Don Extranjero
El aliento narrativo de Andr¨¦s Neuman mantiene vivo 'Fractura', con un comienzo y una conclusi¨®n excelentes, aunque afectada por alg¨²n par¨®n
Andr¨¦s Neuman (Buenos Aires, 1977) regresa a los trenes de largo recorrido con Fractura. El ¨²ltimo ferrocarril suyo de esas dimensiones fue El viajero del siglo (2009), con el que hace algunos a?os consigui¨® el Premio Alfaguara y el Premio de la Cr¨ªtica. El protagonista de Fractura es un anciano, el se?or Watanabe, superviviente directo de Hiroshima, donde perdi¨® a su padre, e indirectamente de Nagasaki, donde perdi¨® al resto de su familia. El accidente de la central nuclear de Fukushima, la tragedia ocasionada a ra¨ªz de un tsunami, reactiva una herida nunca del todo sanada o escondida.
La flecha que lanza Neuman, narrador limpio y eficaz, en ese lenguaje y mirada de ning¨²n sitio, surca tiempo y espacio. El viaje de Watanabe que le llevar¨¢ al lugar de la tragedia de Fukushima, a los pueblos contaminados de alrededor, sus supervivientes, seres solos, elegidos y se?alados como ¨¦l mismo, es narrado por Neuman desde diferentes miradas. Cuatro mujeres de distintos lugares del planeta (Par¨ªs, Nueva York, Buenos Aires y Madrid), un periodista argentino, Pinedo, que trata de entrevistarle, el uso de la tercera persona y el propio protagonista nos llevan de la mano por una vida vivida sin trascendencia afectada ni pornograf¨ªa del dolor, atento ¡ªautor y lectores¡ª a los detalles cotidianos, alejados casi siempre de las m¨¢ximas sentenciosas. Es la vida de un hombre cualquiera, un extranjero con independencia de all¨ª donde se encuentre, extra?o y peculiar pero que sabe encajar, maleable, que encuentra madrigueras y calor sin que haya nada que le amarre lo suficiente.
El aliento narrativo de Neuman mantiene vivo el libro, con un comienzo y una conclusi¨®n excelentes, de saber gestionar lo que se dice pero sobre todo lo que no se dice. El personaje del periodista, que uno sancionaba f¨¢cil e innecesario como medio de reunir las piezas rotas de la vida de alguien, es resuelto de una manera impecable, as¨ª como otros hilos de la historia. Neuman nos recuerda que la vida es una narraci¨®n inacabada en la que los personajes de la obra apenas atinamos a entender nuestras l¨ªneas de di¨¢logo y poco m¨¢s. Watanabe atraviesa vidas, continentes, ¨¦pocas y tragedias como un hilo que cosiera y descosiera a la vez. El testimonio de cuatro mujeres de su vida a?ade, con mayor o menor fortuna, matices a uno de los Watanabe posibles sin ampararlo ni explicarlo del todo.
La novela, con todo, a pesar de su ambici¨®n y los logros mencionados, es una maquinaria que, cuando la cuerda se destensa, se para cada cierto tiempo. Sucede cuando lo narrado no tiene intencionalidad literaria sino s¨®lo informativa, aportando datos y reflexiones sensatas, ciertas pero irrelevantes si son servidas sin esp¨¢tula de autor. Escritas en un idioma espa?ol a modo de patena, lengua franca hasta la afectaci¨®n, para resaltar las otras voces que resuenan en la vida de un hombre solo que vive el presente desde el drama y hacia el drama sin aspavientos, sin necesidad de encontrar justicia o compasi¨®n ajena. Un hombre vivo que deber¨ªa estar muerto y se pregunta por qu¨¦.
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Autor: Andr¨¦s Neuman.
Editorial: Alfaguara (2018).
Formato: tapa blanda (496 p¨¢ginas)
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