La arquitectura de la corrupci¨®n
Dos fabulosas casas de pol¨ªticos ilustran la pol¨¦mica relaci¨®n entre el sector de la construcci¨®n, la alta arquitectura y el poder pol¨ªtico en M¨¦xico
¡°Ventanas y rendijas dibujan patrones muy definidos sobre el suelo y sobre los acabados r¨²sticos. La casa y las caballerizas se unen ligando la vida del hombre a la del caballo¡±. El p¨¢rrafo es de El Croquis, una prestigiosa revista internacional para profesionales de la arquitectura, que ha dedicado su n¨²mero monogr¨¢fico de marzo al mexicano Manuel Cervantes. La obra de la que habla es el rancho Las Mesas, propiedad del pen¨²ltimo s¨ªmbolo de corrupci¨®n en el pa¨ªs, el encarcelado exgobernador de Veracruz Javier Duarte, valorada en 200 millones de pesos, y confiscada hoy por la fiscal¨ªa. ?Business as usual o dilema ¨¦tico?
¡°No hay la suficiente discusi¨®n dentro del gremio de arquitectos para casos como estos. Hace falta clarificar nuestra responsabilidad y nuestra posici¨®n al respecto, si el hecho de trabajar con un determinado cliente es un hecho individual o nos acogemos a un c¨®digo compartido de la profesi¨®n¡±, se?ala Alejandro Hern¨¢ndez, profesor de arquitectura y editor de la revista Arquine, que pone como ejemplo un conflicto moral m¨¢s asentado dentro de la profesi¨®n: ?hacer o no hacer un proyecto como una prisi¨®n?
M¨¢s all¨¢ de las analog¨ªas deontol¨®gicas con el trabajo de abogados o m¨¦dicos, para Fernanda Canales, doctora y autora de dos vol¨²menes can¨®nicos sobre la historia moderna de la arquitectura su pa¨ªs, Arquitectura en M¨¦xico, 1900-2010, es crucial elevar el debate al sector de la construcci¨®n. ¡°Es una de las industrias que m¨¢s aportan a la econom¨ªa de la corrupci¨®n, financiamiento de campa?as o de partidos pol¨ªticos. Hace falta revisar c¨®mo afrontamos los arquitectos este problema en un pa¨ªs que carece de las instituciones democr¨¢ticas que garanticen de forma transparente el acceso a los proyectos¡±.
Un reciente estudio revel¨® que durante los ¨²ltimos cinco a?os el 70% de los contratos p¨²blicos en M¨¦xico se asignaron a dedo, sin concurso o licitaci¨®n p¨²blica. Estar¨ªamos una vez m¨¢s ante un ecosistema pol¨ªtico y econ¨®mico viciado, que penaliza las buenas pr¨¢cticas e incentiva la piller¨ªa.
¡°No solo no hay concursos ¨Ca?ade Canales¨C de proyectos de arquitectura para obra p¨²blica, como en el resto de pa¨ªses. En el sector privado, tampoco los colegios de arquitectos cumplen esa figura de ¨¢rbitro o auditor que vela por la transparencia y la justicia, tanto para el cliente como para el arquitecto. Esta situaci¨®n es la que propicia que la defensa o la excusa oficial de que un arquitecto sea: ¡°?C¨®mo voy a saber de d¨®nde viene el dinero de mi cliente?¡±.
Desde la ca¨ªda de Duarte y el estallido de la pol¨¦mica por la casa a finales de 2016, Cervantes, un arquitecto joven y pujante en la escena mexicana, se ha mantenido en un completo silencio, tambi¨¦n para este reportaje. La ¨²nica pista sobre su relaci¨®n con el cliente del majestuoso rancho clavado en el coraz¨®n de un bosque a una hora de la capital, sobre unos terrenos del tama?o de 90 campos de futbol, la dio en Estados Unidos en 2015, dos a?os despu¨¦s de acabar el proyecto. En una conferencia de la Liga de Arquitectos de Nueva York dijo que ¡°fue una petici¨®n extra?a porque la gente pide establos lejanos a las casas, pero el cliente quer¨ªa tener un contacto especial con los animales¡±.
La pista se repite en el cap¨ªtulo de El Croquis dedicado al rancho, titulado sobriamente como Proyecto Ecuestre: ¡°el cliente deseaba criar y convivir con sus animales¡±. Un deseo que se materializ¨® en la construcci¨®n de elegantes caballerizas para m¨¢s de 50 caballos, una piscina para ejercicios equinos y una barda de m¨¢s de un kil¨®metro. ¡°Esto quiere decir ¨Ca?ade Hern¨¢ndez¨C que si no estuvieron en contacto con el propio Duarte hablaron con alguien muy cercano y en el momento que decides para qui¨¦n trabajas tienes que tomar una decisi¨®n. Se supone que no tienes por qu¨¦ saber de d¨®nde viene el dinero, pero hay clientes que resultan problem¨¢ticos. En el caso de un pol¨ªtico es tan f¨¢cil como googlear su salario mensual y compararlo con el precio acumulado del terreno y la construcci¨®n para tener indicios de que hay algo extra?o¡±.
Cervantes, adem¨¢s, ya hab¨ªa trabajado para el Gobierno de Duarte, acusado de saquear m¨¢s de 80 millones de d¨®lares de las arcas del Estado de Veracruz, vali¨¦ndose de una red de testaferros, compinches y empresas falsas. En abril de 2013, el mismo a?o en que se conclu¨ªan los trabajos del rancho, el gobernador anunci¨® que la reforma del mercado de C¨®rdoba estar¨ªa a cargo de CC Arquitectos, el estudio de Cervantes. La obra no se llevar¨ªa finalmente a t¨¦rmino porque el PRI perdi¨® la alcald¨ªa.
Desde las iglesias barrocas o los palacetes de los M¨¦dicis, la alta arquitectura ha mantenido pr¨¢cticamente por necesidad una relaci¨®n casi adhesiva con el poder. Una cercan¨ªa plagada de pol¨¦micas, como el cargo de Le Corbusier, el padre de la arquitectura moderna, como consejero de urbanismo del Gobierno colaboracionista de Vichy; la construcci¨®n de la Casa del Fascio por Giuseppe Terragni, en 1932; o las aventuras de estrellas como Norman Foster o Zaha Hadid por Oriente Medio.
En M¨¦xico, sin tratarse de ejemplos tan extremos, tambi¨¦n han sido habituales los encargos de pol¨ªticos, como la construcci¨®n en los sesenta de la casa del presidente Adolfo L¨®pez Mateos por parte de Pedro Ram¨ªrez V¨¢zquez L¨®pez, el arquitecto del Museo de Antropolog¨ªa o el estadio Azteca. Pero digamos que lo excepcional de los nuevos casos mexicanos es la publicidad de las obras, su sofisticaci¨®n y su gusto.
¡°El sol es para el arquitecto lo que la br¨²jula para el navegante. Es para ambos su punto de partida y su gu¨ªa¡±. As¨ª se define en la web ArchDaily, otra de las referencias del sector, una lujosa casa de 1.000 metros cuadrados en uno de los barrios m¨¢s exclusivos de la capital, con siete habitaciones, gimnasio, jacuzzi y estacionamiento subterr¨¢neo. Es la conocida como Casa Blanca, anunciada en 2013 en las revistas del coraz¨®n como la futura residencia de la familia del presidente Pe?a Nieto una vez terminado el mandato y que acab¨® convirti¨¦ndose en una de las mayores pol¨¦micas del sexenio.
Una investigaci¨®n period¨ªstica revel¨® en 2014 que la casa, comprada por la esposa del presidente Ang¨¦lica Rivera, fue construida por una inmobiliaria controlada por Juan Armando Hinojosa, propietario del Grupo Higa, un contratista que gan¨® numerosos concursos en el Estado de M¨¦xico durante el mandato como gobernador de Pe?a Nieto.
Entre los movimientos para ahuyentar cualquier duda sobre conflicto de intereses o trato de favor, Rivera ense?¨® en televisi¨®n el contrato de la casa, 54 millones de pesos m¨¢s intereses, y se present¨® a s¨ª misma como una ¡°mujer independiente¡± que hab¨ªa sido capaz de construir ¡°un patrimonio con honestidad y con todo mi trabajo¡±, como actriz de telenovelas.
Al a?o siguiente, Rivera anunci¨® que pon¨ªa la casa en venta, una decisi¨®n respaldada p¨²blicamente por la Presidencia mexicana como el mejor modo de proteger ¡°la integridad¡± de su familia y despejar las suspicacias generadas. Todav¨ªa un a?o despu¨¦s, en 2016, el d¨ªa que promulg¨® las leyes del nuevo Sistema Nacional Anticorrupci¨®n, el propio Pe?a Nieto hizo un acto p¨²blico de contrici¨®n: ¡°Lo entiendo perfectamente. Por eso, con toda humildad, les pido perd¨®n¡±.
Miguel ?ngel Aragon¨¦s, el arquitecto de la obra, tampoco ha querido participar en este reportaje. Pero en 2013, antes de estallar la pol¨¦mica, cuando fue preguntado por su relaci¨®n con los clientes en una entrevista en televisi¨®n, respondi¨®: ¡°Enrique se me hizo un personaje de primera, un tipo inteligente, sensible, respetuoso, amable. Se me hizo una delicia trabajar con ¨¦l¡±.
En esa peligrosa l¨®gica adhesiva con el poder inscribe Canales estos casos: ¡°Es lo que le pasa a arquitectos que han ganado Pritzker, con despacho en Londres y proyectos con Gobiernos o reg¨ªmenes como Pek¨ªn o Abu Dabi¡±. A?adiendo elementos de la especificidad mexicana, ¡°puesto que somos un pa¨ªs con instituciones poco democr¨¢ticas, que vuelve a colocar al arquitecto en la posici¨®n de ¡®c¨®mo iba a saber de qui¨¦n era el terreno¡¯. Esta justificaci¨®n solo es un reflejo de un sistema social que tiene una estructura poco transparente y que permea a todos los niveles y profesiones. En lo relacionado con la arquitectura impide a los j¨®venes accedan a cargos, que la sociedad pueda elegir a sus arquitectos en concursos p¨²blicos y que los propios arquitectos dispongan de toda la informaci¨®n necesaria para hacer su trabajo¡±.
Manuel Cervantes ha sido el primer mexicano al que la revista El Croquis le dedica una monogr¨¢fico en sus casi 200 n¨²meros. ¡°Me sorprende much¨ªsimo la publicaci¨®n ¨Capunta el arquitecto y profesor V¨ªctor Alc¨¦rreca¨C. Es una revista que le apuesta al pensamiento y la cr¨ªtica, la aparici¨®n del rancho de Duarte me parece muy cuestionable. Cuando se destap¨® el esc¨¢ndalo hace dos a?os, la reacci¨®n generalizada del gremio fue decir que no tiene responsabilidad, que es buen cuate (tipo) y que todos podemos pasar por esto. Y es cierto que muchos despachos est¨¢n expuestos a esto. Pero como arquitecto relevante en el medio internacional creo que le debe una explicaci¨®n a la opini¨®n p¨²blica. Ha administrado la publicidad del proyecto como si nada hubiera pasado y creo que el autor tiene una responsabilidad sobre su obra que va m¨¢s all¨¢ de si es legal o ilegal¡±.
Babelia
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