Mitsuko Uchida: ¡°Profundizar en un compositor te cambia la vida¡±
La gran pianista japonesa, que vive inmersa en la m¨²sica de Schubert, abrir¨¢ este martes la 23? temporada de la Fundaci¨®n Scherzo
Es posible que Mitsuko Uchida sue?e en japon¨¦s, piense musicalmente en alem¨¢n y utilice el ingl¨¦s para comunicarse. ¡°Quiz¨¢ hable mal tres lenguas, pero creo que he asimilado bien tres culturas¡± , irrumpe la pianista nacida a las afueras de Tokio, en 1948, que estudi¨® en Viena desde los doce a?os y se instal¨® en Londres con veintis¨¦is. Pero, aunque Dame Mitsuko ostente la nacionalidad inglesa, mantiene su v¨ªnculo musical con la capital austr¨ªaca. ¡°Me fui a Viena al destinar all¨ª a mi padre, que era diplom¨¢tico. Dej¨¦ una cultura que nada ten¨ªa que ver con la forma de pensar europea para instalarme en el lugar donde hab¨ªa nacido la mayor parte de la m¨²sica que amaba y quer¨ªa tocar¡±, reconoce.
Estableci¨® entonces su pante¨®n de compositores (Bach, Mozart, Beethoven y Schubert), se enamor¨® de Schumann, Brahms y Sch?nberg, e incluso hizo amistad con Debussy y Chopin. ¡°De Viena me fui a Londres, un lugar sin esos grandes compositores, pero con una impresionante actividad musical¡±. Hoy vive en el popular barrio de Notting Hill junto a tres enormes pianos Steinway que trata como a personas. ¡°En realidad, tengo cuatro, pero el m¨¢s joven est¨¢ en una especie de id¨ªlicas vacaciones en Alemania¡±, asegura.
Uchida estableci¨® en Londres su reputaci¨®n internacional como pianista, a comienzos de los ochenta, con un legendario ciclo completo de las sonatas de Mozart, en el Wigmore Hall, que despu¨¦s grabar¨ªa para Philips. Ahora vive inmersa en Schubert. ¡°Hice la grabaci¨®n poco a poco de todas sus sonatas completadas, pero es la primera vez que voy a tocarlas en concierto durante dos a?os por todo el mundo¡±. Para su ¨²nica actuaci¨®n en Espa?a, ma?ana martes como apertura de la 23? temporada de la Fundaci¨®n Scherzo en el Auditorio Nacional de Madrid, Uchida abordar¨¢ tres sonatas muy diferentes. ¡°Comenzar¨¦ con la Sonata en do menor, D. 958, que Schubert escribi¨® pocas semanas antes de morir de s¨ªfilis a los 31 a?os. Es pura locura ante la inmediatez de la muerte. Y seguir¨¦ con la gentil Sonata en la mayor, D. 664, que es anterior a su fatal diagn¨®stico¡±, apunta.
A la pianista tambi¨¦n le interesan los ciclos de lieder del compositor vien¨¦s, como La bella molinera o Viaje de invierno. Incluso le fascina esa serenidad que adopta Schubert ante la muerte en la Sonata en sol mayor, D. 894, que tocar¨¢ en la segunda parte y tiene para ella un significado muy especial. ¡°Creo que soy pianista por esta sonata. Fue la primera obra que comprend¨ª de verdad. Durante mis a?os en Viena no ten¨ªa ning¨²n ¨ªdolo pianista. Prefer¨ªa ir a la ¨®pera a escuchar a Mirella Freni o a Leontyne Price con Karajan dirigiendo. Pero entonces se la escuch¨¦ a Wilhelm Kempff y no pude parar de llorar¡±, reconoce emocionada.
Esta inmersi¨®n en Schubert requiere para Uchida mucha dedicaci¨®n. ¡°Te exige el alma¡±, confiesa. Pero no es incompatible con puntuales conciertos con orquesta de Mozart, Schumann, Bart¨®k o Sch?nberg, que abordar¨¢ esta temporada, e incluso con algo de m¨²sica contempor¨¢nea de J?rg Widmann. Pero con Beethoven es diferente. Para la pianista el compositor de Bonn demanda todas sus neuronas e implica un importante desgaste f¨ªsico. Bien lo sabe tras interrumpir, en 2016, su grabaci¨®n de las Variaciones Diabelli, de Beethoven. ¡°Tuve v¨¦rtigo en un o¨ªdo, pero ya estoy recuperada. La grabaci¨®n se pospuso hasta 2020 por mi actual inmersi¨®n en Schubert. Y ser¨¢ mi pr¨®ximo disco en Decca. Adoro esa obra, aunque me cost¨® atreverme a tocarla. De hecho, quiero que el p¨²blico no se pierda ning¨²n detalle. Y est¨¢ previsto que grabe un DVD explicando sus aspectos fundamentales¡±, anuncia.
Pero Uchida no pretende ense?ar. Ella se limita a compartir. Y lo hace cada verano, desde hace m¨¢s de veinte a?os, como directora art¨ªstica del Festival para j¨®venes m¨²sicos de Marlboro, en Vermont. ¡°Somos como una comunidad que convive haciendo m¨²sica. No me interesa la jerarqu¨ªa profesor-alumno, pues la palabra ¡°profesor¡± en japon¨¦s implica m¨¢s autoridad cuanto m¨¢s viejo eres. Personalmente nunca confi¨¦ en mis profesores y siempre trat¨¦ de buscar las respuestas acerc¨¢ndome al compositor¡±, reconoce. Y terminamos hablando de futuro. ¡°Para 2021 no tengo planes definidos, quiz¨¢ me tome un respiro o emprenda otro proyecto, pues profundizar en un compositor te cambia la vida¡±, remata.
Schubert, Goya y Van Gogh
A Uchida le fascina el t¨¦ Darjeeling, se entretiene haciendo sudoku y prefiere la poes¨ªa a una novela. Pero reconoce que cuando visita Madrid trata de ir siempre al Museo del Prado para contemplar su colecci¨®n de pintura italiana y los cuadros de Goya. A pesar de que el aragon¨¦s fue coet¨¢neo de Schubert, la pianista lo considera un artista muy diferente. ¡°Ahondar en Schubert es como pelar una cebolla. Tiene un alma limpia, aunque actuase mal en su vida. Para m¨ª es m¨¢s como Vincent van Gogh. Una especie de santo laico. Un ser humano tan bello como puro¡±, afirma.
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