mayores ¨¦xitos de su etapa final, El dolor (1985). Su colega, amigo y primer mentor, el fallecido Christian Bourgois, sol¨ªa decir que la misi¨®n de un editor consist¨ªa en ¡°publicar libros que, en realidad, nadie quiere leer¡±. Otchakovsky-Laurens sigui¨® esa m¨¢xima hasta las ¨²ltimas consecuencias, enfrent¨¢ndose a las modas imperantes y esforz¨¢ndose en descubrir a j¨®venes autores como Emmanuel Carr¨¨re o Marie Darrieussecq, que se convertir¨ªan en estrellas literarias bajo su auspicio.
Otchakovsky-Laurens dec¨ªa haber desarrollado su oficio de manera ¡°subjetiva, sentimental e insensata¡± y se sol¨ªa preguntar qu¨¦ le hab¨ªa conducido a dedicar su vida a una actividad ¡°econ¨®micamente aberrante¡±. Encontr¨® algunas explicaciones en ?diteur, documental que estren¨® en noviembre pasado en las salas francesas. ¡°De adolescente me vi obligado a mantenerme en silencio. Y esa prohibici¨®n me guio, poco a poco, hacia este oficio, donde son los dem¨¢s los que hablan por ti¡±, explic¨® a la emisora France Culture, en referencia a un abuso sexual experimentado a los 13 a?os, sobre el que nunca habl¨® abiertamente. Dec¨ªa que ser capaz de expresar su interioridad a trav¨¦s de las voces de los escritores le salv¨® la vida. ¡°Es la soluci¨®n que encontr¨¦ para no volverme loco¡±, a?adi¨® en una de sus ¨²ltimas entrevistas, concedida a Le Monde.
Todas sus portadas, de inmutables letras azules sobre fondo blanco, llevaban un logotipo de siete puntos, inspirado en uno de los movimientos del go, que en el ancestral juego chino significa ¡°eternidad¡±. A ella aspiraba tambi¨¦n su cabeza pensante. Desde 2003, P.O.L. pertenece al mes¨ªas de la edici¨®n francesa, Antoine Gallimard, propietario del 88% de las acciones del sello, con quien Otchakovsky-Laurens habr¨ªa llegado a un acuerdo, antes de su muerte, para que su editorial logre sobrevivirle. Sobre su eventual sucesor, el editor esperaba que terminara pilotando el barco de una forma similar a la suya, solo que ¡°con un poco m¨¢s de racionalidad econ¨®mica y menos desorden en su despacho¡±.
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