Haga de su hijo un gran fil¨®sofo
Jordi Nomen plantea aprovechar aquello que los ni?os tienen en com¨²n con los pensadores, capacidad de asombro y admiraci¨®n, para fomentar su esp¨ªritu cr¨ªtico
Se trataba de dibujar el silencio. Y plasm¨® un p¨¢jaro. ¡°Cuando voy al bosque, todo es silencio: solo est¨¢ su canto y nada m¨¢s¡±, explic¨®. El silencio, por exclusi¨®n. Podr¨ªa haberlo planteado un fil¨®sofo, pero fue un alumno del profesor de Filosof¨ªa y Ciencias Sociales Jordi Nomen, un ni?o, porque estos tienen curiosidad y admiraci¨®n, las mismas cualidades de todo gran pensador: ambos miran igual el mundo. Por ello cree Nomen (Barcelona, 1965), cual particular Prometeo, que hay que dar el fuego de la filosof¨ªa cuanto antes a los infantes, para que as¨ª ¡°aprendan a pensar por ellos mismos, para convertirlos en ciudadanos cr¨ªticos, creativos, para que lleven una vida menos impulsiva y m¨¢s aut¨®noma¡±, sostiene. Y tiene un m¨¦todo, a partir de una supuesta sacr¨ªlega trinidad antipedag¨®gica, cuentos-juego-arte, que desarrolla en el libro El ni?o fil¨®sofo (Arpa).
La premisa de Nomen es que tenemos una inteligencia filos¨®fica. ¡°Huyo de las inteligencias m¨²ltiples de Howard Gardner, que dice que te dediques a lo que sirves; yo creo que la inteligencia se puede trabajar, estimular, es una capacidad que puede ser entrenada¡±, afirma. Con eso, y pertrechado con las ideas del fil¨®sofo y educador norteamericano Matthew Lipman (creador del programa Filosof¨ªa para ni?os a partir de novelas filos¨®ficas, que les permiten abordar temas de la vida cotidiana), el autor ha escogido a 12 fil¨®sofos que ha asociado a 12 preguntas frecuentes que se plantean los ni?os sobre la vida. As¨ª, Plat¨®n responde a si debemos actuar con la cabeza o el coraz¨®n; S¨¦neca, a si hay que tener miedo a la muerte; Montaigne, a si es importante tener buenos amigos o Arendt a qu¨¦ es la maldad, por ejemplo.
A una breve introducci¨®n del personaje y su pensamiento le sigue un relato y una propuesta de juego (un baile de minu¨¦ para testar a Spinoza sobre c¨®mo se puede conseguir la alegr¨ªa; escoger una pareja independientemente de que en la frente tenga pegado un atributo moral sin que ¨¦l lo sepa para decidir, v¨ªa Kant, qu¨¦ debemos hacer en cada momento; continuar un dibujo iniciado por otro, pero del que apenas divisamos un cent¨ªmetro, para responder a Nietzsche si es necesario ser creativo para vivir¡). Cierra cada cap¨ªtulo una oferta pl¨¢stica y el an¨¢lisis de una obra art¨ªstica (unas creativas im¨¢genes de Chema Madoz para el Rousseau que inquiere para qu¨¦ sirve la educaci¨®n; unas fotograf¨ªas de una familia norteamericana y otra del Chad con sus cestas de comida semanal para ilustrar al Erich Fromm de si es m¨¢s importante tener o ser¡).
"A los profes no se nos ense?a a escuchar"
Admite Jordi Nomen que su m¨¦todo ¡ªque ya compendi¨® en formato de libro en catal¨¢n el a?o pasado, que lleva tres d¨¦cadas practicando y que fomenta en el marco de GrupIREF, grupo de investigaci¨®n y ense?anza de la Filosof¨ªa para ni?os¡ª demanda un profesorado distinto y un cambio de programa educativo notable. ¡°A los profesores no se nos ense?a a preguntar, a escuchar ni a responder, ni tan siquiera a ser d¨²ctiles a cambiar de opini¨®n¡ Y todo eso es lo que conforma el di¨¢logo socr¨¢tico¡±. A ello y a la habilidad de pensamiento (¡°nunca pensamos c¨®mo estamos pensado¡±), a?ade la necesidad de saber crear una comunidad, una atm¨®sfera (¡°requerimos confianza en el grupo porque los ni?os se mojan, se desnudan¡±) y llegar a la mayor¨ªa de las decisiones por consenso (¡°es prioritario en democracia y cuando se logra en clase es m¨¢gico: se produce un silencio porque se dan cuenta de que lo han logrado cuando parec¨ªa imposible; genera bienestar¡±).
Como ¡°pensar es m¨¢s lento que aprender de memoria y reflexionar, que es volver a mirar, o estimular requiere tiempo¡±, admite Nomen que cuesta que esa metodolog¨ªa se vaya implantando, a pesar de que cree que empieza a notarse ya m¨¢s en Primaria (¡°los profesores son m¨¢s flexibles, de siempre¡±) que en la Secundaria (¡°implica cambiar el curr¨ªculo y la metodolog¨ªa, temarios, objetivos¡ Ning¨²n profesor de filosof¨ªa discute qu¨¦ dicen los fil¨®sofos: se intenta que los alumnos los entiendan m¨¢s o menos y se les examina de ello¡±).
Las reflexiones est¨¢n enfocadas para ni?os de entre 9 y 12 a?os, y siempre bajo el formato de di¨¢logos socr¨¢ticos en clase. ¡°No son debates, donde hay una posici¨®n A contra B, sino di¨¢logos, que implica no posiciones fijas sino dar razones y argumentar¡±, insiste Nomen, que justifica que las historias sean de naturaleza muy distinta (f¨¢bulas tradicionales, un Ch¨¦jov, un Jorge Bucay¡) y no de los fil¨®sofos en cuesti¨®n: ¡°Se trata de que sus ideas se puedan utilizar m¨¢s all¨¢ de sus libros; adem¨¢s, sus textos no siempre son de la comprensi¨®n de los ni?os; por eso utilizo lo que tienen m¨¢s cerca, lo que hacen todo el d¨ªa: el cuento, el juego, el arte; lo importante es que lleven a aprender a pensar¡±.
Tambi¨¦n es consciente el autor, en un descanso entre dos clases en el colegio Sadako de Barcelona donde imparte (¡°es una escuela inclusiva: aqu¨ª el ni?o es el centro de la educaci¨®n¡±), de que son tiempos que ¡°caminan hacia una menor curiosidad intelectual¡± y de que, si se les ense?a a pensar, los ni?os son m¨¢s conscientes, pero, en consecuencia, menos felices, algo que parece sacr¨ªlego. ¡°La felicidad est¨¢ sobrevalorada y mal explicada: la felicidad entendida como plenitud total, completa y continuada, es una enga?ifa, no existe, y darse cuenta de eso es ser l¨²cido; hay que revindicar la alegr¨ªa, que es concreta y de hoy¡±. Adem¨¢s, hay que luchar contra el concepto de inutilidad pr¨¢ctica de la Filosof¨ªa en una sociedad cada vez m¨¢s mercantilista. ¡°No hay que practicarla tanto por utilitaria por raz¨®n laboral como porque sin ella es dif¨ªcil lograr un poco de plenitud; o, al menos, para ser conscientes de que la plenitud tiende a desestabilizarse f¨¢cilmente, que no es permanente¡±.
Los griegos llamaban idiot¨¦s a aquellos faltados de juicio cr¨ªtico y que no participaban en pol¨ªtica. ¡°La filosof¨ªa ha de ser un t¨¢bano, ha de obligar a los otros a dar explicaciones, ha de interrogar a nuestra sociedad, como hace hoy el coreano Byung-Chul Han¡±, dice Nomen. El pensar, sostiene, ayuda a frenar la aceleraci¨®n loca de la vida digital y ¡°a crear una ciudadan¨ªa cr¨ªtica que evitar¨¢ que la democracia caiga pervertida por intereses econ¨®micos, como vemos¡±. Tiene claro el tambi¨¦n profesor de Ciudadan¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona qui¨¦n no quiere ese ciudadano cr¨ªtico: ¡°Ese poder que se plantea no dar explicaciones de nada, por ejemplo; toda la sociedad deber¨ªa estar interesada en crear ni?os as¨ª si no queremos que la democracia se pierda¡±.
¡°Una vida vivida sin reflexi¨®n no vale la pena¡±, defend¨ªa S¨®crates, como recuerda Nomen, quien atribuye a todo pensador cr¨ªtico una postura humilde, pero de car¨¢cter, alguien que es sincero y ¡°abocado a la acci¨®n: ser ciudadano es eso, participar en la vida de la ciudad porque no todo acaba en el voto, como nos quieren hacer creer¡ Pero si no se trabaja en la familia y en la escuela, no salen ciudadanos cr¨ªticos. Hay que educar en la razonabilidad, el sentimiento, que no en el impulso, y en la acci¨®n¡±. Y ah¨ª asoma Pit¨¢goras: ¡°Educad a los ni?os y no ser¨¢ necesario castigar a los hombres¡±. Pero para todo eso no queda, alerta Nomen, demasiado tiempo m¨¢s: ¡°Es el momento para que no se pierda del todo; si no se hace ahora, se acabar¨¢ el esp¨ªritu cr¨ªtico¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.