La fastuosa ¡®Aida¡¯ vuelve al Teatro Real 20 a?os despu¨¦s
El coliseo madrile?o homenajea con esta reposici¨®n a Pedro Lavirgen, el tenor espa?ol que la ha protagonizado en escenarios de todo el mundo
Cuando en 1998 el Teatro Real se reconvert¨ªa de nuevo en el coliseo oper¨ªstico de Madrid, tal y como se hab¨ªa concebido en su construcci¨®n bajo el mandato de Fernando VII, no dud¨® en incluir, para su segunda temporada, la ¨®pera Aida de Giuseppe Verdi. Aunque controvertida, porque su autor siempre criticaba abiertamente al poder establecido (pol¨ªtico, social y religioso), la obra fue una representaci¨®n habitual en el Real durante los siglos XIX y XX, antes de su cierre en 1925 a causa de problemas estructurales en el edificio. Sin embargo, desde esa segunda inauguraci¨®n de la sala, Aida no hab¨ªa vuelto a pisar ese escenario. Hasta ahora, 20 a?os despu¨¦s. Y lo hace de la mano del mismo director de escena que la concibi¨® en su momento: Hugo de Ana.
"El ministro (...) manda que solo de vez en cuando se ejecuten obras de Mozart y Weber. Condena al destierro al innovador Verdi, y a otros peligrosos dem¨®cratas de la m¨²sica. El ministro opina que, si al p¨²blico le gustan, que se vaya a o¨ªrlos a N¨¢poles", criticaba en 1865 el pol¨ªtico liberal Manuel Silvela en un art¨ªculo titulado El Teatro Real y el Gobierno. Sin embargo, lejos de amedrentarse ante los dict¨¢menes del gobierno del momento, la instituci¨®n cultural repiti¨® una y otra vez la representaci¨®n de Aida. "Queremos hacer un homenaje a ese pasado cultural nacional al que el Real ha contribuido siempre como promotor de arte", apunt¨® este mi¨¦rcoles el director art¨ªstico del teatro Joan Matabosch durante la rueda de prensa de presentaci¨®n.
Esta ¨®pera de Verdi, que fue una de las ¨²ltimas del compositor, "muestra a un autor maduro que sintetiza en ella su carrera", coment¨® Ignacio Garc¨ªa-Belenguer Laita, director general de la instituci¨®n. La obra narra la historia de Aida, una esclava et¨ªope que vive bajo el yugo de Amneris, hija del rey egipcio. Sin embargo, se enamora de Radam¨¦s, un joven capit¨¢n de origen egipcio, que parece corresponderle. No obstante, Egipto y Etiop¨ªa est¨¢n en plena guerra, por lo que la protagonista se encuentra dividida entre sus sentimientos y su patriotismo.
"Verdi era un hombre de su tiempo y en Aida no faltan las cr¨ªticas a la religi¨®n, que parece estar siempre por encima de la pol¨ªtica. Adem¨¢s, muestra esa rebeli¨®n por parte del pueblo inconformista con la situaci¨®n. Sin olvidar el tri¨¢ngulo amoroso que protagonizan Aida, Radam¨¦s y Amneris", explic¨® Nicola Luisotti, director musical de la ¨®pera. El montaje no solo refleja el momento contempor¨¢neo de Verdi, sino que puede extrapolarse al momento actual. "La protagonista es una migrante que llega a un pa¨ªs siendo muy peque?a y adopta las costumbres egipcias. Acaba enamor¨¢ndose del hombre que est¨¢ en guerra con su propio padre, el rey de Etiop¨ªa", sostuvo Luisotti.
En esta representaci¨®n se ve, como en otras obras de Verdi, esa contraposici¨®n de las escenas de masa con las m¨¢s intimistas y la una no parece poder darse sin la otra. "Es dif¨ªcil encontrar ese equilibrio entre ambas", declar¨® De Ana. Adem¨¢s, el director de escena apunta que ese "fasto exterior" es de lo que se vale el compositor para hacer una cr¨ªtica a la sociedad. "La marcha triunfal de Aida es tremendamente facha, tremendamente nazi", conclu¨ªa.
Con esta ¨®pera, el Real quiere, adem¨¢s, homenajear a Pedro Lavirgen, el tenor espa?ol que tantas veces ha representado el papel de Radam¨¦s por todo el mundo. El cual, presente durante la rueda de prensa, se ha emocionado al recordar c¨®mo, durante sus primeros a?os como cantante de zarzuela, siempre entonaba?Celeste Aida, uno de los principales temas de la obra, en los castings que hac¨ªa para poder llegar a convertirse en operista. Y as¨ª fue, Lavirgen debut¨® en el Teatro Bellas Artes de M¨¦xico en el papel de Radam¨¦s en 1964.
La ¨®pera estar¨¢ en cartel desde el 7 hasta el 25 de marzo y alrededor de ella hay una serie de actividades complementarias en otras instituciones culturales como un taller de escritura jerogl¨ªfica en la Biblioteca Nacional o una visita a la c¨¢mara acorazada del Museo Arqueol¨®gico donde se guardan monedas de Berenice o Cleopatra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.