Pintar turbinas
Una exposici¨®n en Madrid recoge las intervenciones de Joaqu¨ªn Vaquero Palacios en centrales hidroel¨¦ctricas para explorar lo descomunal
Recuerdo conducir por carreteras estrechas, bordeando valles escarpados entre Galicia y Asturias, para llegar de golpe al filo de una presa y descender entonces por un t¨²nel excavado en la monta?a hasta detenerme al pie de una central hidroel¨¦ctrica. Admirar en su fachada y en su interior gigantescos bajorrelieves y murales, as¨ª como un dise?o meticuloso en el mobiliario, suelo o escaleras. Una obra que a pesar de tener m¨¢s de 50 a?os se conserva casi intacta, como una c¨¢psula del tiempo, protegida por los propios trabajadores que parecen responder as¨ª al cuidado puesto por el arquitecto por dignificar su lugar de trabajo.
Estoy hablando de la central hidroel¨¦ctrica de Grandas de Salime, la primera obra incluida en la exposici¨®n que la Fundaci¨®n ICO dedica a Joaqu¨ªn Vaquero Palacios (Oviedo, 1900-Madrid, 1998) y que repasa tambi¨¦n otras cuatro intervenciones realizadas por el arquitecto y artista en Asturias entre 1954 y 1980. La muestra, comisariada por Joaqu¨ªn Vaquero Ib¨¢?ez, nieto del arquitecto, tiene la virtud de desvelarnos algunas de las joyas m¨¢s secretas y fascinantes de la arquitectura espa?ola del siglo XX, con pinturas, maquetas, audiovisuales, planos y fotograf¨ªas realizadas ex professo por Luis As¨ªn.
Vaquero Palacios inici¨® su colaboraci¨®n con Hidroel¨¦ctrica del Cant¨¢brico (en la actualidad, parte del Grupo EDP) por indicaci¨®n de su propio padre, director y presidente de la empresa durante medio siglo, quien le encarg¨® la integraci¨®n art¨ªstica de estas obras. Resulta emocionante observar c¨®mo salta del lienzo de sus primeros cuadros al espacio tridimensional de las centrales hidroel¨¦ctricas y pinta turbinas, cables y torres de alta tensi¨®n, o cubre de azul los techos de hormig¨®n. En Miranda y Tanes el arquitecto agudizar¨¢ su ingenio creando efectos ¨®pticos y trampantojos visuales para aligerar la carga de trabajar en cuevas excavadas a 300 metros bajo tierra. En la central de Proaza, quiz¨¢s su obra m¨¢s interesante, se encarg¨® tambi¨¦n del dise?o arquitect¨®nico del edificio y proyect¨® una fachada tect¨®nica realizada con l¨¢minas de hormig¨®n y un interior cubierto por unos hermosos murales inspirados en la transformaci¨®n de la electricidad.
No fue el ¨²nico artista en intervenir en este tipo de obras, pero s¨ª de acometer una actuaci¨®n global que comprend¨ªa desde un mural hasta los paneles de control. En la exposici¨®n tambi¨¦n est¨¢n sus cuadros dedicados a los paisajes asturianos, donde el pintor sabe pero no pinta la transformaci¨®n que van a sufrir esos lugares, y uno no puede evitar recordar al ingeniero y escritor Juan Benet, que en Volver¨¢s a Regi¨®n tampoco desvela que el territorio que le sirve de inspiraci¨®n para su novela ser¨¢ anegado por un pantano proyectado por ¨¦l mismo. Una exposici¨®n necesaria que sorprender¨¢ a muchos.
La belleza de lo descomunal. Asturias, 1954/1980. Fundaci¨®n ICO. Madrid. Hasta el 6 de mayo.
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