La desconcertante vida de un mexicano entre Stalin y Trotski
Alberto Ruy S¨¢nchez presenta ¡®Los sue?os de la serpiente¡¯, un libro ¡®collage¡¯ que trata las ilusiones y pesadillas del siglo XX
Los ojos de Alberto Ruy S¨¢nchez no descansan. Revolotean por toda la habitaci¨®n y cuando encuentran algo que les interesa se detienen en ello, lo fijan, lo estudian, parecen penetrarlo. Los sue?os de la serpiente (Alfaguara), el nuevo libro de este escritor (Ciudad de M¨¦xico, 1951) es como su mirada: curioso, inquieto, enigm¨¢tico. Aunque cuenta una historia ¡ªla de un compatriota suyo que emigra a Estados Unidos y luego a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, trabaja en la f¨¢brica que Ford le vendi¨® a Stalin y termina como tutor del hijo del todopoderoso jefe de la NKVD, la polic¨ªa secreta estalinista¡ª, a este nuevo proyecto del autor del Quinteto de Mogador cuesta llamarlo novela.
¡°Yo mismo no clasifico mis libros¡±, dice Ruy S¨¢nchez. ¡°Siempre he sentido que, cuando tengo necesidad de escribir algo, simplemente lo hago. Es problema de otros d¨®nde lo catalogan. Es la historia de mi vida, de todo lo que he escrito. Pero no me importa¡±.
A medida que uno avanza por las p¨¢ginas de Los sue?os de la serpiente se enfrenta a una desconcertante sucesi¨®n de estudios y reflexiones, dibujos y fotograf¨ªas. Es el resultado de la noci¨®n que Ruy S¨¢nchez tiene del arte, que incorpora todo aquello que vive, tiene a mano o asimila. ¡°Yo creo fervientemente que la forma es contenido. Eso me viene de mi educaci¨®n visual, musical y literaria. La forma a m¨ª me habla. No solamente de lo que dice un libro, sino de qui¨¦n lo hace, c¨®mo y cu¨¢ndo. Eso implica el compromiso de buscar una forma distinta para cada historia que se quiere contar. No creo que la novela sea una f¨®rmula¡±.
Esa b¨²squeda de una renovaci¨®n formal ha sido una de las preocupaciones del escritor desde su primer libro. Aquella vez, Ruy S¨¢nchez escribi¨® una historia circular, sin principio ni final, con una estructura inspirada en los textiles tradicionales de M¨¦xico, enredos prehisp¨¢nicos con forma de tubo. ¡°Mis referencias no parten de las convenciones literarias o del cine, sino de la artesan¨ªa. En el caso de Los sue?os de la serpiente hay mucho de eso. En este caso, el collage ser¨ªa la met¨¢fora m¨¢s precisa para comprender el esquema que he aplicado¡±.
En el desarrollo del libro, las piezas aparentemente arbitrarias que uno encuentra comienzan a cobrar sentido. Comprendemos que estamos atestiguando el proceso de reconstrucci¨®n de la memoria del protagonista, a partir de sus recuerdos fragmentados e inconexos y que su caso forma parte de los trabajos del c¨¦lebre neur¨®logo Oliver Sacks, autor de cl¨¢sicos como Despertares o El hombre que confundi¨® a su mujer con un sombrero. ¡°La memoria es un collage que nosotros hacemos, modificamos o que alguien hace por nosotros¡±, dice Ruy S¨¢nchez. ¡°Este libro es la historia de un desconcierto. Comienza a tomar forma como una lectura del siglo XX: de las ilusiones que hubo y se convirtieron en pesadillas¡±.
Esta mirada de un siglo complejo y convulso no puede ser pasiva. El autor est¨¢ obligado a cuestionar los mitos sobre los que se construyeron los grandes relatos e ideolog¨ªas que pretendieron explicar el mundo a la medida de sus conveniencias. ¡°Vivimos entre mitos. Uno de los deberes fundamentales del escritor es buscar la lucidez. Un intelectual no debe renunciar a la raz¨®n, debe tratar de ser consciente de aquello que lo ciega: los partidos pol¨ªticos, los tiempos, la est¨¦tica¡±. Descubrimos, por ejemplo, que el protagonista del libro estuvo enamorado de Silvia Ageloff, la mujer que Ram¨®n Mercader utiliz¨® para acercarse y matar a Trotski. ¡°Ageloff ha sido juzgada como c¨®mplice de un asesinato en el que no particip¨® y, al mismo tiempo, juzgada permanentemente por su apariencia, algo que no ocurrir¨ªa con un hombre. Creo que he escrito un alegato a favor de esta mujer, a quien se conden¨® injustamente por el mito de su complicidad y de su fealdad¡±.
La herramienta que Ruy S¨¢nchez propone para llevar adelante este esfuerzo l¨²cido es la digresi¨®n. ¡°Es importante en un mundo de especialidades. Nos da perspectiva y al artista le permite un tiempo, para que del magma surja una forma perfecta. Es una demostraci¨®n de rebeld¨ªa frente a las formas culturales aceptadas. Nos obliga a divagar y reflexionar¡±. Adem¨¢s, ¡°convoca al azar para que venga la poes¨ªa. Para m¨ª, el deber de la novela es la exploraci¨®n, usarla como un bistur¨ª para explorar aquello donde otros no han llegado¡±.
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