Dos Espa?as, la misma sangre
Un abuelo de Cristina Fallar¨¢s fue fusilado en 1936, el otro formaba parte de los pelotones de fusilamiento. Ahora publica la historia de su familia en 'Honrar¨¢s a tu padre y a tu madre'
El d¨ªa 5 de diciembre de 1936 F¨¦lix Fallar¨¢s, de 35 a?os, casado y con dos hijos, tramoyista del Teatro Argensola, fue fusilado en el cementerio de Torrero, en Zaragoza. No se le conoc¨ªa militancia pol¨ªtica. Su familia siempre pens¨® que ocup¨® por error el lugar de su padre, dirigente de la UGT. Se llevaban mal, se llamaban igual. Por aquellas fechas, uno de los encargados de los pelotones de fusilamiento era Pablo S¨¢nchez, un alf¨¦rez de dos metros y rasgos indios. Bisnieto del presidente mexicano Benito Ju¨¢rez, colabor¨® con la Gestapo y termin¨® alcanzando el grado de coronel en el ej¨¦rcito de Franco. Pasado el tiempo, un d¨ªa de 1957, acudi¨® a la sucursal de su banco acompa?ado de su hija Mar¨ªa Jes¨²s. Les presentaron a un nuevo empleado. Era el hijo peque?o de F¨¦lix Fallar¨¢s, ten¨ªa tres a?os cuando mataron a su padre y se llamaba como ¨¦l. Diez a?os despu¨¦s de aquel encuentro se cas¨® con Mar¨ªa Jes¨²s. Al a?o de la boda naci¨® su hija Cristina.
Durante a?os, la escritora y periodista Cristina Fallar¨¢s (Zaragoza, 1968), que se ha decidido a contar la historia de su familia en Honrar¨¢s a tu padre y a tu madre (Anagrama), no supo nada de su abuelo paterno. Su abuela Presentaci¨®n, una ¡°mula de carga¡± que trabajaba desde ni?a fregando suelos, ¡°se qued¨® sin marido¡± y ya est¨¢. En su casa no se hablaba de la guerra. ¡°En la de mis otros abuelos, s¨ª¡±, cuenta la autora en la cafeter¨ªa de la librer¨ªa La Central de Madrid. ¡°Mi abuelo Pablo, franquista de arriba abajo, era oficial de caballer¨ªa y las espuelas colgaban en las paredes. A veces sacaba un sable y dec¨ªa: ¡®Entonces se lo clav¨¦ a un rojo¡¡¯ No pregunt¨¢bamos nada. Era lo que ten¨ªa que ser. A veces ven¨ªa mi otra abuela y nunca hubo un roce¡±.
Cristina Fallar¨¢s, que vive en Madrid desde hace cuatro a?os, estudi¨® periodismo en Barcelona. All¨ª conoci¨® a V¨¢zquez Montalb¨¢n, a quien cont¨® la peripecia de la parte mexicana de su familia, la que ella conoc¨ªa, las vueltas que los S¨¢nchez Ju¨¢rez dieron para terminar en Espa?a. ¡°Escr¨ªbela ya¡±, le dijo el creador de Carvalho. ¡°Fue en 1992 y mira cu¨¢nto tiempo ha pasado¡±, se lamenta ella. ¡°Un d¨ªa me puse a escribir un novel¨®n sobre los Ju¨¢rez y no funcionaba¡±. Y empez¨® a preguntarse por su otro abuelo. En 2014 dio con una pista en un libro de Juli¨¢n Casanova sobre los fusilados en Zaragoza. El historiador recuerda la consulta de Fallar¨¢s. Mientras habla por tel¨¦fono, consulta una base de datos ¡°con 9.000 fusilados¡± y confirma los datos: ¡°Aqu¨ª est¨¢. Carpintero, 35 a?os. Causa de la muerte: fractura de cr¨¢neo. El eufemismo habitual¡±. Sus restos fueron a parar a una fosa com¨²n, pero su nombre aparece en el memorial construido en el cementerio para recordar a los asesinados all¨ª.
Juli¨¢n Casanova recuerda que, en los a?os noventa, las familias de los fusilados ¡°lloraban y agradec¨ªan¡± que les diesen se?ales de sus muertos pero nunca reivindicaron nada. ¡°A muchas viudas se las conden¨® a la muerte civil y los hijos eran gente sin estudios, descendientes de obreros y jornaleros. Ten¨ªan interiorizado el silencio. Son los nietos los que han tenido acceso a la educaci¨®n. Ellos s¨ª preguntan¡±. Cristina Fallar¨¢s es nieta por partida doble y pregunt¨®. ¡°Que cercenen una parte de tu memoria, te modifica; recuperarla te modifica dos veces¡±, dice. Su libro, mezcla magistral de contenci¨®n y brutalidad, arranca: ¡°Me llam¨® Cristina Fallar¨¢s y he salido a buscar a mis muertos¡±. Y termina: ¡°Ya no tengo miedo. Ap¨¢rtense los vivos¡±. ?Lo leyeron sus padres? ¡°S¨ª, porque los utilizo. No lo habr¨ªa publicado sin su consentimiento. Mi madre me dijo, como es ella: ¡®Cari?ico, es mi familia, pero tambi¨¦n es la tuya¡±, recuerda. Y a?ade: ¡°He conseguido no juzgarlos. Como mucho me juzgo a m¨ª misma. Y no a m¨ª cuando era una ni?a de 12 a?os que asist¨ªa es casa de mi familia franquista a escenas humillantes para mi abuela Presen, me juzgo a m¨ª de adulta. He tenido que cumplir casi 50 a?os para preguntarme de d¨®nde vengo y qui¨¦n soy: si soy una intensa, una payasa, una hija de puta o una escritora¡±.
Fallar¨¢s no juzga ¡°lo ¨ªntimo¡± pero s¨ª ¡°lo p¨²blico¡±. ?Habr¨ªa que juzgar el franquismo? ¡°Por supuesto¡± ?Aunque afecte a su abuelo materno y, por ende, a su madre? ¡°?Y a m¨ª misma! ?De qui¨¦n hab¨ªa sido antes de la guerra la casa gigantesca en la que yo viv¨ª si ninguno de mis abuelos era de Zaragoza? Hay que juzgar los delitos de lesa humanidad, pero tambi¨¦n a las empresas del Ibex que se enriquecieron durante el franquismo y lo siguen haciendo ahora. No seremos un pa¨ªs culto si no devolvemos a la sociedad lo que le rob¨® un pa¨ªs de patanes que no le¨ªa un libro. Yo he escrito este para mis hijos, para que podamos mirarnos a la cara¡±.
La 'vida jabal¨ª' que sigui¨® al desahucio
Cristina Fallar¨¢s reconoce que no habr¨ªa tenido fuerzas para contar la historia de su familia a sangre y fuego si en 2012 no la hubieran desahuciado de su casa de Barcelona. Embarazada de ocho meses, la despidieron del diario ADN y no pudo pagar la hipoteca. Lo cont¨® en el libro-cr¨®nica A la puta calle (Bronce, 2013). Lo que no cont¨® es que termin¨® viviendo dos a?os en una caba?a de La Floresta, en la sierra de Collserola. "Las paredes eran as¨ª", dice enmarcando entre el pulgar y el ¨ªndice un pedazo de aire de unos cuatro cent¨ªmetros. All¨ª mismo, tras aquel proceso de "empobrecimiento radical", empez¨® a escribir Honrar¨¢s a tu padre y a tu madre. "Algo tiene que sacarte muy violentamente de la comodidad para que cuestiones tu propia comodidad pasada y futura". La caba?a ten¨ªa una sola habitaci¨®n. Sus hijos, 10 y 4 a?os. "A veces dicen que les gustar¨ªa volver. 'Volver¨¢s t¨²', les respondo yo. Es duro decirlo, pero su apego a La Floresta y a aquella vida jabal¨ª est¨¢ ligada a la coherencia con la que yo les digo que tienen que vivir. Ahora nuestra incomodidad es la diferencia entre lo que les ense?o y la vida que llevamos all¨ª".
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Autor: Cristina Fallaras.
Editorial: Anagrama (2018).
Formato: tapa blanda (224 p¨¢ginas)
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