T¨®cala otra vez, Rams¨¦s
CaixaForum inaugura en Barcelona una gran exposici¨®n sobre la m¨²sica en la Antig¨¹edad organizada con el Louvre y compuesta por 373 objetos, incluidos instrumentos egipcios y romanos
De las trompetas de Jeric¨® a la lira de Ner¨®n, pasando por la flauta de Pan o el peligroso canto de las sirenas, la m¨²sica de la Antig¨¹edad nos suena. Pero en realidad es poco lo que sabemos en general sobre el fen¨®meno musical y todas sus implicaciones en las civilizaciones del mundo antiguo. A explicar el fascinante mundo de la m¨²sica en cuatro de las grandes culturas del pasado, la de Mesopotamia, la del Antiguo Egipto, la griega y la romana (un paseo de m¨¢s de 3.000 a?os, desde el 2.900 antes de Cristo hasta el siglo IV de nuestra era), est¨¢ dedicada la nueva exposici¨®n de la Obra Social la Caixa fruto de su colaboraci¨®n con el Louvre que arranca en el CaixaForum de Barcelona (desde hoy hasta el 6 de mayo) y se ver¨¢ luego, en junio, en el de Madrid.
La exhibici¨®n, que incluye excepcionales instrumentos antiguos de enorme valor arqueol¨®gico, se compone de 373 objetos, la mayor¨ªa procedentes de los fondos del museo parisino (entre ellos algunos nunca expuestos) pero tambi¨¦n de otros prestigiosos centros (una veintena) como el Metropolitan de Nueva York , los Museos Capitolinos de Roma, el Museo Arqueol¨®gico Nacional de N¨¢poles o el Museo Nacional de Atenas. A destacar que el Louvre posee la segunda mayor colecci¨®n de instrumentos musicales del Antiguo Egipcio tras el Museo Egipcio de El Cairo.
La muestra, dispuesta tem¨¢tica y no cronol¨®gicamente, nos adentra en las antiguas relaciones de las divinidades, los ritos, el poder, la magia, la seducci¨®n o la guerra con la m¨²sica. Nos hace introducirnos en el mundo del duelo y las pla?ideras pero tambi¨¦n en el del erotismo (en un relieve de arcilla de Irak un int¨¦rprete de la¨²d y una mujer que toca la pandereta, desnudos ambos, se empujan con las nalgas en una versi¨®n amorrea de una canci¨®n del verano de Georgie Dann). La exposici¨®n nos explica tambi¨¦n al oficio de los int¨¦rpretes y la construcci¨®n y difusi¨®n de sus instrumentos.
Durante el recorrido de la muestra, el visitante puede vivir momentos sonoros emocionantes mediante unos dispositivos que permiten escuchar reconstituciones de sonidos de instrumentos antiguos, como el de una trompa romana (?qu¨¦ ser¨ªa de las legiones sin ellas!) o el considerado el canto m¨¢s antiguo del mundo (el himno de Ugarit, una animada tonadilla).
El reto de una m¨²sica que ya no se oye
La exposici¨®n est¨¢ comisariada por ocho especialistas, dos por cada civilizaci¨®n abordada. En representaci¨®n de todos ellos, Sibylle Emerit, del Centro Nacional de Investigaci¨®n Cient¨ªfica franc¨¦s , destac¨® lo in¨¦dito del tema y el inter¨¦s de confrontar en el aspecto musical cuatro civilizaciones. Explic¨® que los estudiosos siguen ¨¢vidos de nuevos descubrimientos para esclarecer algo tan dif¨ªcil de dilucidar como la m¨²sica de la Antig¨¹edad. Record¨® que la exposici¨®n va acompa?ada de una investigaci¨®n cient¨ªfica sobre la sonoridad pret¨¦rita. "Era un reto exponer m¨²sicas que ya no se oyen", dijo, pero subray¨® que los antiguos dejaron trazas de sus m¨²sicas y "existen muchos vestigios que permiten inferir c¨®mo eran". Anim¨® a los visitantes a confrontar las im¨¢genes de c¨®mics o pel¨ªculas con los objetos reales que se exhiben en la muestra y destac¨® lo inusual de poder contemplar esos objetos tan fr¨¢giles, que no viajan nunca fuera de sus museos o solo de manera excepcional.
En realidad, se?alan los organizadores, de la Antig¨¹edad apenas se conservan algunos fragmentos de melod¨ªas en sistemas de anotaci¨®n musical de Mesopotamia y Grecia: su lectura para restituir la m¨²sica de entonces tal y como sonaba en su ¨¦poca es asunto muy delicado y, pese a notables intentos, a¨²n lejos de estar resuelto.
Entre las piezas que se exhiben, arpas y sistros fara¨®nicos, estatuillas mesopot¨¢micas de m¨²sicos, una escultura de Hermes, acreditado como inventor de la lira, un mosaico romano con Orfeo ta?endo el mismo instrumento o una preciosa Isis pla?idera de ¨¦poca ptolemaica en madera pintada con un delicioso vestido rojo. A destacar tambi¨¦n un peque?o y muy sensual Eros citarista de arcilla (la imagen ic¨®nica de la exposici¨®n), la estela de Horudja, jefe de los cantores de Am¨®n, en la que el personaje aparece sentado en un taburete y tocando una gran arpa ante los dioses, la tablilla amorrea con el himno a Ninkasi, diosa sumeria de la cerveza (?) o una pandereta egipcia de acacia de mucho antes de que naciera Rams¨¦s II.
M¨²sicas en la Antig¨¹edad, que cuenta con un cat¨¢logo de gran formato esencial para profundizar en los temas de la notaci¨®n musical, la difusi¨®n de los instrumentos o la problem¨¢tica en la reconstrucci¨®n moderna de los mismos, es una exposici¨®n prolija y que requiere tiempo y atenci¨®n, pues la cronolog¨ªa es muy larga y el tema nada f¨¢cil (una secci¨®n est¨¢ dedicada a la evoluci¨®n y difusi¨®n del sistro). Pero a cambio del esfuerzo ofrece experiencias est¨¦ticas y conocimientos a manos llenas. Encontrarte por el camino a la Cleopatra de Ast¨¦rix oyendo a un arpista, a Ner¨®n tocando la lira mientras arde Roma, la sonora parada de los aurigas de Ben-Hur, el triunfo de Vinicio (Robert Taylor con coraza musculada), con su fanfarria imperial, en Quo Vadis (para el que el compositor Mikl¨®s R¨®zsa hizo reconstruir instrumentos romanos), o la no menos pomposa marcha de Rameses en Aida, facilita las cosas.
El recorrido se abre precisamente con una secci¨®n sobre la m¨²sica antigua en el imaginario occidental y c¨®mo el cine, el teatro, la ¨®pera, la novela y la las artes pl¨¢sticas han forjado clich¨¦s en nuestra imaginaci¨®n. Una escultura de 1839 de un reciario llamando a filas con un cornu (trompa circular), obra del artista Jean-L¨¦on G¨¦r?me (el autor del c¨¦lebre cuadro Pollice verso, al que debemos buena parte de nuestros estereotipos de los gladiadores) se muestra frente a una pantalla que proyecta im¨¢genes de p¨¦plums y ¨®peras hist¨®ricas. Al lado se puede ver un viejo libro con un grabado de Dor¨¦ que muestra a los sacerdotes israelitas tocando las trompetas (esa gran arma secreta de Josu¨¦, junto con el Arca) para derribar los muros de Jeric¨®. Veremos luego cuadros del XIX que muestran escenas de la antig¨¹edad con instrumentos (la hermosa Salamb¨® de Rochegrosse) y el l¨ªo que se hicieron los estudiosos al tratar de reconstruir esos instrumentos (arpas egipcias o c¨ªtaras romanas) cuando se encontraban los objetos arqueol¨®gicos, sus fragmentos o sus reproducciones en esculturas o pinturas.
Una boquilla de oro de trompeta de Bactrina, una siringa de Antin¨®opolis, claquetas de Susa, sistros de la diosa Hathor... En el ¨¢mbito El o¨ªdo de los dioses, se trata de los dioses m¨²sicos y de las liturgias musicales, en Los sonidos del poder se muestra c¨®mo la m¨²sica forma parte de las ceremonias de la autoridad y su puesta en escena. En Los oficios de la m¨²sica se exhibe una verdadera galer¨ªa de instrumentistas: varias decenas de figuritas de distintas fechas y lugares que muestran a m¨²sicos. A destacar tambi¨¦n la peque?a escultura de dos mujeres con los suyos a bordo de un palanqu¨ªn a lomos de un camello. La estela funeraria de un tocador de trompa, Cayo Sulpicio, representado con su instrumento y la pintura pompeyana que muestra a una int¨¦rprete de lira afin¨¢ndola ofrecen una mirada excepcionalmente directa e ¨ªntima sobre los m¨²sicos de la antig¨¹edad. Una de las piezas se?eras de la muestra es el enorme cornu hallado en Pompeya y cuyo sonido puedes escuchar: ?es como o¨ªr la voz de Julio C¨¦sar!
Una trompeta egipcia que result¨® ser un pie de altar
En una vitrina se muestra la supuesta trompeta egipcia del Louvre que tom¨® como modelo Verdi para su ¨®pera A¨ªday que en realidad result¨® ser ?un pie de altar ptolemaico! (as¨ª que ya pod¨ªas soplarla).
En realidad las dos ¨²nicas trompetas operacionales del Antiguo Egipto que se conocen (de plata y cobre, respectivamente) son las de la tumba de Tutankam¨®n. Tras un silencio de m¨¢s de 3,000 a?os, se las hizo sonar en una emisi¨®n de la BBC en 1939 (el int¨¦rprete fue un trompeta del 11? regimiento de h¨²sares, James Tappern) para una audiencia estimada de 150 millones de personas.
La exposici¨®n explica el redescubrimiento de la m¨²sica antigua, el nacimiento de la arqueolog¨ªa musical y el hallazgo de piezas emblem¨¢ticas como las liras de Ur o las c¨¦lebres pinturas de arpistas tebanos de la tumba de Rams¨¦s III. Todo un ¨¢mbito est¨¢ consagrado a mostrar instrumentos antiguos y uno no puede evitar emocionarse imaginando qu¨¦ dedos, manos y labios desaparecidos hace una eternidad les dieron vida.
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