La fiebre del cambio

No ser¨¢ la primera vez que haya dos directoras compitiendo con sus pel¨ªculas al Goya principal, ni pel¨ªculas de varios idiomas luchando por ese galard¨®n. Pero s¨ª es cierto que nunca ha habido cuatro lenguas para cinco pel¨ªculas (euskera en Handia; catal¨¢n en Verano 1993; espa?ol en El autor y Ver¨®nica, e ingl¨¦s en La librer¨ªa), ni una sensaci¨®n de cambio tan grande. Cierto, no ha dado tiempo a que hayan hecho lobby los nuevos acad¨¦micos en la operaci¨®n de rejuvenecimiento que ha emprendido en la instituci¨®n su presidenta, Yvonne Blake, que no podr¨¢ asistir a los Goya al estar internada en una cl¨ªnica de rehabilitaci¨®n tras sufrir un ictus. Pero en la variedad de g¨¦neros, en las candidaturas obtenidas por estas y otras pel¨ªculas como Abracadabra o La llamada, o Selfie y Pieles -aunque ambas deber¨ªan de haber logrado m¨¢s candidaturas de las recibidas- parece que algo se mueve.

Tambi¨¦n es verdad que las apuestas m¨¢s radicales, el denominado otro cine espa?ol, que se proyecta en festivales de todo el mundo y que apenas encuentro hueco comercial en su casa, no acaba de asomarse a los Goya. ?D¨®nde est¨¢ Julia Ist??Y La Chana? ?Y Tierra firme? ?O dos pel¨ªculas tan contundentes y logradas como son?Most Beautiful Island, La vida y nada m¨¢s y Mimosas? ?Qu¨¦ ha pasado con Algo muy gordo o An¨¢lisis de sangre azul? Si se estren¨® al final en salas, regateando el problema de haberse visto previamente en la plataforma que la produjo, Netflix, ?tan poco ha gustado Fe de etarras? Adem¨¢s de que choque en las ausencias la poca representaci¨®n de las dos pel¨ªculas de ?lex de la Iglesia, que ha logrado el bombazo taquillero de las Navidades con Perfectos desconocidos. O la extra?eza que provoca que no sean candidatas ni Macarena Garc¨ªa ni Marian ?lvarez, cuando s¨ª lo son sus compa?eros de reparto en La llamada y Morir, respectivamente. O Ricardo Dar¨ªn, inconmensurable en La cordillera.

Parecen seguros -aunque nunca se sabe- los goyas a Javier Guti¨¦rrez por El autor y Nathalie Poza por No s¨¦ decir adi¨®s. Tendr¨ªa gracia que un director de cine como Eugenio Mira ganara el Goya a mejor banda sonora con su partitura de Ver¨®nica, aunque aqu¨ª est¨¦ por encima del esto la m¨²sica de Alberto Iglesias con La cordillera -y obtendr¨ªa su und¨¦cimo galard¨®n-. Est¨¢ casi cantando el Goya a largometraje de animaci¨®n para Tadeo Jones 2. Y entramos en arenas movedizas, en las extra?as decisiones que toman los acad¨¦micos en las categor¨ªas a mejor largo documental (en lo que deber¨ªa ser un cara a cara entre Muchos hijos, un mono y un castillo y Cant¨¢brico), pel¨ªcula europea (siempre premian algo popular -aqu¨ª estar¨ªa C'est la vie!-, ninguneando los grandes t¨ªtulos del a?o -Lady Macbeth, Toni Erdmann y The Square-) y pel¨ªcula iberoamericana (Zama contra Una mujer fant¨¢stica, tremendo).

En fin, todo el mundo tiene su opini¨®n, y lo mismo los acad¨¦micos: desde quienes creen que ha sido un a?o mediocre a quienes se reafirman que ha habido una gran cosecha: a ambos les funciona como justificaci¨®n de su discurso la pluralidad de t¨ªtulos. En lo que hay acuerdo es que en 2017 la reina ha sido Carla Sim¨®n, que hace ahora un a?o no pasaba de ser una cineasta conocida solo entre sus amigos. Hasta que en la Berlinale Verano 1993 gan¨® el premio a mejor ?pera Prima de todo el certamen, despu¨¦s la Biznaga de Oro en el festival de M¨¢laga y el resto... El resto es ya es historia del cine espa?ol gracias a su obra maestra, un ejemplo de naturalidad y sinceridad, ahondando en su propia infancia y en los sentimientos de los ni?os, en el hueco que deja el dolor de la p¨¦rdida de los seres m¨¢s queridos y en c¨®mo el ser humano lucha por llenarlo. Gane quien gane, esta habr¨¢ sido la temporada de Carla Sim¨®n.