El Fitzgerald in¨¦dito ve la luz
La colecci¨®n ¡®Morir¨ªa por ti¡¯ re¨²ne 18 relatos in¨¦ditos del escritor estadounidense, autor de 'El gran Gatsby' y mito de la era del jazz
Cabr¨ªa pensar que en la que ¨¦l mismo bautiz¨® como ¡°era del jazz¡±, entre tanto champ¨¢n, bailes desaforados y viajes por Europa, a Francis Scott Fitzgerald le rodeaba un alegre y fren¨¦tico desorden y que en la siguiente d¨¦cada, cuando el crash hizo crujir todo aquella inconsciencia y lleg¨® la amargura, la derrota, las botellas y los sanatorios, el desorden se mantuvo. Ser¨ªa un error: Fitzgerald (Saint Paul, Minnesota, 1896 - Hollywood, 1940) no solo termin¨® tres novelas y dej¨® una inacabada, escribi¨® m¨¢s de 175 cuentos, poemas y unas cuantas obras de teatro, puli¨® guiones ajenos y trat¨® de rematar los propios, bosquej¨® proyectos y reuni¨® ¨¢lbumes con recortes miscel¨¢neos, sino que adem¨¢s en su diario de trabajo y en los cientos de cartas que se cruz¨® con su agente Harold Ober, con su editor Maxwell Perkins y con su esposa Zelda, entre otros, dej¨® un meticuloso y detallado registro del d¨ªa a d¨ªa de su producci¨®n literaria.
En ese rastro y en el archivo de sus papeles ¡ªconservados principalmente en la Universidad de Princeton, su alma mater¡ª se encontraban las referencias a un pu?ado de cuentos del autor de El gran Gatsby que fueron rechazados, en alg¨²n caso comprados, pero no publicados, o retocados y finalmente aparcados. Esas referencias fueron el punto de partida para armar Morir¨ªa por ti la colecci¨®n de 18 relatos in¨¦ditos que se public¨® en Estados Unidos hace un a?o y que la editorial Anagrama trae a las librer¨ªas espa?olas el pr¨®ximo mi¨¦rcoles.
Un paseo por la Guerra de Secesi¨®n
Por carta Fitzgerald habl¨® sobre cu¨¢nto le gustar¨ªa escribir una novela sobre la Guerra de Secesi¨®n estadounidense, un proyecto que aparece velado en dos de los relatos incluidos en la nueva antolog¨ªa. Pulgares arriba (1936) y Cita con el dentista (1936-1937) son dos versiones de una misma historia que surge de un episodio real. El padre de Fitzgerald le hab¨ªa contado c¨®mo un familiar, William George Robertson, fue colgado de los pulgares durante la guerra.
Ese es el episodio central en ambos cuentos cuyos finales divergen notablemente, y es la parte de la trama ante la que las revistas mostraron m¨¢s resistencia. Como le escribi¨® su agente Ober: "A m¨ª me pareci¨® fenomenal pero todas las femmes de la revista dijeron que era espantoso. Cre¨® que lo de los pulgares les result¨® excesivo".
Una tercera versi¨®n del relato, titulada El fin del odio, sali¨® publicada en 1939. Y Fitzgerald a¨²n trat¨® de vender un guion sobre la guerra en Hollywood en 1940 en cuyo bosquejo regresaba una vez m¨¢s al violento episodio de los pulgares. Conclu¨ªa diciendo: "La fuerza de una pel¨ªcula como esta residir¨ªa en vernos a nosotros mismos como seres humanos que siguen comiendo, amando y exhibiendo sus peque?as vanidades y man¨ªas en medio de cualquier cat¨¢strofe".
Anne Margaret Daniel, que ha editado y anotado brillantemente el volumen, conoc¨ªa unos pocos borradores de estos cuentos que hab¨ªa consultado en Princeton, pero no fue hasta 2012 cuando los herederos de Fitzgerald, descendientes de su ¨²nica hija Scottie, lograron localizar ocho m¨¢s de los relatos perdidos y le hicieron el encargo. ¡°La imagen que tenemos de Fitzgerald es la de ese joven maravilloso, pero en estos relatos asoman algunas canas y se adivinan las arrugas del escritor mayor que nunca lleg¨® a ser¡±, explica Daniel en conversaci¨®n telef¨®nica. A los 43 a?os el escritor muri¨® en Hollywood, donde se hab¨ªa instalado tres a?os antes, un lugar en el que no encajaba pero que le ayudaba a pagar las facturas y en el que, como apunt¨® Budd Schulberg, era ¡°como un Miguel ?ngel haciendo arreglos de fontaner¨ªa¡±.
Hollywood, sus estrellas y la industria que las rodea aparecen en varios de estos relatos redescubiertos, escritos en su mayor parte en los a?os treinta. Aqu¨ª no est¨¢ el personaje de Patt Hobby, su alter ego, un guionista fracasado y bebedor, sino que, por ejemplo en el cuento que da t¨ªtulo a la nueva antolog¨ªa, se narra un rodaje en el que la joven actriz Atlanta planta a su enamorado, un c¨¢mara, y suspira por el seductor Delannux sobre quien pesa la sospecha de haber llevado al suicidio a un par de desesperadas mujeres. Los dulces y desenfadados romances, plagados de bellas chicas caprichosas capaces de romper corazones con un batir de pesta?as, a¨²n sostienen muchos de estos relatos, pero en ellos asoman sanatorios, suicidios, soldados de la guerra de secesi¨®n y enfermedades ven¨¦reas. Los locos a?os veinte dejan paso a la Gran Depresi¨®n. El propio Fitzgerald escribe sobre ello a su esposa Zelda en 1940, unos meses antes de morir. ¡°Es curioso que desapareciera mi antiguo talento de cuentista¡±, se lamenta. ¡°En parte se debi¨® a que los tiempos cambiaron, los editores y directores de revistas cambiaron, aunque tambi¨¦n hubo algo relacionado de alg¨²n modo contigo y conmigo: el final feliz¡±.
Desde la primera crisis nerviosa de Zelda y su posterior ingreso en una cl¨ªnica en 1932 en Baltimore, la historia de esta glamurosa pareja cambi¨® y en las p¨¢ginas de estos relatos asoman hospitales, m¨¦dicos y enfermeras como trasuntos de lo que el propio Fitzgerald vivi¨®. ¡°Es una mezcla curiosa¡±, apunta Daniel. ¡°Su propia vida est¨¢ mezclado en estos cuentos, transformada por su imaginaci¨®n¡±. El propio escritor hace una divertida parodia de la l¨ªnea que separa realidad y ficci¨®n en el primero de los cuentos de esta antolog¨ªa cuando uno de los personajes se rebela ante un c¨ªnico editor, y le reprocha que le hayan matado en un libro: ¡°Cumple todos los requisitos de la ficci¨®n: es una gran mentira muy agradable. ?A eso le llama usted realidad?¡±.
Organizados cronol¨®gicamente, aunque sin un orden estricto, los relatos est¨¢n hilvanados a trav¨¦s de los apuntes biogr¨¢ficos que los preceden. El primero, El pagar¨¦, fue escrito en 1919 el mismo a?o del sensacional debut de Fitzgerald con?Hermosos y malditos, la novela que le coloc¨® en la c¨²spide de la fama y con la que arranc¨® su leyenda. El ¨²ltimo de los relatos est¨¢ fechado el mismo a?o de su muerte. "En los ¨²ltimos a?os Fitzgerald iba poniendo a prueba su poder como narrador, iba investigando nuevas vetas m¨¢s realistas", apunta Daniel. El romanticismo va quedando matizado en estas historias irregulares y complejas, entre las que se incluyen dos bocetos de gui¨®n. Cuentos a los que se neg¨® a hacer cambios, o que simplemente fueron rechazados y que muestran una cara menos amable y optimista. Lo que escribe el propio Fitzgerald en uno de ellos valdr¨ªa para entenderlo: "No parec¨ªa tener en absoluto esa cualidad que en otros tiempos se llamaba 'su aquel', pero s¨ª una franqueza divertida".
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Autor: F. Scott Fitzgerald .
Editorial: Anagrama (2018).
Formato: tapa blanda (512 p¨¢ginas)
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