El celuloidista
El cineasta Jaime Rosales se desnuda ante el espejo art¨ªstico e ideol¨®gico en 'El l¨¢piz y la c¨¢mara', un libro en el que desgrana lo que ha aprendido del cine y la sociedad actual
Es curioso que aunque haya bastantes cineastas espa?oles con facilidad y fluidez para la escritura, pocos se embarquen en la redacci¨®n de libros. Y m¨¢s a¨²n en libros te¨®ricos. Jaime Rosales se ha desnudado ante el espejo art¨ªstico e ideol¨®gico con su libro El l¨¢piz y la c¨¢mara, con la innegable referencia ¡ªreconocida por ¨¦l mismo¡ª de Notas sobre el cinemat¨®grafo, de Robert Bresson. En bloques m¨¢s o menos tem¨¢ticos, con textos cortos, m¨¢s desarrollados que un haiku aunque sin perder la perspectiva de la brevedad, Rosales desgrana lo que ha aprendido sobre el cine y la sociedad actual, con claridad y rotundidad. Con una visi¨®n cosmog¨®nica, que incluye vibrantes reflexiones sobre el ser humano anestesiado en la sociedad actual y la imperiosa necesidad de alcanzar el estatus de emancipado para poder crear. Con una contundencia que hace que entre l¨ªneas intuyamos que ¨¦l mismo pone en duda algunos pasos de su carrera. Y con clarividencia para entender qu¨¦ le ha pasado al cine actual para atraer a p¨²blico en su mayor¨ªa adolescente a las salas, cuando hace d¨¦cadas los taquilleros eran Fellini o la nouvelle vague.
Sus reflexiones acerca de la diferencia entre cine cl¨¢sico y moderno, o entre el artista y el artesano, o su habilidad para deconstruir y analizar los diferentes elementos formales, t¨¦cnicos e interpretativos que componen una pel¨ªcula y su realizaci¨®n, hacen imprescindible El l¨¢piz y la c¨¢mara. Impresiona su an¨¢lisis de todos los pasos.
M¨¢s discutible es su aspecto sociol¨®gico, aunque ah¨ª tampoco miente Rosales: as¨ª piensa ¨¦l y no utiliza cortina de humo para escudarse. El director recuerda una de las principales ense?anzas que recibi¨® en la Escuela de San Antonio de los Ba?os, cuando Yann Le Masson le dijo que si quer¨ªa algo que mereciera la pena deb¨ªa colocarse en una situaci¨®n de riesgo absoluto. Algo que ¨¦l aplica a su cine, y el lector entiende que tambi¨¦n al libro.
Parte de la industria espa?ola del cine mirar¨¢ por encima del hombro a El l¨¢piz y la c¨¢mara, porque directamente destruye sus pel¨ªculas vacuas o su inter¨¦s por mantener alg¨²n andamiaje legislativo que ayude a su labor. Otra parte sentir¨¢ que Rosales alienta su brega: el creador asegura que nunca hay que olvidar a la audiencia, pero que debe atraerse desde la innovaci¨®n, construyendo una obra de arte, no un producto de consumo. Y que tampoco importa que se vivan ciertas contradicciones: ¨¦l mismo comenta que los dos cineastas que m¨¢s admira son Hitchcock y Tarkovski. ¡°Y eso que proceden de tradiciones cinematogr¨¢ficamente opuestas¡±.
Finalmente, Rosales reniega del digital, explica por qu¨¦ el celuloide tiene que ser el material del cine, y que solo se siente descrito en el t¨¦rmino celuloidista, cuando hoy se denomina cineasta a cualquiera que haga una obra audiovisual. No se puede decir m¨¢s en menos letras.
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Autor: Jaime Rosales.
Editorial: La Huerta Grande (2018).
Formato: tapa blanda (162 p¨¢ginas)
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