Las existencias menores
Desde que ?tienne Souriau introdujo a los seres virtuales en su inventario, todo cambi¨® en Occidente
En 1938, cuando el fil¨®sofo ?tienne Souriau trabajaba en un inventario sobre las diversas formas de existencia que encontramos en el mundo, una clase de seres llam¨® particularmente su atenci¨®n: los virtuales. ?Qu¨¦ hab¨ªa que hacer con ellos, con esas fuerzas potenciales que acompa?an nuestras vidas? Como carec¨ªan de realidad y no ten¨ªan sitio en el mundo real, Souriau decidi¨® que luchar¨ªa por el derecho de los virtuales a ocupar leg¨ªtimamente un lugar en este mundo. A fin de cuentas, pens¨®, ?no es toda creaci¨®n una plegaria a favor de las nuevas existencias que esta crea?
Souriau es un personaje central en Les existences moindres (¡°Las existencias menores¡±), el breve ensayo maravilloso que ha publicado David Lapoujade en Les ?ditions de Minuit, la editorial donde publicara Beckett toda su obra (moindre, por cierto, fue en los ¨²ltimos a?os la palabra favorita del autor de Molloy).
En Les existences moindres David Lapoujade nos dice que, desde que ?tienne Souriau introdujo a los seres virtuales en su inventario, todo cambi¨® en Occidente, y nada pudo volver a ser como antes, pues ya no se pudo seguir diciendo que toda existencia era redonda, perfecta por s¨ª misma. Es m¨¢s, con la irrupci¨®n de los virtuales, toda realidad se volvi¨® incompleta, y se confirm¨® que todo en nuestro mundo est¨¢ inacabado. ?O no cruzamos por la vida a media luz, perdidos en penumbras en las que solo se adivina lo inconcluso?
?tienne Souriau presenta todas las apariencias de ser un fil¨®sofo inventado por Lapoujade, es decir, una existencia menor que estar¨ªa reclamando tambi¨¦n su derecho a existir. Pero de virtual Souriau no tiene nada. Ya no s¨®lo existi¨® (Lille, 1892-Par¨ªs, 1979), sino que fue un reconocido profesor de est¨¦tica en la Sorbona y autor, entre otros libros, de Los diferentes modos de existencia (1943), donde, aparte de introducir a los virtuales en su inventario, aun le qued¨® tiempo, entre una Primera y Segunda Guerra mundial (acudi¨® a las dos), de ocuparse del esp¨ªritu. Para Souriau, la construcci¨®n de un alma pasaba por aspirar a la posesi¨®n de las virtualidades que la completar¨ªan: ¡°Hay que tener un alma, y para tenerla hay que hacerla¡±. Con frases como esta, Souriau se esforzaba en proponer que el individuo, a trav¨¦s de un proceso dial¨¦ctico, y de un perfeccionamiento progresivo, intentara aproximarse lo m¨¢s posible a su propio ser, aun cuando este, a la larga, fuera a quedar siempre incompleto.
Su inventario de formas de vida puede ser visto hoy en d¨ªa como un admirable tratado sobre el ¡°pluralismo existencial¡±, un tratado muy cercano a las ideas de Hofmannsthal y, sin saberlo (no lo hab¨ªa le¨ªdo), de Fernando Pessoa, para quien, como luego se supo, vivir era ¡°un error metaf¨ªsico de la materia¡±. De ah¨ª que David Lapoujade en Las existencias menores nos pregunte qui¨¦n creemos que podr¨ªa ¡°desear existir m¨¢s¡±, si alguien como Pessoa que se sent¨ªa privado de esa posibilidad de ser, o un virtual ansioso de m¨¢s realidad, es decir, alguien que, ingr¨¢vido como nosotros, ande por ah¨ª con la pulsi¨®n de querer existir m¨¢s intensa y m¨¢s verdaderamente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.