Es Baluard descubre el pasado balear de Reynaldo Luza
Nekane Aramburu reconstruye la colecci¨®n sobre la fotograf¨ªa de vanguardia y relatos de mujeres excluidas de la historia oficial
Ante la barandilla blanca de una sencilla vivienda tradicional ibicenca, cuatro espectaculares mujeres, seguramente modelos, posan con ligeros vestidos blancos que destacan su piel bronceada. Como contraste, en la parte inferior de la imagen, apoyadas contra la pared, dos j¨®venes tapadas completamente con trajes regionales, miran t¨ªmidas a la c¨¢mara. La fotograf¨ªa fue realizada por el artista peruano Reynaldo Luza (Lima, 1893-1978) en Ibiza, hacia 1932, y forma parte de decena de obras del fot¨®grafo que se incluyen en la nueva revisi¨®n de la colecci¨®n permanente de Es Baluard en la que la que se evidencian los lazos de la fotograf¨ªa de vanguardia con las piezas m¨¢s conocidas del museo.
?La transformaci¨®n f¨ªsica de las salas va acompa?ada de un trabajo de investigaci¨®n permanente sobre mujeres que han tenido un papel relevante en la evoluci¨®n del arte pero que han sido ignoradas o mal juzgadas por los historiadores como las dadaistas, de Gala Dal¨ª o de Gerda Taro.
La serie de fotograf¨ªas de Reynaldo Luza ocupa toda una pared en la primera sala de la colecci¨®n permanente. Aramburu descubri¨® la vinculaci¨®n del artista peruano con Mallorca durante una visita a Art Basel Miami, cuando un conocido le llam¨® la atenci¨®n sobre una exposici¨®n del fot¨®grafo. Sab¨ªa que hab¨ªa trabajado en Nueva York, Par¨ªs y Londres para Vogue, Vanity Fair y Harper¡¯s Bazaar; sab¨ªa que su c¨ªrculo de amistades estaba formado por Elsa Schiaparelli, Coco Chanel, Crist¨®bal Balenciaga, Salvador Dal¨ª, Carl Erickson o Man Ray y que con todos ellos hab¨ªa estado en Ibiza; lo que no sab¨ªa es que tambi¨¦n hab¨ªa pasado tiempo en Mallorca, como lo demuestra el autorretrato que Luza se hizo en Formentor, en la escalera exterior de una vivienda en la que luce un ba?ador muy ajustado y oscuras gafas de sol. ¡°Contact¨¦ con los herederos y fue muy f¨¢cil conseguir que esta serie pudiera venir al museo. Me interesaron mucho las formas geom¨¦tricas que escog¨ªa deliberadamente para los personajes que protagonizan sus im¨¢genes. Junto al mundo de la sofisticaci¨®n en el que ¨¦l se mov¨ªa, recupera atuendos locales con los que viste a las mujeres del campo. Cuando vuelve a Per¨² definitivamente, ya en los 50, inicia un trabajo de investigaci¨®n de sus ra¨ªces culturales que de alguna manera se ven ya en esta serie¡±.
La colecci¨®n tambi¨¦n muestra una joya fotogr¨¢fica de Hans Namuth (Essen, Alemania, 1915-Nueva York, EEUU, 1990), mundialmente famoso por sus retratos de los expresionistas abstractos norteamericanos y por sus fotorreportajes de la Guerra Civil espa?ola: la dram¨¢tica imagen de civiles huyendo de las tropas franquistas por la carretera de M¨¢laga a Almer¨ªa, cuando murieron m¨¢s de 3000 personas. y en la que algunos reconocen a Robert Capa y Gerda Taro entre los adultos que corren con ni?os en sus brazos.
Aramburu ha incluido un amplio colectivo de fot¨®grafos relacionados con las islas, como Hans Helfritz, Harold Liebow, Walter L?ubli o Paco G¨®mez, en Ibiza; Hans Hartung y David Seymour, en Menorca, y Sybille von Kaskel y Jean Dieuzaide, en Mallorca. Asegura la directora que ning¨²n hito de la colecci¨®n ha sido trasladado a los almacenes. El museo, creado en 2004, posee unas 600 obras de las que se exponen alrededor de 200.
Entre esos hitos que cada a?o a?o atraen 600.000 visitantes, 80% de ellos extranjeros, se suceden los nombres de artistas como Mar¨ªa Blanchard, Wifredo Lam, Fernand L¨¦ger, Andr¨¦ Masson, Roberto Matta, Joan Mir¨®, Robert Motherwell, Jorge Oteiza, Picasso o Antoni T¨¤pies. Tambi¨¦n se exhibe la obra de Juan Genov¨¦s, Hans Hartung, Rebecca Horn, Antoni Miralda, Miquel Barcel¨®, Jos¨¦ Manuel Broto, Anselm Kiefer y Juan Usl¨¦, entre otros.
¡°Hemos querido depurar la colecci¨®n y centrar el relato en el paisaje y en las figuras. Creo que es una visi¨®n novedosa porque vinculamos las obras, tanto las famosas como algunas menos conocidas, hablando de las transformaciones m¨¢s importantes de los dos ¨²ltimos siglos. Por eso la fotograf¨ªa es el soporte que mejor nos sirve para articular esta nueva narraci¨®n¡±, explica Aramburu.
Aunque, como en todos los museos, el presupuesto llega poco m¨¢s que para abrir las puertas del edificio (Aramburu prefiere no precisar cantidades), la directora asegura que la generosidad de algunos artistas hace que la colecci¨®n aumente. Como ejemplos pone una espectacular pieza donada por Concha Jerez, un Homenaje a Cage o todos los videos que hasta el momento ha realizado Bernardi Roig, material que protagonizar¨¢ una de las exposiciones m¨¢s interesantes de la primavera.
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