Oreja generosa para Jes¨²s E. Colombo en el cierre de la Feria de Fallas

Al cuarto toro de la tarde le dieron la vuelta al ruedo en el arrastre y todav¨ªa hay quien se pregunta por los m¨¦ritos contra¨ªdos por el astado. Hasta cuatro veces lo llevaron al caballo, pero no por una incontestable bravura, sino porque las veces que fue lo hizo mal colocado o al relance, es decir, de cualquier manera. Un toro f¨¢cil. Dulce golosina, que fue y vino por donde su matador Ferrera le indicaba. De embestida con la cara alta, para quedarse muy corto al final de una faena de Ferrera larga, de caprichosa l¨ªrica, pero de escasa consistencia. La naturalidad de Ferrera ante toro tan bobalic¨®n y la m¨²sica, que se arranc¨® por el ¡°Concha flamenca¡± con el benepl¨¢cito de un p¨²blico resguardado en sus paraguas, hizo el resto. O, quiz¨¢s, m¨¢s que el resto. Tuvo detalles esa faena, pero m¨¢s superficial que profunda. Hacia el final de tan largo trabajo, el toro ya solo admit¨ªa medios pases. Se le fue la noci¨®n del tiempo a Ferrera, que escuch¨® dos avisos y se salv¨® de un tercero por escasos segundos. Se orden¨® la vuelta al ruedo en el arrastre al toro, pero tan sorpresiva fue la decisi¨®n que los mulilleros no hicieron caso y se llevaron al toro al desolladero. Tuvieron que volver a sacar al toro para rendirle honores p¨®stumos.

Con el primero de la tarde apenas hubo caso. De fuerzas muy justas, sirvi¨® para que Ferrera anduviera f¨¢cil y ortodoxo. Sac¨® cierto ¨ªmpetu el toro por el pit¨®n derecho, mientras que por el otro dio a entender que no quer¨ªa confianzas. No se complic¨® Ferrera que, breve, opt¨® por un muleteo de compromiso y sobrio.

Lo mejor de Gin¨¦s Mar¨ªn fueron las ver¨®nicas de recibo al segundo de la tarde: ganando terreno y llevando muy toreado el toro en los vuelos del capote. Se llev¨® un susto cuando quiso replicar un quite de Colombo y sufri¨® una voltereta sin consecuencias. Herido en el orgullo ¨ªntimo, Mar¨ªn a¨²n hizo otro quite, por chicuelinas, muy bien acogido por la gente. La faena tuvo frescura pero falt¨® reposo. Mayor templanza en el toreo al natural ante un toro que acudi¨® a la muleta sin aire distinguido, sin clase. Labor larga, en general con ciertas prisas.

Con la lluvia en plena descarga, lidi¨® Mar¨ªn al quinto. Sin humillar este quinto, en medio de un barrizal, Mar¨ªn le cogi¨® el aire a un toro que no rif¨® su embestida. El m¨¦rito de la faena fue aguantar condiciones tan adversas y no cejar en el empe?o de pasarse a un toro sin entrega. Entre la lluvia y el escaso juego del toro, luch¨® Mar¨ªn con voluntad.

Colombo cort¨® una oreja al tercero, ¨²ltimo trofeo de la feria y que tuvo impronta de liquidaci¨®n por cierre. Este tercero, el de menos presencia de la tarde, fue, sin embargo, un toro muy potable para la muleta. Un el¨¦ctrico tercio de banderillas, con voltereta incluida en el tercer par interpretado al viol¨ªn, dio paso a un emocionante cambiado por la espalda para abrir faena. La voluntad, con bulla incluida, fue la nota de una faena m¨¢s de querer que de poder. No pareci¨® en este toro estar Colombo para compromisos de envergadura; falt¨® colocaci¨®n unas veces y luces en otras. Mat¨® con brevedad y la gente le pidi¨® la oreja. Generosidad se llama eso.

El sexto lo lidi¨® Colombo con el ruedo hecho un verdadero barrizal. Manse¨® este ¨²ltimo toro de las Fallas, que busc¨® incesante las tablas, y Colombo, meritorio por las condiciones de la arena, derroch¨® otra vez voluntad. Bullidor, con mucha actitud, pero una faena que se desliz¨® con poco sentido.

Gal¨¢n y Vicens, a hombros en la matinal de rejoneo

Sergio Gal¨¢n, que cort¨® una oreja del segundo y las dos del quinto, y Lea Vicens, que tambi¨¦n obtuvo un doble trofeo del sexto, salieron a hombros en la matinal de rejoneo. Por su parte, Andy Cartagena cort¨® un trofeo del primero de una corrida de Ferm¨ªn Boh¨®rquez a la que no le sobraron las fuerzas. La plaza registr¨® una excelente entrada.