John Julius Norwich: ¡°No s¨¦ lo que es Europa ahora¡±
Hijo de un ministro de Churchill, el autor brit¨¢nico dej¨® el Foreign Office en 1964 para escribir libros de historia por los que es de nuevo actualidad en Espa?a. ¡°Nunca he descubierto un solo hecho hist¨®rico¡±

Asegura John Julius Norwich (Londres, 1929) que sus memorias fueron inicialmente rechazadas por todos los editores de Londres porque no conten¨ªan suficientes dosis de dolor, drogas o sexo. Sorprende, pues no est¨¢ exenta su biograf¨ªa de mimbres literarios.
Descendiente del rey Guillermo IV ¡ª¡°uno de los menos distinguidos de nuestros monarcas¡±¡ª y de su amante Dorothea Jordan, es hijo de Duff Cooper, ministro de Informaci¨®n de Churchill durante la Segunda Guerra Mundial y embajador en la Francia de De Gaulle, y de Lady Diana Manners, admirada criatura de la alta sociedad, que le contagi¨® su pasi¨®n por los libros. Norwich sirvi¨® en la Marina Real Brit¨¢nica, se licenci¨® en Oxford en franc¨¦s y ruso, present¨® un popular programa radiof¨®nico y perteneci¨® 12 a?os al cuerpo diplom¨¢tico brit¨¢nico, destinado en Belgrado y en Beirut. Segundo vizconde de Norwich, se sienta en la C¨¢mara de los Lores y, desde hace poco, por obra y gracia de Javier Mar¨ªas, es duque de Bizancio del m¨ªtico Reino de Redonda.
Un buen d¨ªa de 1964, Norwich decidi¨® abandonar el Foreign Office y dedicarse a escribir libros de historia. ¡°Descubr¨ª un tema fascinante, que era la Sicilia normanda, de la que no sab¨ªa nada. Fui a la biblioteca a buscar libros y no hab¨ªa ninguno. As¨ª que pens¨¦ que alguien tendr¨ªa que hacerlo, y me puse a ello¡±, explica.
Desde entonces ha escrito 32 libros. El ¨²ltimo, Cuatro pr¨ªncipes, lo publica ahora en Espa?a la editorial ?tico de Libros. ¡°Me gusta la historia porque es entretenida¡±, asegura. ¡°Yo s¨¦ que nunca podr¨ªa escribir una novela o una obra de teatro porque no tengo imaginaci¨®n creativa. Todo lo que puedo hacer es contar, y es lo que hago. No escribo para acad¨¦micos. No soy acad¨¦mico. Nunca en mi vida he descubierto un solo hecho hist¨®rico nuevo. Y no sabr¨ªa qu¨¦ hacer con uno si lo encontrara. No quiero empujar las fronteras del conocimiento. Lo que quiero es contar una buena historia, de manera precisa y entretenida. Y, afortunadamente, la historia est¨¢ llena de ellas¡±.
¡°Yo s¨¦ que nunca podr¨ªa escribir una novela o una obra de teatro porque no tengo imaginaci¨®n creativa¡±
La ¨²ltima de esas buenas historias la encontr¨® en la Europa de la primera mitad del siglo XVI, convulso periodo que vio el Alto Renacimiento, la reforma protestante o la exploraci¨®n de las Am¨¦ricas, y en el que convivieron los cuatro pr¨ªncipes que dan t¨ªtulo al libro: Enrique VIII de Inglaterra, Francisco I de Francia, el emperador Carlos V y Solim¨¢n el Magn¨ªfico.
¡°Es extraordinario que coexistieran cuatro titanes de esa envergadura¡±, explica el autor. ¡°En el siglo XX, quiz¨¢ se podr¨ªan comparar con Hitler, Stalin, Mussolini y Atat¨¹rk. Pero, con los m¨¦todos de comunicaci¨®n y transporte modernos, el mundo se hab¨ªa convertido en algo muy distinto al de principios del XVI. Entonces Carlos V tardar¨ªa seis o siete semanas en ir de Bruselas a Madrid. Y aun as¨ª los reyes ten¨ªan un poder absoluto, mayor a¨²n que el de los dictadores contempor¨¢neos¡±.
Una de las virtudes del relato es presentar las historias de los cuatro protagonistas no como compartimentos separados, sino entrelazadas en el mismo hilo narrativo. ¡°Esa era la idea¡±, explica Norwich. ¡°Estaban constantemente enredados, todos interactuaron salvo Enrique con Solim¨¢n. Es una manera de mostrar que tambi¨¦n los hechos est¨¢n entrelazados¡±.
¡°No busco empujar la frontera del conocimiento, sino contar una buena historia, precisa y entretenida¡±
La ostentaci¨®n y el esplendor de Enrique y Francisco contrastaba con la austeridad del m¨¢s poderoso de los cuatro, el emperador Carlos. ¡°Enrique y Francisco amaban ser reyes, les encantaba cada segundo de ello¡±, sostiene Norwich. ¡°Para Carlos, en cambio, era un trabajo duro, ingrato. Una pesadilla. Quer¨ªa abdicar, pero su hijo Felipe no pod¨ªa sucederlo: no era muy brillante y no ten¨ªa ning¨²n don para los idiomas, algo que necesitas como emperador. Carlos hablaba franc¨¦s, flamenco, italiano, holand¨¦s, lat¨ªn y, obviamente, espa?ol. Felipe era un in¨²til. Menos mal que nunca intent¨® ser emperador. Pod¨ªa llevar Espa?a, pero habr¨ªa sido un emperador desastroso¡±.
Si tuviera que elegir a uno de los cuatro pr¨ªncipes para compartir una cena, Norwich se quedar¨ªa ¡°sin duda¡± con Francisco. ¡°Era el m¨¢s divertido, y ten¨ªa una gran mente¡±, asegura. Tampoco duda respecto a aquel a quien habr¨ªa temido m¨¢s. ¡°A Solim¨¢n¡±, afirma. ¡°Adem¨¢s, no podr¨ªa tomar una copa con ¨¦l, lo que es un gran problema para comenzar¡±.
Pero el sult¨¢n otomano, defiende Norwich, ten¨ªa una importante lecci¨®n para sus tres coet¨¢neos cristianos: la tolerancia. ¡°Toleraba a todos¡±, asegura el autor. ¡°Cat¨®licos o jud¨ªos, mientras pagaran impuestos, estaban bien. Si solo hubieran comprendido eso los otros¡ La religi¨®n caus¨® todos los problemas. Era un malabarismo perpetuo mantener lo pol¨ªtico y lo religioso avanzando al mismo tiempo. La cristiandad fue la m¨¢s peligrosa de todas las cosas¡±.
¡°Es rid¨ªculo el intento del papa Francisco de vulgarizar la instituci¨®n. Adem¨¢s, no deber¨ªa estar ah¨ª¡±
La Europa de hoy, se?ala Norwich, es producto de la influencia de los cuatro pr¨ªncipes de su libro. Aunque el autor reconoce que le resulta dif¨ªcil comprender d¨®nde est¨¢ yendo el Viejo Continente. ¡°No s¨¦ lo que es Europa ahora. No soy pol¨ªtico, ni siquiera estoy seguro de ser historiador¡±, reconoce. ¡°Pero los valores europeos originados entonces son hoy m¨¢s importantes que nunca. Por eso me preocupa mucho el Brexit. Es una postura a todas luces desastrosa. Soy pesimista sobre el futuro de este pa¨ªs. Y no envidio a mis nietos ni un segundo. ?El mundo puede volar la semana que viene por Corea del Norte!¡±.
Cuatro pr¨ªncipes coincide en las mesas de novedades espa?olas con Los papas. Una historia que el escritor Javier Mar¨ªas ha escogido para su editorial Reino de Redonda. Se trata de uno de los libros m¨¢s importantes de Norwich, publicado originalmente en 2011. ¡°No soy religioso, pero me atrae mucho la instituci¨®n del papado, una de las m¨¢s antiguas y exitosas del mundo¡±, explica el autor, quien no se deshace precisamente en elogios para el papa Francisco, el ¨²ltimo en la lista de casi 300 que han ocupado el cargo hasta la fecha. ¡°Es rid¨ªculo su intento de vulgarizar la instituci¨®n¡±, opina. ¡°Adem¨¢s, no deber¨ªa estar ah¨ª, porque hay otro pont¨ªfice vivo. No se puede dimitir de papa, lo eres hasta la muerte. Por lo que a m¨ª respecta, el papa sigue siendo Benedicto¡±.
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