La cultura emplea a m¨¢s gente en Espa?a pero el sector sigue rezagado

En La idea de Europa, George Steiner describe el continente como un inmenso caf¨¦ lleno de gentes y palabras donde prosperan la poes¨ªa, la filosof¨ªa y la tertulia. De Madrid a Viena, de San Petersburgo a Par¨ªs, de Berl¨ªn a Roma y de Praga a Lisboa. En la Uni¨®n Europea de hoy, a veces criticada por unir m¨¢s n¨²meros que palabras, m¨¢s acuerdos comerciales que p¨¢rrafos ilusionantes, la salida de la crisis se ha convertido en la gran historia que recorre los pasillos de las instituciones con dos variables como argumentos centrales: el crecimiento despega, el desempleo cae. En ese propicio contexto macroecon¨®mico, la cultura tambi¨¦n ha salido beneficiada.

Los datos publicados este martes por Eurostat indican que el sector da trabajo en la UE a 8,4 millones de personas, y la tendencia es al alza: en un lustro se han creado 549.000 nuevos empleos. Los datos de la agencia estad¨ªstica refuerzan la tesis de una mejora de la salud de la industria cultural europea. En 2016, el ¨²ltimo a?o del que hay cifras, el n¨²mero de trabajadores dedicados al cine, el entorno editorial, las bibliotecas, los museos y otras actividades aument¨® un 7% respecto a 2011. Y la mejora fue generalizada: en 19 de los 28 Estados miembros las contrataciones crecieron, entre ellos en Espa?a, donde se elev¨® en 71.000 hasta sumar 634.000 trabajadores.

Tras las buenas noticias, en el caso de Espa?a laten dos desequilibrios y una paradoja. Problema uno: aparece rezagada en el puesto 18 de los 28 pa¨ªses en empleo cultural, y aunque se acerca, a¨²n no alcanza la media comunitaria. La industria supone el 3,5% del tejido laboral frente al 3,7% de los socios europeos. Problema dos: las mujeres est¨¢n claramente infrarrepresentadas en el mundo de la cultura. Superan ligeramente el 40% de los empleados, y aunque en el conjunto de la UE tambi¨¦n sucede ¡ªel 54% de los trabajadores son hombres¡ª, solo Reino Unido y Malta tienen una tasa femenina inferior a la espa?ola. La paradoja tiene que ver con el nivel educativo. Espa?a est¨¢ lejos de ser el para¨ªso del empleo cultural, pese a que sobra capacitaci¨®n: es el segundo pa¨ªs tras Luxemburgo donde los profesionales del sector est¨¢n mejor formados gracias a que m¨¢s de un 70% tiene estudios universitarios. Su perfil en Europa tiene estrechos lazos con la ense?anza superior: casi el 60% de los trabajadores culturales cuenta con t¨ªtulos universitarios, casi el doble que en el resto de campos.

El mapa europeo muestra ostensibles diferencias geogr¨¢ficas. Estonia, la rep¨²blica digital que ha hecho de la innovaci¨®n su se?a de identidad, es el pa¨ªs de la UE que m¨¢s personas emplea en el sector cultural, un 5,3% del total, seguida de Luxemburgo (5,1%) y Suecia (5%). En el lado opuesto, entre los lugares donde menos prosperan compa?¨ªas interesadas en embarcarse en proyectos culturales destaca negativamente Ruman¨ªa, con solo el 1,6% de empleados, junto a Eslovaquia (2,5%) y Bulgaria (2,8%).

No siempre hay una empresa detr¨¢s. En la UE, probablemente el espacio m¨¢s f¨¦rtil del planeta para desempe?ar este tipo de actividad, casi dos millones de personas aparecen encuadradas en la categor¨ªa artistas y escritores, de los cuales pr¨¢cticamente la mitad trabajan de forma aut¨®noma. Esa tasa de autoempleo, que en muchas ocasiones va aparejada a la precariedad laboral, es muy superior a la del resto de profesiones, donde conjuntamente solo suponen el 15%.