Monta?a rusa

Ha sido y es una de las series de bandera de la BBC. Peaky Blinders,la cruel historia de los Shelby, familia de g¨¢nsteres del Birmingham de entreguerras, abre su cuarta temporada, disponible en Netflix, con un arranque espectacular: cuatro de sus cinco miembros importantes est¨¢n a punto de ser ahorcados. Y termina, tambi¨¦n, con la irresistible ascensi¨®n de su l¨ªder, Thomas Shelby, un magn¨ªfico Cillian Murphy.

Esta cuarta temporada de una serie que deslumbr¨® en su estreno en 2013 mantiene la excelencia de la ambientaci¨®n, la interpretaci¨®n y la fotograf¨ªa. Su responsable, Steven Knight, cuida todos los detalles, con un guion en el que los giros de la trama se producen con una eficacia ins¨®lita. Digamos que en esta ¨²ltima tanda ¡ªde momento, pues ya se ha aprobado una quinta temporada¡ª la violencia se intensifica con respecto a las anteriores. Tarantino y Mario Puzo ganan a Henry James, para entendernos, o no.

Thomas Shelby est¨¢ en la cresta de la ola y eso conlleva enemigos cada vez m¨¢s fuertes, como los Changretta, una familia mafiosa italoamericana liderada por Luca, un sobrio Adrien Brody, con una ¨²nica obsesi¨®n: la vendetta. Los Shelby de los a?os veinte viven en una monta?a rusa emocional: pasan de ser los amos del mundo, de su mundo al menos, a tener que esconderse como ratas en los suburbios proletarios de la ciudad que controlaban. En eso no se distinguen demasiado de nuestros ¡°triunfadores financieros¡±, los Conde, Blesa, Rato o B¨¢rcenas, por citar tan solo a unos cuantos. Los pasajeros cambian, la monta?a rusa permanece.

Peaky Blinders tiene el acierto de tratar toda una serie de temas que se corresponden con la ¨¦poca en la que se desarrolla la acci¨®n, desde el sufragio femenino hasta la muy actual desigualdad salarial entre hombres y mujeres, y hacerlo con la suficiente intensidad dram¨¢tica para lamentar que finalicen sus seis cap¨ªtulos.