Duelo mutante

Matty Telemacus tiene 14 a?os y acaba de descubrir que puede teletransportarse. No, no es uno de los mutantes de Xavier, el fundador de la Mansi¨®n (y la Patrulla) X, sino un cr¨ªo corriente de Chicago. Bueno, no exactamente corriente. Su familia fue La Incre¨ªble Familia Telemacus, una familia de genios dedicada al espect¨¢culo paranormal que, una noche fatal, en el cl¨¢sico programa de mayor audiencia de la televisi¨®n ¡ªEl show de Mike Douglas¡ª, fue desenmascarada por su archienemigo, el Asombroso Archibald, un tipo aparentemente dedicado, como la Sigourney Weaver de Red Lights, a desenmascarar fen¨®menos sobrenaturales. Desde entonces, como los Cuatro Fant¨¢sticos que dibuj¨® Steve McNiven perdiendo sus poderes y haciendo cola en la oficina del paro, los Telemacus no viven, sobreviven.

Ellos son: Irene, la madre de Matty, capaz de leer el pensamiento; Frankie y Buddy, sus t¨ªos, uno de los cuales puede mover cosas con la mente, y el otro, anticipar el futuro, porque el futuro es para ¨¦l un recuerdo, es decir, a los seis a?os ya recordaba a la mujer de la que iba a enamorarse a los veintitantos; Teddy, el abuelo, que en una ¨¦poca pod¨ªa ver el contenido de un sobre cerrado, y Maureen, la abuela, que una vez fue la mejor esp¨ªa de la historia porque pod¨ªa hacer todas esas cosas a la vez. Pod¨ªa. Porque Maureen ha muerto. Muri¨® poco despu¨¦s de aquella noche fatal en la que la familia dej¨® de ser extraordinaria. O precisamente se convirti¨® en eso, algo extra ordinario, es decir, de lo m¨¢s ordinario. Lo peor es que el vac¨ªo que dej¨® Maureen no es s¨®lo f¨ªsico. Ella era el alma de la familia, y sin alma, la familia est¨¢ muerta.

Porque la ¨²ltima novela de Daryl Gregory (Chicago, 1965), el tipo que colecciona nominaciones a los Shirley Jackson, es una novela sobre el duelo, pero tambi¨¦n sobre aquello que hace especial a una familia, sobre la mujer poderosamente irrepetible que la hizo posible ¡ªalgo brilla en las escenas del pasado en las que Maureen sigue viva y ese algo es la propia Maureen, encantadoramente ¨²nica, pero no por sus poderes, sino por su despreocupada generosidad, por su adorablemente noble valent¨ªa¡ª y sobre aquello que los hijos reciben de los padres y el riesgo de que se convierta en una condena ¡ª?de qu¨¦ le sirven sus poderes a una cajera de supermercado cuando sus poderes consisten en ver lo que la gente realmente piensa de ella?¡ª. Como en una pel¨ªcula de los ochenta, el peso de todo eso, una vez tocados y hundidos los adultos, recae sobre el m¨¢s peque?o, que, por culpa de un deseo prohibido ¡ªsu prima Malice¡ª, est¨¢ a punto de convertirse en la nueva Mo.

El resultado es un artefacto altamente devorable, a medio camino entre el Austin Grossman de Muy pronto ser¨¦ invencible y el Wes Anderson de la familia hundida por un adulto genial, que juguetea con la reflexi¨®n sobre la adolescencia (tanto a su favor que Matty pueda huir de su cuerpo y verlo como un peso muerto) y, sobre todo, se crece en las escenas de restaurante ¡ªla charla familiar¡ª y s¨®lo padece del mal que acecha a toda historia de superh¨¦roes que se precie: la Guerra Fr¨ªa y sus m¨²ltiples y, por qu¨¦ no, mutantes, y ya aburridos, tent¨¢culos.

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Autor: Daryl Gregory.

Editorial: Blackie Books (2018).

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