La iniciativa privada conquista el arte en Par¨ªs
La fundaci¨®n Lafayette Anticipations se suma a un mapa en transformaci¨®n donde los centros levantados por grandes mecenas van ganando terreno a los museos p¨²blicos
La exposici¨®n m¨¢s visitada en la historia de los museos franceses no fue organizada por una gran pinacoteca p¨²blica como el Louvre o el Museo de Orsay. El r¨¦cord lo bati¨®, en marzo de 2017, un museo privado con solo tres a?os de existencia: la Fundaci¨®n Louis Vuitton, creada por el magnate de la moda Bernard Arnault. Su muestra dedicada a la colecci¨®n del mecenas ruso Sergei Shchukin, que invirti¨® parte de su fortuna en pintores como Picasso, Matisse o Gauguin antes de su reconocimiento mundial, logr¨® atraer a 1,2 millones de visitantes. El coste que supon¨ªa la exposici¨®n, que reun¨ªa 130 obras maestras prestadas por el Hermitage de San Petersburgo y el Pushkin de Mosc¨², fue cifrado entre 10 y 13 millones de euros por Le Monde. ¡°El Centro Pompidou no hubiera podido sufragarla¡±, explic¨® entonces el nieto del coleccionista, Andr¨¦-Marc Delocque-Fourcaud, para justificar su destinaci¨®n final.
Desde la inauguraci¨®n de esa fundaci¨®n en un majestuoso edificio de Frank Gehry, los ¨¦mulos se multiplican por toda Francia, hasta no hace tanto patria de una cultura de titularidad estrictamente p¨²blica. Durante d¨¦cadas, la Fundaci¨®n Cartier de Par¨ªs fue la ¨²nica excepci¨®n a esa regla. Pero los tiempos han cambiado. El ¨²ltimo ejemplo abri¨® sus puertas el s¨¢bado en el barrio parisiense del Marais. Lafayette Anticipations, la fundaci¨®n para el arte contempor¨¢neo de las Galer¨ªas Lafayette, ocupa un inmueble industrial de 900 m2 de finales del XIX, rehabilitado por el arquitecto holand¨¦s Rem Koolhaas, que firma con este proyecto su primer edificio en Par¨ªs. ¡°Ten¨ªamos que preservar todo lo anterior a 1900, por lo que el margen de libertad era reducido. Solo pudimos intervenir en un peque?o patio interior, as¨ª que decidimos crear un sistema de suelos movedizos con el que se pueden obtener hasta 49 configuraciones distintas¡±, afirma Koolhaas sobre este edificio de superficies modulables en funci¨®n del tama?o de las obras y la intenci¨®n del artista. ¡°Fue la ocasi¨®n de hacer cosas radicales a peque?a escala¡±, se?ala.
La exposici¨®n inaugural parece seguir esa misma consigna. Est¨¢ dedicada a Lutz Bacher, artista conceptual con cierto renombre en los setenta, reputada por la radicalidad de su lenguaje y poco conocida m¨¢s all¨¢ de un peque?o c¨ªrculo de entendidos. Para la inauguraci¨®n, Bacher ha orquestado una serie de instalaciones de v¨ªdeo captadas en una playa francesa, con la furia del viento col¨¢ndose por el micr¨®fono de su c¨¢mara y destrozando los t¨ªmpanos del visitante. Y, como ¨²nico contrapunto, una lluvia de purpurina que dibuja sutiles arco¨ªris al aterrizar en el suelo. Todo ello sin cartelas, paneles ni explicaciones, a petici¨®n expresa de la artista. Lafayette Anticipations responde as¨ª a las cr¨ªticas sobre la supuesta falta de riesgo de este tipo de fundaciones privadas, acusadas de exponer siempre a los mismos artistas, todos ellos conocidos y cotizados. Cuesta imaginar un museo p¨²blico de envergadura que se hubiera atrevido a meter a Bacher entre sus cuatro paredes.
Con este gesto, Lafayette Anticipations se coloca casi por arte de magia en la vanguardia del arte contempor¨¢neo en Par¨ªs. ¡°El director del Museo Nacional de Arte Moderno, Bernard Blist¨¨ne, me dec¨ªa que estamos cumpliendo con la misi¨®n original del Pompidou¡¡±, se enorgullece el presidente de la fundaci¨®n, Guillaume Houz¨¦, tataranieto del hombre que fund¨®, en 1893, las Galer¨ªas Lafayette, convertidas hoy en el mayor gran almac¨¦n europeo. ¡°Hay el riesgo de que nos perciban como elitistas, pero voy con mucho cuidado para que no sea as¨ª. Llevamos el nombre de unas galer¨ªas que democratizaron la moda. De la misma manera, nuestra misi¨®n es hacer m¨¢s accesible el arte. Existe una continuidad respecto a nuestra historia empresarial¡±, afirma Houz¨¦.
El presidente de la fundaci¨®n no considera que exista un antagonismo respecto a los centros estatales. ¡°Los poderes p¨²blicos no pueden hacerlo todo ellos solos. Adem¨¢s, los museos ya no tienen dinero, ni para adquirir obras de arte ni para hacer funcionar sus edificios. Unir fuerzas es un signo de modernidad¡±, reza Houz¨¦. ¡°Nosotros hacemos lo que los dem¨¢s no pueden hacer. Es nuestra forma de contribuir a la sociedad, porque es de recibo devolver parte de lo que hemos captado¡±, agrega el presidente del centro, aludiendo al modelo estadounidense del give back, que tan imprescindible resulta para el financiamiento de sus instituciones culturales.
?Es imaginable un sector cultural en el que la iniciativa privada sea mayoritaria? ¡°Yo milito porque el Estado y las administraciones p¨²blicas sigan comprometidas con las instituciones que ellas mismas crearon y que, en muchos casos, sufren por los recortes presupuestarios¡±, afirma el director delegado de Lafayette Anticipations, Fran?ois Quintin, a cargo del programa y partidario de las sinergias. ¡°En 2018, las cosas han evolucionado. Hace 15 a?os que la ley francesa del mecenazgo empresarial entr¨® en vigor [permite defiscalizar el 60% del impuesto sobre sociedades] y eso ha terminado por cambiar las reglas. Ya no hay una oposici¨®n entre sector p¨²blico y privado. Las empresas han tomado conciencia sobre lo importante que es [el arte] para su imagen. Y las instituciones p¨²blicas recorren al mundo privado en busca de mecenazgos. La frontera se ha vuelto porosa¡±, remata Quintin.
Fundaciones que se multiplican
Lafayette Anticipations se suma a un mapa del arte cambiante, en el que las instituciones privadas se multiplican. Tras el ¨¦xito de Louis Vuitton y los centros creados por empresas como los supermercados Leclerc o los licores Ricard, la coleccionista Maja Hoffmann, heredera de un imperio farmac¨¦utico suizo, abri¨® en 2017 su Fundaci¨®n Luma en Arl¨¦s, complejo industrial presisido por una nueva torre de Gehry, con una muestra que reun¨ªa la totalidad de los archivos de Annie Leibovitz, que tambi¨¦n adquiri¨® por una cifra confidencial. Seguramente, ning¨²n museo p¨²blico se lo habr¨ªa podido permitir.
En la isla de Porquerolles, en Breta?a, un centro de arte impulsado por la compa?¨ªa de seguros Carmignac abrir¨¢ en junio, inspirado en los m¨¢gicos museos de las islas japonesas de Naoshima y Teshima. Mientras tanto, en la isla S¨¦guin, nuevo polo cultural al oeste de Par¨ªs, la promotora inmobiliaria Emerige crear¨¢ un centro de arte proyectado por el tr¨ªo catal¨¢n RCR Arquitectes, que se inaugurar¨¢ en 2020. Y, un a?o antes, el magnate de la moda Fran?ois Pinault, propietario de Saint Laurent y Balenciaga, expondr¨¢ su colecci¨®n de arte contempor¨¢neo en una sede ubicada en la antigua Bolsa de Comercio de Par¨ªs, que el arquitecto japon¨¦s Tadao Ando remodelar¨¢ para la ocasi¨®n.
Babelia
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