El ¡®grand guignol¡¯ que vino del fr¨ªo
Armando Ianucci vuelve a demostrar que no hay nadie que se le resista en convertir las bambalinas del poder en vodevil huracanado
LA MUERTE DE STALIN
Direcci¨®n: Armando Ianucci.
Int¨¦rpretes: Steve Buscemi, Jeffrey Tambor, Simon Russell Beale, Michael Palin.
G¨¦nero: comedia. Reino Unido, 2017.
Duraci¨®n: 106 minutos.
La emisi¨®n radiof¨®nica en directo de un concierto de m¨²sica cl¨¢sica culmina con una inquietante llamada telef¨®nica. Corre el a?o 1953 y en la Uni¨®n Sovi¨¦tica los sudores fr¨ªos, siempre que alguien llama a la puerta o cuando suena el tel¨¦fono a horas intempestivas, parecen haber creado un t¨¦trico microclima. La llamada llega de lo m¨¢s alto: es el propio Stalin, que solicita una copia de lo que acaba de emitirse. Se le promete la inmediata satisfacci¨®n de su deseo¡ con la salvedad de que nadie grab¨® el concierto. El responsable de la emisora tiene que orquestar, en un tiempo r¨¦cord, la exacta (o casi) reproducci¨®n del evento, estableciendo la temperatura humor¨ªstica de este trabajo que, s¨ª, podr¨ªa ser una buena excusa para volver a hablar de los l¨ªmites del humor, porque La muerte de Stalin extrae su infalible y lacerante comicidad de una materia prima que, sin duda, no es un material noble: el patetismo del hombre com¨²n, atemorizado frente a la monstruosidad tentacular del poder.
Partiendo de los ¨¢lbumes de historietas de Fabien Nury y Thierry Robin, Armando Ianucci vuelve a demostrar que no hay nadie que se le resista en la especialidad de convertir las bambalinas del poder en vodevil huracanado: solo que, en este caso, el vodevil es tambi¨¦n un grand guignol y la muerte acecha tras cada titubeo, tras cada frase dicha a destiempo, en un infierno de listas negras y calabozos donde la muerte en vida se troca en muerte a secas a la primera de cambio. En series como The Thick of It y Veep y en pel¨ªculas como In the Loop (2009), Ianucci, que se form¨® en la escuela avanzada del humor inc¨®modo bajo la tutela de Chris Morris, director de Four Lions (2010), ha ido depurando las posibilidades de proponer una respuesta hiperrealista ¨Ces decir, extrayendo lo surreal para quedarse con lo real- al ilustre modelo de Sopa de ganso (1933).
Las torpes coreograf¨ªas de Kruschev para cambiar de posici¨®n en la capilla ardiente del dictador, los manejos de un cuerpo infartado empapado de pis en pleno derrumbe de un viejo orden, los titubeos de Molotov en una reuni¨®n para gestionar la transferencia de poderes y un desenlace tan brutal como cat¨¢rtico punt¨²an este trabajo donde la alta precisi¨®n c¨®mica se alcanza sin recurrir a ning¨²n tipo de componenda. Ojal¨¢ la realizaci¨®n (funcional) estuviese a la altura de sus int¨¦rpretes (deslumbrantes).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.