Una pel¨ªcula como venganza contra los neonazis
El director alem¨¢n de origen turco Fatih Akin ataca el racismo en su pa¨ªs con 'En la sombra', que gan¨® el Globo de Oro a mejor filme extranjero
Alguien los bautiz¨® como los asesinatos del kebab. En efecto, casi todas las v¨ªctimas regentaban alguna tienda de comida callejera. El r¨ªo de sangre en Alemania empez¨® en 2000 y no par¨® hasta 2007. Se acab¨® llevando 10 vidas: nueve inmigrantes, de origen turco o kurdo, y una polic¨ªa local. De ah¨ª que muchos ya decidieran enseguida el culpable: la mafia turca. ¡°Es el racismo de la sociedad¡±, sostiene Fatih Akin (Hamburgo, 1973). Era el relato m¨¢s f¨¢cil de imaginar, y de olvidar: v¨ªctimas extranjeras, tal vez tr¨¢fico de droga o prostituci¨®n, alg¨²n ajuste de cuentas. Solo en 2011 se descubri¨® la firma real del crimen: NSU, un grupo terrorista de extrema derecha. En una palabra: neonazis. ¡°Fue entonces cuando escrib¨ª el guion¡±, agrega el director alem¨¢n de origen turco. Siempre hab¨ªa querido filmar una pel¨ªcula sobre el regreso del movimiento m¨¢s peligroso del siglo XX. Para rodarla necesit¨® unos a?os m¨¢s. Ahora, tras ganar el Globo de Oro a la mejor pel¨ªcula extranjera, En la sombra llega a Espa?a.
El filme cuenta una historia de ficci¨®n. Pero Akin andaba sobrado de ejemplos reales en los que inspirarse. De adolescente, en 1986, se qued¨® ¡°impactado¡± al enterarse de que un neonazi hab¨ªa asesinado a un turco. Y hace pocos a?os su nombre apareci¨® en una lista online de pol¨ªticos y artistas objetivos de la ultraderecha. ¡°Lo considero un cumplido¡±, defiende. Con la c¨¢mara, pas¨® al contraataque. Film¨® la tragedia de una mujer que pierde a su hijo y su marido por un atentado con bomba de dos neonazis. Y su lucha contra todo: el dolor, los prejuicios, la injusticia y el racismo. Porque si a un turco que estuvo en la c¨¢rcel (su esposo) le vuelan por los aires, seguro que algo habr¨ªa hecho.
¡°El racismo es el enemigo. No me refiero al de Le Pen, o de Alternativa por Alemania [la ultraderecha que entr¨® en el Parlamento en las ¨²ltimas elecciones]. Mire Polonia, Hungr¨ªa, Turqu¨ªa. Se ha vuelto mainstream, ya no est¨¢ en los m¨¢rgenes¡±, asegura Akin. ?l mismo lo experimenta, al menos en su sector: "Trabajo duro por quitarme la etiqueta de 'cine de inmigrantes".
A la vez, entre un filme y otro, el director volv¨ªa al guion de En la sombra. Lo retocaba, y lo apartaba. Hasta que se sinti¨® listo: ¡°Con cada pel¨ªcula aprendes; ahora soy m¨¢s cr¨ªtico conmigo mismo, y m¨¢s r¨¢pido¡±. ¡°Me gusta que este largo tenga una rabia ausente en mis ¨²ltimas pel¨ªculas¡±, agrega. A la ira contra el sistema, Alemania y el rechazo al otro, el director suma una contra el cine. El suyo, y el europeo. Habitual en los festivales, creador de las celebradas Al otro lado o Contra la pared, narrador de los m¨¢rgenes de la sociedad, Akin argumenta: ¡°Considero que hago cine de autor, pero no tiene sentido filmar pel¨ªculas solo para cr¨ªticos. Si ruedo un filme sobre la clase obrera, dirigido a un p¨²blico de ¨¦lite, estoy usando a los trabajadores por mi propio beneficio, les estoy robando. Tiene que ser accesible tambi¨¦n para ellos¡±. Y cita como ejemplo la serie Breaking Bad: ¡°La ven la clase alta y el conductor del bus¡±.
Filmes que hablan
"Mis filmes dialogan entre ellos", suelta Fatih Akin. "Y no solo, tambi¨¦n con los dem¨¢s que me rodean en ese momento". El alem¨¢n devora cine sin parar, bebe y absorbe s¨¦ptimo arte. En concreto, mientras preparaba En la sombra, Akin vio mucho cine coreano "de venganza" y Toni Erdmann. "Estaba justo montando el final y dije: 'Hay que cambiarlo todo, tenemos que hacer Toni Erdmann!".
El director cree que el di¨¢logo es tambi¨¦n lo mejor que el cine puede producir: "Una pel¨ªcula no cambia el mundo, pero puede generar conversaciones, discusiones entre los espectadores. Y el p¨²blico s¨ª puede cambiar el mundo".
Por eso, entre otras razones, dividi¨® En la sombra en tres cap¨ªtulos: ¡°Lo har¨ªa m¨¢s accesible, y m¨¢s cre¨ªble¡±. Los tres episodios son muy distintos entre ellos, casi tres g¨¦neros: el drama de la p¨¦rdida; el juicio y sus batallas dial¨¦cticas; un ep¨ªlogo tenso que mira al thriller.
La elecci¨®n de la actriz principal fue otro gui?o al gran p¨²blico. Diane Kruger act¨²a aqu¨ª por primera vez en su idioma natal y Cannes la encumbr¨® con el premio a la mejor actriz. Akin tambi¨¦n est¨¢ conquistado, aunque tuvo sus dudas. ¡°Quer¨ªa una actriz rubia, de ojos azules, me gustaba la idea de que una aria jodiera a los arios. Y buscaba una int¨¦rprete guapa, quer¨ªa disfrutar vi¨¦ndola ya que iba a estar todo el tiempo en la pantalla¡±, afirma. Surgi¨®, entre otros, el nombre de Kruger; Akin sab¨ªa poco de su carrera, pero le preocupaba que fuera m¨¢s modelo que actriz. Se equivocaba. Kruger le invit¨® a cenar y se present¨® tal y como Akin se imaginaba el personaje: ninguna estrella, una mujer cualquiera. Una vez en el rodaje, su concentraci¨®n era tan intensa que contagi¨® al cineasta y a los dem¨¢s: ¡°Todos susurraban, como si nadie quisiera molestar¡±.
Y eso que al cineasta le encanta fastidiar. De hecho, la acogida positiva del filme le sorprende: ¡°Pensaba que dividir¨ªa m¨¢s. No puedes hacer una obra c¨®moda sobre un tema tan inc¨®modo. Aunque cierta reacci¨®n de la prensa pregunt¨¢ndose por qu¨¦ hay una protagonista blanca, no musulmana, considerando la trama, me ense?¨® mucho sobre el racismo. Mis pel¨ªculas me ayudan a ver mis enemigos¡±.
Akin tiene unos cuantos. Muchos han atacado al director por el final de En la sombra. ?l responde: ¡°Bla, bla, bla¡±; tampoco le importa que en Turqu¨ªa le hayan calificado de ¡°traidor¡± por recordar en el filme El padre el genocidio armenio: ¡°No me lo tomo en serio¡±. Tanto que uno de sus pr¨®ximos proyectos es un filme sobre los guerrilleros kurdos que luchan en Siria. Contraataque con la c¨¢mara, su favorito.
Babelia
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