¡°No tengo muchas esperanzas en que Rusia mejore¡±
El cineasta estrena otra de sus monumentales indagaciones en el alma rusa, 'Sin amor', Premio del Jurado del pasado festival de Cannes y candidata al Oscar
¡°?Pimientos de Padr¨®n!¡±. Que una referencia a una hortaliza tan espa?ola sea lo primero que dice un director tan ruso como Andr¨¦i Zvyagintsev (Novosibirsk, 1964) provoca un cortocircuito en el periodista. Zvyagintsev no entiende casi nada de ingl¨¦s, as¨ª que la explicaci¨®n a¨²n resulta m¨¢s divertida, v¨ªa traducci¨®n de ruso al ingl¨¦s. ¡°Hace unos a?os hice una especie de Camino de Santiago al rev¨¦s, un viaje que me llev¨® desde Santiago de Compostela a Barcelona durante un mes. Y desde la primera noche que los prob¨¦, decid¨ª cenar cada d¨ªa esos pimientos¡±, comenta entre risas el cineasta.
Habr¨ªa que haber visto a Zvyagintsev, un hombre al que no le gusta viajar mucho, en aquel recorrido. ?l no se mover¨¢ en demas¨ªa, pero su cine s¨ª, pretendido por todos los grandes festivales: El regreso, Elena o Leviat¨¢n, por destacar algunos de sus trabajos precedentes, son monumentales indagaciones en el alma rusa, algo a lo que se suma Sin amor, Premio del Jurado del pasado festival de Cannes ¡ªdonde se hizo esta entrevista¡ª y candidata al Oscar este a?o. En todas ellas se habla de ego¨ªsmo, de castas, de los falsos mitos positivos del pasado sovi¨¦tico y de la actual decrepitud que corroe el alma de su pa¨ªs. ¡°Tampoco hay que cebarse en los tiempos actuales. El ego¨ªsmo siempre ha estado ah¨ª, dentro de los seres humanos, y no creo que haya aumentado con las actuales redes sociales de Internet, con la tecnolog¨ªa que nos devora. Hay m¨¢s altavoz y eso s¨ª, m¨¢s rapidez en encontrar a alguien en cualquier parte del planeta¡±.
En Sin amor, Zvyagintsev dobla la apuesta: habla de un matrimonio podrido, pero la cat¨¢strofe espiritual est¨¢ dentro de cada miembro de esa pareja. ¡°Efectivamente, y cuando empiecen nuevas relaciones el ego¨ªsmo les acompa?ar¨¢¡±, asegura, lo que conlleva otra reflexi¨®n: ¡°Yo no s¨¦ si esa pareja a punto de divorciarse quiere a su hijo [con la desaparici¨®n del chaval arranca el filme], porque viven en ese filo entre amor y desamor. Que los padres descubran esos sentimientos me sirve para una ulterior reflexi¨®n, que articula la trama: ?d¨®nde hay m¨¢s verdad, en nuestras palabras o en nuestras acciones?¡±.
Zvyagintsev suele jugar con la naturaleza como un t¨¦trico tel¨®n de fondo en sus historias. En Sin amor la nieve y el parque donde desaparece el cr¨ªo ahogan el coraz¨®n del p¨²blico. ¡°Es curioso porque en esta ocasi¨®n el parque con el bosque no exist¨ªa en el guion original. Cuando mi equipo estaba realizando las localizaciones, encontraron el r¨ªo. Subimos por su ribera, y repentinamente descubrimos ese paisaje de ¨¢rboles desnudos, de naturaleza muerta, donde empezamos a rodar. Yo ni sab¨ªa que har¨ªamos con esas im¨¢genes. Nos planteamos en broma grabarlas para vend¨¦rselas luego a la BBC para alg¨²n documental sobre naturaleza rusa¡±.
Campo de minas
Es una broma, insiste, pero ah¨ª apunta otra traba m¨¢s en el mundo cultural ruso. ¡°Al ministro de Cultura no le gust¨® Leviat¨¢n en su momento¡±, recuerda el director, ¡°y se nos cort¨® el grifo de ayudas, promoci¨®n, de cualquier apoyo estatal¡±. Por eso su productor, Alexander Rodnyansky, decidi¨® ¡°no hacerle pasar la misma verg¨¹enza y levantar una coproducci¨®n europea belga-ruso-germano-franc¨¦s¡±. Hace un a?o, Zvyagintsev compar¨® en The Guardian la vida en Rusia como un paseo por un campo de minas. ¡°Cierto, me refer¨ªa a la situaci¨®n en general, ni siquiera a la m¨ªa. No hay derechos civiles, estamos sufriendo una situaci¨®n dram¨¢tica en la que reinan las bandas criminales y los ricos. Yo no tengo muchas esperanzas en que Rusia mejore, porque no conf¨ªo ni en el Gobierno actual ni en los cuerpos policiales¡±.
Si en Leviat¨¢n mandaba Kafka, en Sin amor reina Dostoievski, especialmente en el personaje de la abuela monstruosa. ¡°Mucha gente me ha hablado de Dostoievski por c¨®mo ¨¦l ahondaba en el alma de las personas. Nadie lo hizo tan bien, y por favor, yo no quiero compararme con ¨¦l, pero s¨ª agradezco el halago¡±.
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