¡®MasterChef¡¯, la poci¨®n m¨¢gica que no se agota

Llegaron con aire imperial: en helic¨®ptero. Pepe Rodr¨ªguez, Samantha Vallejo-N¨¢gera y Jordi Cruz, abanderados de una nueva cultura gastron¨®mica que el programa que presentan ha difundido en la sociedad espa?ola durante cinco temporadas, descendieron el pasado s¨¢bado de un cielo negro ante la entusiasmada mirada de 150 aspirantes a chef. Todos quer¨ªan ganar la cuchara de madera que daba acceso a la sexta edici¨®n de MasterChef, y esa era su ¨²ltima bala: una prueba extraordinaria, convocada a ¨²ltima hora ante el n¨²mero r¨¦cord de inscripciones registrado este a?o -23.000, unas 3.000 m¨¢s que en la edici¨®n anterior-, para cerrar la lista definitiva de 15 concursantes. El escenario, un almac¨¦n de contenedores a cielo abierto en Getafe, se volvi¨® propicio para una batalla final de pel¨ªcula en cuanto los cocineros tocaron tierra y el cielo comenz¨® a descargar lluvia.

¡°?Parece que se nos complica el d¨ªa!¡±, bromeaba subida a una tarima la presentadora del programa, Eva Gonz¨¢lez, ante unos aspirantes que soportaron durante horas el fr¨ªo y la lluvia para culminar la prueba: emplatar las recetas que hab¨ªan tra¨ªdo cocinadas de casa, que habr¨ªan acabado aguadas de no ser por los familiares que salieron a socorrerles con paraguas. El grupo era pintoresco y variado: una actriz venezolana, un exeurodiputado, un psic¨®logo rastafari y la mujer del alcalde de Yebes (Guadalajara) se encontraban entre los aspirantes a chefs-estrella. Tambi¨¦n compet¨ªa entre ellos ?lvaro, un polic¨ªa nacional de 30 a?os que descubri¨® su pasi¨®n por necesidad. ¡°Cocino desde que me destinaron a Madrid. No queda otra, con la familia en Albacete tienes que aprender¡±.

¡°Me parece una locura¡±, alucinaba Pepe Rodr¨ªguez sobre el r¨¦cord de inscripciones alcanzado. ¡°Me imagino que ahora vendr¨¢n m¨¢s preparados, sabiendo que no solamente los platos mandan sino que tambi¨¦n tienen que contar cosas, porque esto es televisi¨®n¡±, reflexion¨® el cocinero acompa?ado de Quique Dacosta, el chef invitado a la prueba. ¡°Hoy nos jugamos la edici¨®n, porque tenemos que elegir concursantes con un buen nivel de cocina y que nos den lo que les pedimos¡±, a?adi¨® Vallejo-N¨¢gera, que subray¨® el cambio de perfil de los concursantes con respecto a la primera edici¨®n.

Y es que ahora los aspirantes no solo cocinan, sino que tienen relato. Como Gerson, un entrenador personal de 31 a?os que quer¨ªa ¡°desmentir un mito: que comer sano no es sin¨®nimo de sota, caballo y rey¡±. ¡°Se puede comer sano y elaborado comiendo de todo¡±, dijo sobre su plato: chipirones rellenos con un fumet de gambas. O Jessica, de 25, una influencer vegetariana que tiene un videoblog sobre ¡°la vida saludable¡±, pero que no descartaba renunciar moment¨¢neamente a su condici¨®n si entra en MasterChef. ¡°Si pudiera elegir, no cocinar¨ªa ni probar¨ªa la carne. Pero si no me queda otra, lo tendr¨¦ que aceptar¡±, reconoci¨® la candidata, que hab¨ªa elaborado una tarta invertida de queso con mermelada de pi?a y crumble de coco.

Veinticuatro culinarios se encargaron de seleccionar a los elegidos para la prueba de la tarde, que consisti¨® en cocinar un plato libre con un ingrediente secreto. El ¨²ltimo paso antes de enfrentarse al jurado de verdad, en el que Jordi Cruz se sabe el m¨¢s temido. ¡°No s¨¦ qu¨¦ ha pasado, que ha sido acabar MasterChef Junior y me he empezado como a enfadar, enfadar, enfadar¡­¡±, brome¨® el due?o del restaurante ABaC, y avis¨®: ¡°La exigencia va a ser una cosa de locos este a?o¡±. Cruz tiene clara la base del ¨¦xito, hasta ahora, inagotable del formato: ¡°Espa?a es un pa¨ªs de gastronom¨ªa y nos gusta comer. Tenemos una de las grandes cocinas del mundo: buenos productos, buenos cocineros, cada ciudad tiene su plato que la hace singular¡­Nosotros lo que hacemos es ense?arlo¡±.