Todo pasa cuando no pasa nada
Como por arte de magia, Mary Lavin logra convertir lo que parecen episodios triviales de vidas comunes en representaciones muy significativas de la condici¨®n humana

La obra de Mary Lavin, mujer pionera en el mundo literario irland¨¦s, no se conoce en nuestro pa¨ªs, por lo que hay que estar muy agradecido a la editorial Errata Naturae por ofrecernos la oportunidad de leer a esta extraordinaria escritora, nacida en Estados Unidos y trasladada a Irlanda con su madre a los ocho a?os. Su educaci¨®n cat¨®lica irlandesa y tradicional se compagin¨® perfectamente con una mirada asombrosa a la realidad y una soberana lucidez sobre el trasfondo de las vidas peque?as, el alma que late bajo las apariencias de la vida rural o urbana de la verde Erin en el siglo XX.
Basta cualquiera de sus cautivadores relatos para quedar seducidos por un estilo que me gustar¨ªa denominar ¡°de insustancialidad trascendente¡±. Me explicar¨¦: el campo creativo de Levin es la sencillez; no se puede escribir mejor sobre lo insignificante y alcanzar el coraz¨®n oculto de las emociones y los sentimientos, y sacudir con ello la conciencia y la sensibilidad de un lector. Los que parecen ser episodios insustanciales de las vidas comunes se muestran como por arte de magia (y el poder de su escritura es verdaderamente m¨¢gico) con una frescura inhabitual en representaciones altamente significativas de la condici¨®n humana.
Mary Levin nos habla del alma irlandesa, s¨ª, pero de tal modo que reconocemos en ella los grandes temas comunes a todos los seres humanos
Baste como ejemplo el relato que da t¨ªtulo al libro. La simple espera en un caf¨¦ de una viuda de mediana edad hasta la llegada de una amiga viuda reciente, la conversaci¨®n plagada de sensaciones, el casual cambio de palabras de ambas con un desconocido y un impulso repentino que lleva a la primera a recuperar la conciencia de sus derechos hacen del relato ¡®En el caf¨¦¡¯ una prueba indiscutible de esa capacidad de la autora de convertir la insustancialidad en trascendencia. Y conviene se?alar que todos los relatos soportan la prueba de m¨¢xima exigencia con toda brillantez.
Pero no quiero dejar de se?alar dos o tres piezas absolutamente soberbias. La primera se titula ¡®Una historia con estructura¡¯; en ¨¦l habla de s¨ª misma como autora por medio de un lector que le reprocha su modo de escribir, modo que considera ¡°espl¨¦ndido¡± y aprecia, pero le pide que cargue sus historias con lo que ¨¦l echa de menos en un aut¨¦ntico relato: el desarrollo de una an¨¦cdota dram¨¢ticamente fuerte con golpe de efecto final. Para ello le ofrece un ejemplo, una an¨¦cdota o argumento al uso, redonda pero vulgar y cl¨¢sica; entonces sucede, con el plan del lector, que la an¨¦cdota pasa a primer plano y anula todo lo dem¨¢s, es decir, los matices aparentemente menores o secundarios de los que ella se vale para hallar la verdadera profundidad, los que hacen que pueda prescindir de la an¨¦cdota. Es la l¨²cida y emocionante defensa de lo m¨¢s alto para un escritor: la posesi¨®n de un estilo propio.
¡®El hijo de la viuda¡¯ emerge como otro ejemplo de autoconciencia de autor con un maravilloso doble final y una intervenci¨®n memorable del autor de mitad del cuento para acabar fabulando sobre el verdadero fin de nuestros actos. La audacia y modernidad de estos dos relatos es muy destacable.
Mary Lavin nos habla del alma irlandesa, s¨ª, pero de tal modo que reconocemos en ella los grandes temas comunes a todos los seres humanos traspasados por historias de personas inmersas en la soledad, las costumbres, los recuerdos, las esperanzas vencidas, los lazos familiares, la erosi¨®n del trabajo f¨ªsico, la nostalgia y el peso del tiempo sobre todo ello, incluida la nostalgia. En ¡®El testamento¡¯, por ejemplo, narra la tozuda resistencia de una mujer con hijos que vive en precario en la ciudad cuando, a la muerte de una madre que siempre la hizo de menos, los hermanos, compadecidos, le ofrecen repartir una herencia de la que ha sido excluida; entonces cuenta su dinero y con el par de libras que le quedan para pasar el mes, y de regreso en el tren nocturno a la ciudad, decide detenerse en un convento abierto d¨ªa y noche para encargar unas misas por el alma de su madre para que ¨¦sta no sufra los tormentos del purgatorio.
Reunir felizmente emoci¨®n e inteligencia es lo m¨¢s alto de toda escritura.
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Autor: Mary Lavin.
Editorial: Errata Naturae Editores (2017).
Formato: tapa blanda (424 p¨¢ginas)
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