Las cartas y los lienzos que cuentan el ascenso de Goya
La primera muestra del artista en Bilbao re¨²ne en el Museo de Bellas Artes un centenar de piezas que retratan el ambiente del Madrid al que llega para convertirse en pintor del rey
Ten¨ªa Goya un asunto pendiente con Bilbao, o quiz¨¢ era Bilbao la que lo ten¨ªa con Goya. Fuera como fuese, la deuda queda saldada a partir de este mi¨¦rcoles: por fin el pintor llega a esta ciudad en la que no hab¨ªa estado y lo hace en forma de exposici¨®n: Goya y la corte ilustrada, un recorrido en paralelo por las dos vertientes del pintor: la humana y la de genio de la pintura, muy superior al resto de sus contempor¨¢neos de los que tambi¨¦n se exhiben obras en la muestra.
La parte humana corre a cargo de las 13 cartas de Goya (Fuendetodos, Zaragoza, 1746 ¨C Burdeos, 1828) a Mart¨ªn Zapater, su amigo de la infancia, que se exhiben en la muestra del Museo de Bellas Artes de Bilbao y que funcionan como eje vertebrador de esta. En la caligraf¨ªa del pintor se pueden leer sus pensamientos, intereses, logros y las noticias que le da al compa?ero que dej¨® en Zaragoza y que le une con sus ra¨ªces, sus c¨ªrculos de amigos y familiares. ¡°Dime si la ni?a de Manuel se acuerda de m¨ª¡±, escribe el artista el 27 de junio de 1781, y firma: ¡°Tu Paco Goya¡±. En otra del 7 de julio de 1786 dice: ¡°Mart¨ªn m¨ªo, ya soy pintor del Rey¡±. Estas misivas forman parte de las 147 que pertenecen al Museo del Prado (prestador de 72, de las 96 piezas de la muestra): la correspondencia del artista aragon¨¦s a Zapater, la de este a Goya no se conserva. La lectura de las letras de tinta de este ¡°genio¡± de la historia del arte -t¨¦rmino que usa la comisaria de la exposici¨®n Manuela B. Mena, jefa de conservaci¨®n del Pintura del siglo XVIII y Goya del Prado. Ella misma sabe que es un clich¨¦ pero explica que Goya verdaderamente lo merece junto con poqu¨ªsimos m¨¢s: ¡°Rafael, Miguel ?ngel, Tiziano, Rubens, Rembrandt, Vel¨¢zquez...¡±- convierten al visitante en un voyeur que esp¨ªa la vida de Goya en la corte.
De c¨®mo era Madrid y el ambiente que se encontr¨® en la ciudad el aragon¨¦s cuando lleg¨® en 1775, hablan tanto sus obras como las de sus coet¨¢neos. De las obras que se exponen, un tercio son de Goya, el resto de artistas contempor¨¢neos como Mariano Salvador Maella, Francisco Bayeu, Luis Paret, Giandomenico Tiepolo... incluso, una mujer, algo nada habitual a finales del siglo XVIII: Francisca Ifiginea Mel¨¦ndez, una miniaturista, pintora de c¨¢mara -¡°la misma categor¨ªa que Goya y con el mismo sueldo que ¨¦l: 50.000 reales¡±, cuenta la comisaria-. La exposici¨®n, que hasta el 21 de enero se pudo disfrutar en CaixaForum de Zaragoza, tiene un ap¨¦ndice como celebraci¨®n de que por fin una monogr¨¢fica de Goya pisa Bilbao: 11 retratos del pintor de Fuendetodos a personalidades de origen vasco o navarro tales como Francisco de Cabarr¨²s, conde de Cabarr¨²s o Juana Galarza de Goicoechea y Mart¨ªn Miguel de Goicoechea...
Entre Vista de Fuenterrab¨ªa, o la de Bermeo, de Paret (esta ¨²ltima reci¨¦n adquirida), La pradera de San Isidro, de Jos¨¦ del Castillo, o El paseo de las Delicias, de Bayeu, destacan inevitablemente las obras de Goya como La gallina ciega, El pelele (que hace sentir al espectador que una sala del museo bilba¨ªno se ha transformado en una del Prado) o los retratos de Carlos III, de Carlos IV y de su amigo Mart¨ªn Zapater (que junto con el de Morat¨ªn son las dos ¨²nicas obras del aragon¨¦s que custodia el Bellas Artes de Bilbao). Es admirable su factura, su t¨¦cnica econ¨®mica, limpia y precisa -se puede seguir el trayecto de una pincelada con la mirada-. ¡°Con menos consigue m¨¢s que los dem¨¢s¡±, asegura Mena. La intenci¨®n que le da a los ojos de las refinadas damas cuando miran a los majos, o a los trabajadores de La vendimia mientras otros disfrutan de las uvas recogidas y la manera de retratar a los reyes realizados tras la Revoluci¨®n Francesa son sutilezas solo dignas del de Fuendetodos.
Babelia
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