Retrato de Galicia, donde las mujeres tampoco mandan
'Matria', el corto del vigu¨¦s ?lvaro Gago, galardonado entre otros con el Gran Premio del jurado del Festival de Sundance, tumba el mito del matriarcado gallego
Galicia no es esa reserva matriarcal del Estado espa?ol que algunos intelectuales han presentado durante d¨¦cadas sino un lugar empobrecido poblado por esas ¡°viudas de vivos y de muertos¡± que ha ido arrojando el mar o la emigraci¨®n (la estricta precariedad) a sus orillas. Ese mito del poder de la mujer en la sociedad gallega lo tumba de un plumazo el cortometraje con el que el cineasta ?lvaro Gago (Vigo, 1986) no ha parado de cosechar galardones; el m¨¢s reciente, el Gran Premio del Jurado del Festival de Sundance, la cita m¨¢s importante del cine independiente de EE UU.
¡°Siempre se ha presentado como poder ese papel de gesti¨®n de la mujer gallega que tira de todos, que puede con todo, siempre hacia delante, cuando en absoluto se trata de poder, sino de lo contrario¡±, sentencia el director.
Su galardonada pel¨ªcula ¡ªuna producci¨®n de Sombriza Films (Galicia) y Ringo Media (Catalu?a)¡ª muestra, en apenas 20 minutos, el s¨®lido engranaje del sistema patriarcal en un peque?o municipio de la costa gallega evidenciado en un d¨ªa de la vida de una mujer, Ramona (Francisca Iglesias Bouz¨®n), a la que Gago deja hablar ¡ªle sobra con mirar¡ª para plasmar la crudeza de su rutina laboral y personal y dejar claro que encuentra su ¨²nico refugio en la complicidad de su hija y de su nieta.
Empleada en precario junto con un batall¨®n de mujeres en una conservera en la que el ¨²nico poder femenino que se atisba (una encargada que estimula la producci¨®n de las trabajadoras desde un rol, incluso ling¨¹¨ªstico, hipermachista) queda desmontado con la imagen fugaz, tras los cristales de un despacho, del verdadero jefe. El var¨®n que ordena y manda, dirigiendo a la capataz. La otra figura masculina es la del marido al quien Ramona tambi¨¦n sirve desde la misma absoluta incomunicaci¨®n.
Gago asegura que no pretend¨ªa hacer un corto con mensaje pol¨ªtico sino ¡°solo contar la historia real de Francisca¡±, la mujer que trabaj¨® en su casa cuidando a su abuelo durante los ¨²ltimos a?os de su vida ¡°haciendo de su recta final algo muy suave¡± mientras ella encontraba a cambio en esa familia ¡°un oasis de paz¡± tras a?os de crudeza. ¡°Mi ¨²nico deseo era que se identificase con su propia vida¡±, sostiene el director.
Lo consigui¨®. A sus 50 a?os, ¡°bien cumplidos¡±, Iglesias Bouz¨®n se ha interpretado de tal forma que el viaje a sus adentros la ha conmocionado. ¡°Creo que muchas mujeres se ver¨¢n reflejadas en esta historia porque la mayor¨ªa estuvimos y estamos sometidas y creo que lo estaremos a¨²n mucho tiempo si no lo remediamos, si no empezamos a mirar para nosotras mismas y cortamos con lo que nos hace da?o¡±, comenta desde su pueblo de A Illa de Arousa (Pontevedra), en donde recibe multitud de felicitaciones por una interpretaci¨®n que le ha valido ya dos premios como mejor actriz (en los festivales de Alcal¨¢ de Henares y Aguilar de Campoo). ¡°?Yo, imag¨ªnate, que no soy actriz!¡±, exclama.
¡°Sab¨ªa que esto iba a tener trascendencia al tratarse de cine, claro, pero no me esperaba tanta¡±, comenta la protagonista, reconociendo que siente cierto pudor cuando la paran sus vecinos. ¡°No s¨¦ si me gusta que todo el mundo sepa tanto de m¨ª, de las cosas que siento, aunque, bueno, esto era inevitable porque el corto es la vida real¡±, sentencia.
El director reconoce que a medida que la cinta iba creciendo, lo hac¨ªa tambi¨¦n su compromiso con las mujeres, en este caso gallegas, porque la historia de Ramona, como la de la mayor¨ªa, es la de una lucha feroz; ¡°la de la resistencia frente al sometimiento¡±. As¨ª fue c¨®mo el corto qued¨® abocado a desmentir ese ¡°mito del matriarcado gallego que aqu¨ª nos inculcan desde peque?os¡±.
Gago asegura que no pretend¨ªa hacer un corto con mensaje pol¨ªtico sino "solo contar una historia real"
¡°Yo creo que las mujeres est¨¢n sufriendo y me pregunto qu¨¦ estamos haciendo todos; me pregunto qu¨¦ vamos a hacer y estoy convencido de que el cine tiene que tener una vertiente comprometida con la realidad que retrata¡±, reflexiona el director a la vista de la sangr¨ªa de asesinatos machistas o de las denuncias de f¨¦minas de todo el mundo que han empezado a aflorar a trav¨¦s de campa?as como la de ¡°Me too¡± (las ¡°pandoras¡± en Espa?a).
¡°Cuando rod¨¦ Matria a¨²n no hab¨ªa estallado este movimiento¡±, puntualiza Gago, dejando claro que no se ha subido a la ola de la reivindicaci¨®n feminista del momento. Es solo que la ola ha estado siempre ah¨ª. Bastaba con posar la vista. ?l lo ha hecho. Interesado en ¡°dar visibilidad a la mujer¡±, se plantea ahora escribir el largometraje basado en esta misma historia . ¡°Ojal¨¢ lo pudiera interpretar tambi¨¦n Francisca¡±, dice, expresando el temor de que, como ya le ocurri¨® en el corto, ¡°pueda caer emocionalmente en un lado muy oscuro¡±. ¡°Ella no es actriz, no dispone de las herramientas que le permitan controlar esas emociones, pero es una gran profesional. Por desgracia para ella, borda el papel¡±, afirma.
¡°Estoy as¨ª, as¨ª...¡±, responde la protagonista a la pregunta de si protagonizar¨ªa la pel¨ªcula. Ella tambi¨¦n teme tener que volver a hurgar en sus heridas.¡°Despu¨¦s de haber acabado el rodaje estuve al menos 15 d¨ªas mirando igual; no era capaz de cambiar esa mirada que tiene el dolor¡±, explica sus reticencias, aunque inmediatamente reconoce que Gago no es un director, sino su familia. ¡°Quiero mucho a mi madre y a toda mi familia pero la de ?lvaro es especial, como ¨¦l, y tambi¨¦n es mi familia. No creo que le moleste si cuento que su abuelo hac¨ªa que se lo ten¨ªa que quitar de encima para que dejase de abrazarlo, de lo cari?oso que era de peque?o. No me extra?a que sea tan bueno en todo lo que hace. Hay que ver c¨®mo lo adoraba todo el equipo de rodaje. Es como el t¨ªo Pep¨ªn¡±.
Babelia
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