La ¨®pera que no necesita ni actores ni orquesta
La japonesa 'The End', la primera ¨®pera digital de la historia, aterriza en el Matadero de Madrid
En el a?o 2010 los Oscars de Hollywood se repartieron entre The Hurt Locker y Avatar (que ya hab¨ªa ganado el Globo de Oro a mejor drama, galard¨®n que entrega la asociaci¨®n de prensa extranjera). La cinta b¨¦lica de?Kathryn Bigelow se hizo al final con el premio a mejor pel¨ªcula, imponi¨¦ndose a la fantas¨ªa espacial de James Cameron, y muchos especularon que los votos de los acad¨¦micos de los Oscars, en su mayor¨ªa actores, hab¨ªan huido de premiar un film como Avatar que parec¨ªa abrir la puerta a la posibilidad de prescindir, precisamente, de los int¨¦rpretes en favor de construcciones digitales. Lo digital dentro del mundo art¨ªstico levantaba suspicacias.
Hoy se estrena en Espa?a, en el Matadero de Madrid, la primera ¨®pera digital de la historia, la japonesa The End. Una ¨®pera sin orquesta, sin actores, sin escenograf¨ªa; todo enteramente electr¨®nico, sintetizado a trav¨¦s del vocaloid, un software desarrollado por Yamaha capaz de cantar. ¡°Tengo la sensaci¨®n de que, en Europa, se trata lo que viene de Jap¨®n como si hubiera sido creado por una especie de monos tecnol¨®gicos¡±, expuso el director de The End, el japon¨¦s Keiichiro Shibuya (1973, Tokyo), en las naves del Matadero de Madrid esta ma?ana. ¡°Y no es as¨ª. M¨¢s all¨¢ del formato, esta ¨®pera trata de temas profundos, como la muerte, la copia art¨ªstica en el mundo actual o la comunicaci¨®n¡±. El creador confies¨® que el germen de la obra, en la que la protagonista se enfrenta a su propia muerte, surgi¨® de la p¨¦rdida de su propia esposa, hace diez a?os. Desde su estreno, la obra ha visitado ciudades como Par¨ªs, ?msterdam o Hamburgo.
La ¨®pera est¨¢ protagonizada por Hatsune Miku que, aunque no existe, es una estrella mundial del pop japon¨¦s con millones de fans y que ha ejercido de telonera de artistas de carne y hueso como Lady Gaga. ¡°Los personajes se reducen al m¨ªnimo. La protagonista, su mascota, su reflejo oscuro¡±, explic¨® Shibuya, que en la presentaci¨®n de la obra, que tendr¨¢ cuatro ¨²nicas funciones hasta el s¨¢bado 24, estuvo acompa?ado por YKBX, artista visual, y el m¨²sico evala, ambos nipones y ambos c¨®mplices a la hora de dar forma a la creaci¨®n de Shibuya.
?Y en qu¨¦ consiste esa creaci¨®n? En la propia Miku cayendo en medio de maniqu¨ªes y pregunt¨¢ndose por su propia muerte, en la c¨¢mara que se introduce por la boca de la protagonista y llega a sus entra?as para ver c¨®mo su coraz¨®n es apu?alado por dos tenedores. En un espect¨¢culo atronador, un muro de sonido digital que golpea al espectador sin posibilidad de dejarlo indiferente. La puesta en escena es tambi¨¦n minimalista: seis pantallas, cuatro formando un cuadrado, y otras dos dentro, m¨¢s peque?as y que representan un ata¨²d, dentro del cual puede verse al creador Shibuya en la sala de m¨¢quinas, mitad piano mitad mesa de ecualizadores. Aunque la est¨¦tica sea m¨¢s parecida a la de un videoclip anime, al citar sus influencias Shibuya nombra piezas cl¨¢sicas, como La flauta m¨¢gica de Mozart, el Parsifal de Wagner y otras m¨¢s recientes como las piezas de Philip Glass.
Shoji Yoshida, director de la Japan Foundation en Madrid, que tambi¨¦n estuvo presente en el acto y que record¨® que este 2018 se celebran 150 a?os del establecimiento de las relaciones diplom¨¢ticas entre ambos pa¨ªses, defini¨® The End como una ¡°perfecta forma de arte tecnol¨®gico japon¨¦s¡±. Ahora solo falta ver qu¨¦ le parece al p¨²blico espa?ol.
Babelia
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