Codicia
Las farmac¨¦uticas est¨¢n en el Olimpo de los malvados, o as¨ª se desprende tras contemplar los seis cap¨ªtulos de la serie ¡®Acceptable Risk¡¯.
Los villanos inundan las series televisivas. Hay, tambi¨¦n, entidades o empresas que adquieren dicha condici¨®n con cierta frecuencia. Las farmac¨¦uticas est¨¢n en el olimpo de los malvados, o as¨ª se desprende tras contemplar los seis cap¨ªtulos de ¡®Acceptable Risk¡¯, una serie irlandesa que exhibe Sundance TV, sin olvidarnos de novelas o pel¨ªculas como El jardinero fiel, del gran John Le Carr¨¦.
Digamos, en primer lugar, que la serie es formalmente correcta y que su trama resulta entretenida y bastante previsible. Sarah Manning, una abogada retirada que ejerce de ama de casa, recibe la noticia de que su segundo marido, un ejecutivo de la farmac¨¦utica Gumbiner-Fischer con sede en Dubl¨ªn, acaba de ser asesinado en Montreal, y dado que su primer marido apareci¨® ahogado en un canal de la capital irlandesa, la impresi¨®n es que estamos ante una viuda negra. Para nada. Las indagaciones de la muy tenaz Sarah, ayudada por una no menos tenaz detective irlandesa, le llevan a una primera y no infrecuente, aunque desconcertante, conclusi¨®n: no sab¨ªa nada acerca del pasado de la vida de su segundo marido. El amor, ya se sabe, es ciego.
La segunda conclusi¨®n, mucho menos desconcertante por una cuesti¨®n de casting, es que el responsable m¨¢ximo de la farmac¨¦utica re¨²ne todas las caracter¨ªsticas f¨ªsicas del prototipo del villano, es decir, que la empresa multinacional sin escr¨²pulos hace tiempo que campaba a sus anchas en un pa¨ªs con evidentes ventajas fiscales: ?es la codicia, est¨²pidos! La tercera, y no menos importante, es que el autor de la serie, Ron Hutchinson, y su director, Kenneth Glenaan, est¨¢n lo suficientemente curtidos en el medio como para conseguir que el inter¨¦s no decaiga, y para ello basta con relacionar a la muy poderosa empresa con pol¨ªticos f¨¢cilmente corrompibles y a polic¨ªas y familiares con ansias de resolver sus problemas econ¨®micos inmediatos. Nada nuevo bajo el sol, y, sin embargo, entretiene.
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