El MeToo espa?ol se llama La Caja de Pandora
3.000 mujeres de las artes y la literatura recaban testimonios de abusos en Facebook y preparan su salto al terreno p¨²blico
El MeToo espa?ol se llama La Caja de Pandora y re¨²ne a 3.000 mujeres del mundo de las artes visuales, pl¨¢sticas y algunas relacionadas con la literatura. Se comunican a trav¨¦s de una conversaci¨®n privada en Facebook donde algunas confiesan abusos sexuales y de poder, tocamientos, intimidaciones, comportamientos machistas en sus diferentes niveles. Otras escuchan, aconsejan, cuidan. Por ahora es algo privado, pero ya avisan de que hay testimonios que se?alan repetidamente a una misma persona y que se est¨¢n rearmando, tambi¨¦n emocionalmente, para actuar cuando el panorama sea propicio.
En esta ocasi¨®n, la que cuenta es Susana Blas, comisaria de exposiciones, pero podr¨ªa hacerlo cualquiera de ellas, no hay un organigrama jer¨¢rquico, todav¨ªa deciden en asambleas en las que se vota presencialmente en cada comunidad. El grupo, que creci¨® y creci¨®, se form¨® el verano del a?o pasado en torno al caso de Carmen Tom¨¦, una artista que denunci¨® por abusos a Javier Duero, que estaba como comisario invitado en el centro alicantino de Las Cigarreras en unas jornadas art¨ªsticas en 2017. All¨ª mismo, en p¨²blico y en streaming, Tom¨¦ ley¨® la denuncia que hab¨ªa presentado contra ¨¦l. Un atestado en el que se relataban tocamientos en la lavander¨ªa del recinto. ¡°Media hora despu¨¦s¡±, sigue el relato policial, ¡°volvieron a encontrarse y ¨¦l se disculp¨®: que llevaba un tiempo sin ver a su pareja y que se sub¨ªa por las paredes¡±. El acusado lo neg¨® todo. El caso sigue su curso. ¡°No estar¨¢ sola en el juicio¡±, dicen en La Caja de Pandora.
¡°La grandeza de este grupo es que se han recabado muchos testimonios de mujeres de todas las edades, algunos prescritos y otros no. Aunque no est¨¦n afectadas directamente, a ¨¦l pertenecen tambi¨¦n directoras de museos y comisarias, adem¨¢s de artistas. Y hemos hecho red por Latinoam¨¦rica¡±. Una enorme red, que les sorprendi¨® en un principio, aquello corri¨® como la espuma. ¡°Hay mucho dolor y casos tremebundos que directamente derivamos a consultas psiqui¨¢tricas, porque necesitan ayuda¡±, explica Blas.
?Por qu¨¦ no salen a la luz como el MeToo estadounidense en el que las actrices han roto su silencio para acusar a quienes las maltrataron? ¡°Vamos con calma, queremos cambiar las estructuras y esta es una fase para recabar datos, confesiones, porque conocemos casos en que ellas fueron a juicio y ganaron y a pesar de todo tuvieron que marcharse de la Universidad, por ejemplo, mientras sus agresores segu¨ªan all¨ª. Queremos ir con calma¡±, insiste Blas.
Juicios, abogados
Las pandoras, que as¨ª se suelen autodenominar, necesitan financiaci¨®n. ¡°Ahora ponemos un euro cada una, aunque hay quien pone m¨¢s. Se trata de afrontar juicios, abogados¡ Nuestro esfuerzo est¨¢ centrado ahora en el caso de Carmen Tom¨¦. ¡°Ese es uno de nuestros objetivos, empoderar a las mujeres para que no se sientan solas ante los abusos. Algo que hemos logrado ya es que cada d¨ªa despierta alguna y se da cuenta de que estaban abusando de ella. Muchas estaban tomando una actitud combativa, pues bien, ahora no est¨¢n solas¡±, afirma esta comisaria.
Pero no tienen mucha m¨¢s estructura, en parte, asegura Blas, porque una hiperorganizaci¨®n las destruir¨ªa. ¡°El hecho de que existamos ya infunde temor a quien tiene algo que ocultar. Y ya vemos como est¨¢n cambiando algunas cosas, c¨®mo los museos van programando m¨¢s obras de mujeres. En la feria de Arco, por ejemplo, el a?o pasado hab¨ªa entre un 4% y un 7% de mujeres. Este a?o hay mujeres en la organizaci¨®n, miraremos los datos¡±. Se agarran al art¨ªculo 26 de la Ley de Igualdad en el que se se?ala que ambos g¨¦neros han de estar compensados, algo que no ocurre casi nunca.
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