¡®El joven Karl Marx¡¯ en el Halc¨®n Milenario
A la pel¨ªcula le pasa un poco como con 'Star Wars': el protagonista, Luke Skywalker, resulta predecible y redicho, pero es la excusa para que intervengan personajes memorables

Al principio de El joven Karl Marx se ve un bosque en el que unos campesinos alemanes recogen le?a. Un anciano reprende a un ni?o que estaba intentando arrancar una rama de un ¨¢rbol, pues solo se llevan la le?a ca¨ªda. En ese momento aparecen a caballo unos soldados armados que masacran a los campesinos. Mientras, se oye una voz en off que resulta ser la de un Marx veintea?ero leyendo un manuscrito en la redacci¨®n de un peri¨®dico de Colonia en 1843, inmediatamente antes de que el ej¨¦rcito irrumpa para clausurar la publicaci¨®n. Se trata del Rheinische Zeitung, un diario liberal cr¨ªtico con el absolutismo prusiano en el que Marx public¨® una serie de art¨ªculos denunciando los cambios legislativos que criminalizaron el derecho consuetudinario a recoger le?a de los campesinos de la regi¨®n de Mosela. Es un tema del que Marx pr¨¢cticamente no se volvi¨® a ocupar hasta que lo recuper¨® en El capital,donde relaciona el origen del mercado de trabajo capitalista con la expropiaci¨®n violenta de los bienes comunes tradicionales. Del mismo modo, durante mucho tiempo los int¨¦rpretes de Marx apenas prestaron atenci¨®n a esta cuesti¨®n. En cambio, en las ¨²ltimas d¨¦cadas, los ¡°comunes¡± ocupan un lugar crucial tanto en la pr¨¢ctica pol¨ªtica como en la obra de autores marxistas como David Harvey, economistas como Elinor Ostrom o historiadores como Peter Linebaugh o Silvia Federici.
Y ese es solo el primer minuto de la pel¨ªcula.
Con El joven Karl Marx pasa un poco como con Star Wars. El protagonista, Luke Skywalker, resulta predecible y redicho, pero es la excusa para que intervengan personajes memorables, como Han Solo o Darth Vader. El Marx de El joven Karl Marx se pasa toda la pel¨ªcula con media sonrisa ir¨®nica y cara de creerse mucho m¨¢s listo que el resto de la humanidad (un retrato bastante fiel, probablemente). Pero es un formidable m¨¦dium de personajes y situaciones hist¨®ricas que se suceden como una catarata a lo largo de las dos horas de pel¨ªcula. El Han Solo de El Joven Karl Marx es, sin duda, el joven Engels: divertido, emp¨¢tico, valiente un poco alocado y con un gran olfato sociol¨®gico. Si no hubiera sido por La situaci¨®n de la clase obrera en Inglaterra -un informe que a¨²n hoy resulta impresionante y que Engels redact¨® a los veinticinco a?os gracias a la colaboraci¨®n de su compa?era, Mary Burns¡ª hoy recordar¨ªamos (o m¨¢s bien no) a Marx como un fil¨®sofo posthegeliano particularmente sarc¨¢stico. Pero la pel¨ªcula tambi¨¦n consigue que Jenny Marx, Bakunin, Proudhon o la propia Burns resulten cercanos e interesantes.
Salvo una secuencia rid¨ªcula en la que se escucha una m¨²sica b¨¦lica mientras Marx lee tranquilamente ¡ªcomo si en vez de estar tomando notas para Miseria de la filosof¨ªa se estuviera preparando para una misi¨®n de comando¡ª, Raoul Peck logra la proeza de introducir cuestiones te¨®ricas de largo alcance con mucha naturalidad. As¨ª, por ejemplo, la influencia del romanticismo en la ruptura generacional de Marx con el universo burgu¨¦s de su familia se sugiere en una breve y emotiva conversaci¨®n entre Jenny y Engels. Y, sin duda, debemos a El joven Karl Marx la mejor interpretaci¨®n de la famosa und¨¦cima tesis sobre Feuerbach: ¡°Los fil¨®sofos no han hecho m¨¢s que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo¡±. Es un lema irritante, al borde de la literatura motivacional, que en la pel¨ªcula, muy veros¨ªmilmente, Marx pronuncia completamente borracho, es de suponer que inmediatamente antes de entonar el equivalente renano del Asturias, patria querida.
Especialmente, El joven Karl Marx consigue mostrar con mucha fidelidad lo dom¨¦stica e intempestiva que result¨® la intervenci¨®n de Marx y Engels y lo improbable que fueron sus efectos. El proletariado al que interpelaban no exist¨ªa, como tampoco el partido cuyo manifiesto escribieron. Se dirig¨ªan a min¨²sculas agrupaciones de trabajadores que se sent¨ªan mucho m¨¢s cercanos al lenguaje religioso de Wilhelm Weitling que a la gran teor¨ªa alemana. La pel¨ªcula muestra a Proudhon o a los l¨ªderes unionistas como pol¨ªticos h¨¢biles y prudentes, mientras Marx y Engels irrump¨ªan en los movimientos pol¨ªticos como elefantes en una cacharrer¨ªa. Y esa es justamente la ¨¦pica que alimenta El joven Karl Marx. El milagro de que dos jovenc¨ªsimos peque?oburgueses con un contacto remoto con las condiciones de vida y las organizaciones de trabajadores consiguieran poner en marcha un movimiento que desbord¨® completamente la pol¨ªtica antagonista de su tiempo y ha inspirado las ambiciones emancipadoras de millones de personas de todo el mundo a lo largo de siglo y medio.
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