Una resurrecci¨®n a medias

M¨¢s informaci¨®n

Alicia Vikander: ¡°La industria del cine a¨²n parece un club de hombres¡±

El mejor modo de valorar si una pel¨ªcula o una saga cinematogr¨¢fica merecen una nueva versi¨®n o renacimiento, ya sea poco o mucho tiempo despu¨¦s, es regresar al original y comprobar su vigencia, su vivacidad, su calidad.

El recuerdo de Lara Croft: Tomb Raider, pel¨ªcula del a?o 2001, dirigida por Simon West al servicio de Angelina Jolie, e inspirada en el videojuego de Core Design y Eidos Interactive, es que era una pel¨ªcula que naci¨® ya muerta. Revisada esta semana, es directamente una momia. Sin fuste, ritmo ni est¨¦tica. Cine del jur¨¢sico, aunque no hayan pasado ni dos d¨¦cadas.

Quiz¨¢ por ello el encuentro con Tomb Raider, en versi¨®n de 2018, con el noruego Roar Uthaug al mando y Alicia Vikander como nueva hero¨ªna, es casi una sorpresa. Al menos en su primera mitad, en la que las variaciones sociales y la energ¨ªa en la puesta en escena y el montaje la hacen despegar. As¨ª, el pr¨®logo pijo de la pel¨ªcula de 2001, con Lara entrenando en su mansi¨®n, con mayordomo, robots y empleado tecnol¨®gico a su servicio, da paso en el nuevo estreno a una chica jug¨¢ndose la vida en Londres a cada minuto, d¨¢ndose de tortas al kickboxing en un gimnasio de barrio y bregando con la tristeza laboral contempor¨¢nea en un trabajo basura como repartidora. Una buena presentaci¨®n de personajes y conflicto, que adem¨¢s va acompa?ada de cierto sentido del humor y un par de secuencias espectaculares de persecuci¨®n: una con bicis por las calles de la capital brit¨¢nica, y otra a la carrera, entre los barcos de un paup¨¦rrimo puerto oriental.

Sin embargo, es llegar a la isla donde la protagonista va a reencontrarse con su padre, y la pel¨ªcula se torna convencional, se derrumba entre un oc¨¦ano de mitos que no importan a nadie y unas sobadas secuencias de suspense aventurero a lo Indiana Jones. Y, elefanti¨¢sica como buena parte del cine de hoy, eso significa otra hora de metraje, que no salvan ni el buen trabajo de Vikander, ni el carisma de ese gran secundario que es Walton Goggins.