Ren¨¦ Magritte: poes¨ªa visible a trav¨¦s de una c¨¢mara
El artista surrealista practic¨® la fotograf¨ªa a lo largo de su vida. Sus im¨¢genes sirvieron de base para su pintura y revelan una misma forma de entender la realidad
¡°Todo aquello que vemos esconde alguna otra cosa m¨¢s, siempre queremos ver lo que est¨¢ oculto a trav¨¦s de lo que vemos¡±. La frase es de Ren¨¦ Magritte (1898-1967), maestro de la paradoja, quien a trav¨¦s de un juego constante entre la imagen y la realidad nos ense?a que nuestro mundo puede ser solo una construcci¨®n mental. En su b¨²squeda de aquellas experiencias que pudieran ensanchar la comprensi¨®n del universo, el artista incorpor¨® la fotograf¨ªa a sus aficiones. Una serie de fotograf¨ªas y pel¨ªculas realizadas por ¨¦l mismo, descubiertas m¨¢s de diez a?os despu¨¦s de su muerte, evidencian una clara relaci¨®n con sus pinturas, y una misma forma de adentrarse en el misterio.
Son 130 las fotograf¨ªas que componen Ren¨¦ Magritte. The revealing image. Photos and film y se exhiben en la galer¨ªa ArtisTree. Acompa?adas de sus pel¨ªculas, revelan una faceta poco conocida de su autor. Entre ellas se encuentran retratos ¨ªntimos y familiares, otros que sirvieron de modelos para sus trabajos publicitarios, as¨ª como otras im¨¢genes m¨¢s experimentales en las cuales el pintor serv¨ªa como creador, director o modelo. Todo ello ha servido para enriquecer su biograf¨ªa, as¨ª como para constatar que utilizaba la fotograf¨ªa no solo como diversi¨®n, sino como una base para su pintura donde ensamblar ideas y objetos. ¡°Magritte fue un so?ador¡±, destaca Xavier Canonne, comisario de la muestra y autor de un libro que con el mismo t¨ªtulo y publicado por?Ludion?Publishers profundiza en la obra fotogr¨¢fica y f¨ªlmica del autor belga. Sus fotograf¨ªas corroboran que la realidad era el punto de partida para un proceso creativo donde ¡°la poes¨ªa se hace visible¡± y los sue?os est¨¢n hechos de la misma materia que la realidad.
Para Canonne, el autor del ¨®leo La traici¨®n de las im¨¢genes ¡ªfamoso por su inscripci¨®n Ceci n'est pas une pipe, (Esto no es una pipa)¡ª, ¡°era m¨¢s un fil¨®sofo que un pintor. Nos mostr¨® que una imagen de un objeto no es un objeto. Magritte se interesa por la ling¨¹¨ªstica y la filosof¨ªa¡±. Desde que diera sus primeros pasos en la pintura, al ingresar en la Acad¨¦mie des Beaux-Arts de Bruselas, el artista siempre estuvo m¨¢s interesado en la forma en la que expresaba sus ideas que en demostrar su destreza como pintor. Sufri¨® el escarnio de la cr¨ªtica y tuvo que aceptar trabajos publicitarios para poder subsistir. No fue hasta cumplidos los sesenta cuando conoci¨® la fama. Muchos han visto en el suicidio de su madre (se tir¨® al r¨ªo cuando ¨¦l ten¨ªa 13 a?os) la clave de una obra que no se parece a ninguna otra y que trastoc¨® la historia de la pintura. Pero a ello hay que sumar el talante inquieto de un pintor abierto al desarrollo intelectual y al rico contexto art¨ªstico de los a?os veinte.
Se cree que fue a finales de los a?os veinte cuando Magritte comenz¨® a practicar la fotograf¨ªa. Probablemente compr¨® su primera c¨¢mara, una Kodak, en Par¨ªs, donde se traslad¨® a vivir con su mujer, Georgette, en 1927. Poco despu¨¦s de la llegada del pintor se instalaron los primeros tres fotomatones en la capital francesa, m¨¢quinas donde el juego y la creaci¨®n de los componentes del grupo surrealista encontraron un lugar com¨²n de expresi¨®n. As¨ª, fueron el fotomat¨®n junto con la influencia de poeta Paul Noug¨¦, gran aficionado a la fotograf¨ªa, los que estimularon sus primeros pasos dentro del medio. ¡°Ocurre que un retrato intenta parecerse a su modelo. Pero Magritte sol¨ªa decir que uno debe desear que el modelo trate de representar el retrato¡±, recordaba Noug¨¦. Pero al contrario que el poeta quien mostraba con frecuencia sus im¨¢genes al p¨²blico, el pintor belga nunca lo hizo. ¡°La pintura permaneci¨® como el ¨²nico objeto de su b¨²squeda¡±, apunta Canonne.
Un perfecto ejemplo de c¨®mo Magritte utilizaba la fotograf¨ªa para experimentar sobre la composici¨®n y el tema de sus obras pict¨®ricas es una imagen en la que aparece sentado frente a un caballete adoptando la misma posici¨®n en la que posa para su autorretrato, La Clairvoyance (1936), en el que est¨¢ trabajando. ¡°Se trata de un autorretrato al estilo una mise- abyme (representaci¨®n en la que una imagen contiene una copia peque?a de s¨ª misma) que va m¨¢s all¨¢ de la documentaci¨®n¡±, explica el comisario.
Es significativo que la ¨²nica obra realizada por otro artista que conservaba Magritte en propiedad, fuese una fotograf¨ªa de Man Ray. Nunca experiment¨® con fotogramas ni con fotomontajes ni solarizaciones, o manipulando el material en s¨ª mismo, y revelaba sus im¨¢genes en un laboratorio comercial. ¡°Conceb¨ªa la fotograf¨ªa con la misma neutralidad que se evidencia en su pintura¡±, se?ala Canonne. Sin embargo, aun haciendo uso de un medio tan ¡®veraz¡¯ como la fotograf¨ªa, el autor estaba resuelto a negar la capacidad del medio para reproducir la realidad, prefiriendo siempre imaginar o explorar lo que denominaba ¡°el misterio del universo¡±. ¡°Un rostro nunca puede expresar la verdadera naturaleza de alguien sino ofrecer solamente una apariencia, un ¡®falso espejo¡¯¡±, escrib¨ªa Magritte. ¡°Tampoco ofrece una forma de conocer a la persona que uno retrata o que es retratado. Queda limitado a la superficie y es incapaz de penetrar el misterio¡±.
En El gigante, al que el comisario se refiere como ¡°el antirretrato de un hombre con el alma del grupo surrealista belga¡±, Paul Noug¨¦ se esconde tras un tablero de ajedrez, obligando al espectador a concentrarse en los detalles de su ropa y en la pipa que sujeta en una mano. En el sal¨®n de su casa en la Rue des Mimosas de Bruselas, vestido con un traje oscuro, Magritte sustituye su rostro por el de una mujer ¡ªuno de los paneles que componen su obra Eternamente Obvio (1954)¡ª, mientras posa para Shunk Kender.
En La sombra y su sombra, mientras Georgette mira atentamente a la c¨¢mara, la mitad del rostro de su marido se esconde tras ella. Los ojos de ambos rostros se alinean sugiriendo una perfecta uni¨®n. La obra ¡°es ciertamente una pintura fotogr¨¢fica¡±, escribe Canonne, ¡°una obra aut¨®noma que Magritte pod¨ªa haber llevado al ¨®leo para abordar el tema de lo 'oculto-invisible', como lo hace en su pintura?El sue?o. En Ren¨¦ Magritte y El b¨¢rbaro, el artista posa enfrente de su obra (destruida en Londres durante un bombardeo en la Segunda Guerra Mundial ) imitando la pose de Fantomas, su ¨ªdolo de la juventud, "el hombre de las muchas caras, tantas que la original parece haberse perdido en la mirada de aquellos que le miran. Como el gato Cheshire de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas, Magritte eligi¨® ocultarse tras su imagen, dej¨¢ndonos con el enigma de sus pinturas", escribe Canonne.
Ren¨¦ Magritte. The revealing image. Editions Ludion. 168 p¨¢ginas.? 39,90 euros.
Ren¨¦ Magritte: The revealing image- Photos and film. ArtisTree Gallery. Hong Kong Hasta el 19 de febrero.
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